Seis años. ¿Que son?

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Hozier -Work Song.
Ella está tan exquisita ahí desnuda, tendida a mi merced. Puedo hacerle y hacerla a mi antojo. Pero las ganas de estar moviéndome contra ella son más grandes. Así que me agacho y empiezo a besarle el cuello. Ella se arquea, buscándome con las caderas. Le paso la mano detrás de la espalda baja y la levanto hasta que nos encontramos. Ambos gemimos y yo me trago los suyos con mi boca en la suya.

-Ya, por favor. -Ella lloriquea.

-¿Ya, por favor qué?.-Le gruño.

-Métemela. -Chilla Meredith.

Y no lo pienso dos veces. Me posiciono en su entrada y empujo fuertemente hasta el fondo. Ella grita y se muerde el labio.

Me empiezo a mover a una velocidad controlada. Y ella empieza a retorcerse.

-Quiero que me digas que es lo que quieres. -Le digo entre dientes. Y ella gime más alto.

-Quiero. -Embestida. -Que. -Embestida -Me. -Embestida. -Pongas. -Embestida. -En. -Embestida. -Cuatro. -Grito.

Gimo ante sus palabras y salgo de ella. La tomo de las caderas y la giro boca abajo. Ella se levanta y se inclina frente mi, sobre sus rodillas.

-Vas alcanzar el orgasmo más rápido así. -Le digo y ella se frota sobre mi, así como está.

Le doy una nalgada fuerte y ella jadea.

-Eres mía. -Le dejo en claro y vuelve a gemir.

Conozco sus más impuras fantasías y eso me encanta.

Me hinco frente a ella y la tomo de las caderas acercándola a mi. Juego otra vez en su entrada y ella en acto reflejo me encuentra.

No pierdo más el tiempo y la estrello contra mi, fuerte y duro. Ella vuelve a gritar y a chillar.

La empiezo a mover para que sus caderas encuentren las mías; una y otra vez. Y entonces, ese sonido que me excita tanto, se empieza a escuchar debido a que sus nalgas pegan contra mi cintura. Creando el sonido similar al de unos aplausos.

Le doy otra nalgada y ella gime más fuerte de lo normal. Y entonces le creo un patrón. Cada tres o cuatro embestidas, le doy una nalgada. Meredith incrementa sus gemidos y gritos. Y yo le sigo con los míos. Y para hacerla venirse más rápido, empiezo con mi vocabulario sucio.

-Estás tan apretada. Eso quiere decir que soy el único que te hace sentirte de esta forma. -Le digo entre dientes. -No sabes lo caliente que me pones. -Sigo. -Fantaseé demasiadas veces con tener así, otra vez. -Ahora soy yo el que gimo más fuerte. Sintiendo mi orgasmo cerca. -Quiero enterrarme en ti. -Le clavo los dedos en la cintura y lloriquea. Ella también está cerca. -Vamos Meredith, vente para mi. -Le gruño, gimo y le doy una última nalgada, antes de venirme descontroladamente. Ella pega un grito que debería considerarse ya, pornográfico y eso me avisa que ella también alcanzó el orgasmo.

Beso su espalda y salgo de ella.

Meredith cae rendida a mi lado con los ojos cerrados y sudor evidente en su rostro.

Jalo la cobija de la cama y cubro nuestros cuerpos desnudos.

Me acerco más a Meredith y deposito un besito sobre su cabello.

Ella me mira y me regala una sonrisa perezosa. Tiene sueño.

Le peino el cabello fuera de su rostro y le doy besos por todo el rostro.

-Me encantas. -Beso su mejilla. -Me vuelves loco. -Beso su cien. -Me encantan tus labios. -Beso sus labios. -Me encantan tus ojos cuando me miran. -Beso sus ojos. -También me gusta mucho tu nariz. -Beso la punta de su nariz. -Generalizando, toda tu me encantas. -Le vuelvo a dar un beso en sus labios y ella aún sonríe con los ojos cerrados.

Eighteen H. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora