#17 Un dolor latente

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Lujuria: a tu bebé.

*Ahora*:

Senshi: imposible, ninguna madre aceptaría algo así.

Ambas estaban dentro del cuarto otra vez con la puerta cerrada, pero no se habían sentado porque estaban tensas.

Agatha: -caminó hacia su peinadora y se vio en el espejo- eso se supone ¿no? Pero siempre he creído que ella es una de esas personas creada para castigar al resto de la humanidad.

*Flash back*:

Karina: -apuntándole con el arma- ¿o qué? ¿me harás daño? -*sarcasmo*- uy que miedo, mira como tiemblo.

Lujuria: Sabes quién soy ¿verdad?

Karina: por supuesto.

Lujuria: entonces sabes porque te lo pido, los bebés son más prácticos para esto, no se darían cuenta de lo que pasa y no pueden pedir ayuda, en cambio los adultos son problemáticos y les encanta resistirse.

Karina: ¿quieres robarte el cuerpo de mi hija?

Lujuria: este ya no me sirve, todos saben cómo luce y todo lo que respecta a este personaje.

Karina: bueno no es difícil notarte si vistes así.

Lujuria: ohjojo, eres atrevida, podría apostar a que tenemos gustos similares... en más de un sentido.

Karina: jaja, quizás tengas razón.

Lujuria: si, pero hablemos de lo importante, quiero a tu bebé porque por lo que sé gracias a su padre será lista y gracias a ti muy hermosa y pícara, tiene la edad apropiada y es muy probable que sea exorcista asique tendrá más poderes aun, no creas que es algo personal, solo que desde que supe que tendrías un bebé los observé de cerca esperando que naciera –se inclinaba mucho al hablar y parecía una adolescente en la forma de moverse-.

Karina: ok, entiendo.

Lujuria: claro que como eres su madre supongo que te resistirás asique para no pelear y despeinarnos querida te propongo que me des tu cuerpo para salvar a tu bebé, solo así podrás... –su mirada se tornó muy siniestra-.

Karina: no importa.

Él se sorprendió y en la realidad Senshi también.

Lujuria: ¿qué dices?

Karina: puedes tomarla, quédatela, tuve esa y puedo tener otra, Gregorio no notará la diferencia si llegáramos a tener otra bebé, después de todo ni conoce a esta.

Lujuria: que despiadada eres.

Karina: ni siquiera quería ser mamá, odio a los niños, me embaracé por accidente y lo usé para que Gregorio se casara conmigo, –mostró la mano con la sortija- lo cual ocurrirá en seis meses asique si quieres puedes quedarte a la bebé, la pondré en adopción y le diré a él que la mataste, fingiré estar inconsolable y él querrá consolarme, nos casaremos y tal vez tengamos otros hijos, fin.

Lujuria: -se carcajeó macabramente y Karina solo sonreía de forma maliciosa- hecho, hecho –le dio la mano a Karina-.

Sein volaba y rebanaba a todos los demonios, una masa negra se le pegó a la pierna y solo hizo brillar la espada, el pequeño ojo de la criatura se deslumbró y cayó al suelo, al ver que ya todos estaban derrotados hizo el círculo de exorcismo y desapareció los restos para limpiar la escena, pero apenas este brillo desapareció vio como salían unas sombras, risas y palabras macabras de la habitación de Karina.

Sein: ¡Karina! ¡Gracia!

Sein voló y atravesó todo lo que pudo, pero al llegar ya el ritual estaba hecho y el cuerpo de ese hombre estaba tirado en el suelo.

Tsumi no akuryō (los demonios del pecado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora