#28 El regresoEl rescate de la doncella

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Como a las once de la mañana Senshi comenzó a despertar, tuvo pesadillas de nuevo y se sentó muy agitada en el mueble grande de la sala.

Misu: hay un Podiaco que brota de ti en la noche –estaba acostada en el piso-.

Senshi: ¿aún dormías?

Misu: Misu despertó hace horas, pero como Senshi no se había levantado decidió esperarla.

Senshi: -le costaba un poco respirar- te... lo agradez...agradezco, pero creo... que tienes mejores cosas que hacer...

Misu: -se sentó en el piso, aun llevaba el mismo pijama que Senshi- no en realidad, todo ha sido muy tranquilo estos días, aún no se han avistado más de los siete pecados. 

Riof: -llegó dando unos pasos lentos y pausados- pero es verdad Senshi, esa cosa no ha dejado de atormentarte mientras duermes, temo que cada vez se te dificulte más dormir y eso puede ser perjudicial.

Senshi: estoy bien, puedo manejarlo, no dejaré que esto me domine, pero... -comenzó a oír muchas voces que le provocaban dolor de cabeza- ¡a! ¡aaa!

Riof: Senshi ¡Hank apresúrate!

Acostaron a Senshi en el sofá y Hank y Riof comenzaron el ritual, pero era incluso peor que cuando la ayudaron en el hospital, se movía con mucha agresividad, golpeando y arañando lo que estuviera cerca, dando patadas y gritos desesperados.

Agatha: es como Linda Blear.

Misu: deberíamos exorcizarla.

Riof: no, el demonio está abrazado a su corazón y ahora a su cabeza, si tratamos de exorcizarla podría morir.

Agatha: no creo que esto sea mejor.

Hank: ¡sujétenla!

Gregorio y Agatha trataron de sujetar sus brazos y piernas para que se calmara, pero cuando tomó uno de sus brazos Senshi con el otro lo tomó del cuello y comenzó a apretarlo con mucha fuerza.

Gregorio: -*dificultad para respirar*- A... Agatha...

Las uñas de Senshi comenzaron a sacarle unas gotas de sangre a Gregorio, sin contar con que estaba morado por la falta de oxígeno, y a pesar de que trataba de quitar la mano de Senshi de su cuello su fuerza era insuficiente para esto.

Agatha: -se asustó y decidió invocar su arco- ¡Gracia! –elevó al cielo una de sus manos y en medio de luz apareció su arco- ¡intentaré tranquilizarla!

Disparó una flecha hacia Senshi y suavemente fue soltando el cuello de Gregorio, que cayó desmayado al suelo.

Agatha: ¡Gregorio! 

Senshi comenzó a llenarse de pensamientos felices, que luchaban en su mente con lo que trataba de inculcarle el demonio de la envidia, pero esto ayudó a que se calmara y ahora solo se movía con algo de incomodidad sujetando su cabeza y luchando con la confusión, mientras que Misu observaba tranquilamente.

Después de unos segundos más Senshi finalmente se calmó y comenzó a incorporarse, sentándose en el sofá con algo de incomodidad.

Senshi: ¿qué pasó?

Hank: -se sentó en otro sofá- creo que la intensidad de este demonio está creciendo, pero me pregunto por qué.

Misu: podría ser por el uso que Senshi hace de su Podiaco, quizá mientras más lo use más permiso le da de entrar en su mente, hay que eliminarlo de una vez por todas.

Riof: no te equivocas Misu, pero creo que hay algo más, tal vez la cercanía con otro de ellos... no, quizá... -algo vino a su mente y salió corriendo-.

Tsumi no akuryō (los demonios del pecado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora