Cuando no estabas.

122 11 8
                                    


La lluvia cae en torrentes grandes sobre mí y, sobre el maravilloso hombre que tengo frente.

La luz no me beneficia mucho, ya todo es obscuro. Sus ojos muestran lo perdido y absorto que esta consigo mismo. Harry en este momento luce como un pequeño niño perdido que esta empapado absolutamente de pies a cabeza. Un niño que necesita ser bañado y cuidado con amor, con atención.

Mi corazón se estruja con la imagen que tengo ante mí. Yo le he hecho esto.

Harry me mira atraves de los mechones mojados que caen y cubren su hermoso rostro. Sus ojos color verde oliva me transmiten un calor por el cuerpo. Sus labios se han tornado de un color azul y sus mejillas están ruborizadas visiblemente, todo a causa del frio.

Se pasa la mano por el cabello, peinándolo hacia atrás. Cierra los ojos un momento, respira profundamente y, yo me preparo para lo que viene:

-Mírate... parada aquí, debajo de la lluvia, con el cabello y el uniforme pegado al cuerpo por la lluvia y, aun así te sigues viendo hermosa. –Su voz es casi un susurro. -¿Cómo lo haces? –Una sonrisa se dibuja en sus labios. Dios mío... -Siento haberme alejado repentinamente hace un rato, también siento haberme desaparecido y no haberles dicho nada... Fue demasiado egoísta de mi parte -Agacha el rostro apenado. –Estuve dando vueltas por ahí, tratando de aclarar mi mente, tratando de pensar en qué hacer con mi propia vida... Y no es fácil Meredith, tratar de enfocarte en un plan a largo plazo, un plan con una meta y, no tener a alguien al lado que te apoye en los malos días. Alguien que te aliente y que te empuje hacia delante. Alguien que te ayude a ser mejor de lo que ya eres. Alguien que te ayude a superarte a ti mismo y a querer hacer las cosas mejor. No es fácil. –Harry niega la cabeza con ironía. –Lo tenía todo contigo. Tu hacías de los malos días, los mejores que podría haber tenido jamás. Si yo me sentía recaído, si yo sentía que no podía más... Solo bastaba con escuchar tu voz. Solo eso bastaba para levantarme desde lo más bajo.

Un calor abrazador empieza a construirse y a expandirse en el centro de mi pecho con cada palabra que sale de esos labios. Y esa barrera que eh logrado construir los últimos meses, empieza a deteriorarse.

-Una vez que no estabas... Una vez que te fuiste ¿Cuál crees que era mi nueva meta en la vida? Mi nueva meta en la vida era, desgarrarme las cuerdas vocales cantando, esforzarme para demostrarme a mí mismo, a mi propia familia, que no tenía fe en que saliera adelante tan fácil después que te fuiste; demostrarle a todo el mundo que la ruptura con una chica no me afectaría en lo absoluto, que solo era de un momento y hasta ahí. Demostrarte a ti... -Hace un pausa y cierra los ojos con fuerza, antes de seguir. –Demostrarte a ti, que yo podía solo, que no te necesitaba para nada, que podía cuidar de mí mismo como siempre lo hice antes de conocerte. Quería demostrarte, por muy perturbador que suene... que solo eras una chica más, que solo era una temporada en la que había estado encaprichado contigo... ¿Pero sabes qué? –Me pregunta.

Me muerdo el labio inferior tratando de detener los temblores que recorren mi rostro, a causa de las duras palabras de este hombre. Le miro a los ojos directamente. Y ahí está. Esa dulce y pesada conexión entre ambos, esa conexión que estoy segura de que él también la siente.

Harry da cuatro pasos hacia mí lentamente y yo retrocedo uno de forma repentina... Ahora solo hay como un medio metro de distancia entre ambos.

En el rostro de Harry se ve reflejado el dolor y la tristeza ante mis movimientos.

-No eras una chica más. ¡Para nada! –Se ríe mientras niega con la cabeza, pero la alegría no llega a tocar sus ojos. –Yo. Idiota. Me quise convencer de lo contrario. Tú no eres para nada igual a las demás, es más, no sé por qué demonios te estoy comparando. –Se agarra el puente de la nariz en forma de exasperación. - Tú tienes algo especial y, no solo yo lo noto. Cada que entras en un lugar, es básicamente como si se iluminara algo en la mirada de todos. Y te juro mi cielo –Hago un esfuerzo sobre humano para mantenerme sobre mis pies y no caer al suelo ante su dulce manera de llamarme. Es así, así de fácil me afecta una sola palabra de Harry. Esta es una de las muchas armas que aún no sabe que posee. –Te juro por mi vida que, el día que me di cuenta que yo fui capaz de apagar esa luz de esos maravillosos ojos llenos de vida... Me di cuenta de lo cabrón, egoísta e imbécil que fui, que soy y que seré. Lo siento tanto Meredith.

Eighteen H. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora