Tsumi no akuryō (los demonios del pecado)

#63 La razón del odio y el resentimiento:

El ser exorcista es una bendición, pero también es un modo de vida, pues al ser recompensados con comida, oro, plata o diamantes la mayoría prefiere dedicarse tiempo completo a esto... después de todo, quieran o no siempre habrá algún demonio esperando por ellos y los atacaran en cualquier momento, que esto pase en medio de una jornada laboral o cuando tienen una cita romántica con un simple mortal es claramente perjudicial, solo causa caos y confusión, así se crean muchas historias y leyendas inexplicables para la gente, claro que cosas así también pueden pasarle a personas normales, pero no de la misma manera, y no por estar poseído podrán ver espíritus y ángeles, eso dependerá de sus propias facultades y de la clase de demonio, por lo menos los 7 pecados requieren de Podiaco constantemente así que le otorgan a su recipiente esa capacidad.

Al ser un modo de vida por el que se puede ganar muy bien dependiendo del tipo de demonio que se derrote, desde tres monedas de bronce hasta centenares de diamantes, o unas cuantas papas, todo depende de que tan fuerte sea el demonio y si es o no común, pues solo los demonios únicos en su clase tienen un nombre propio, como Kusuru o Wolfider que al alcanzar una reputación se diferencian de los comunes como Fantasía o tipo Animal... Los exorcistas se han vuelto competitivos, luchando por la reputación y un bienestar económico, más que para ayudar a alguien. Por eso dependiendo del lugar puedes escuchar sobre exorcistas que se han vuelto leyenda, o que han llegado a tal punto de construir una familia cuya sangre determina desde que nacen que están destinados a la grandeza, puesto que nacen ya con una gran cantidad de Enevina, y si se casan con alguien que tenga esas mismas facultades el resultado será un hijo con una Enevina y una fuerza privilegiada.

En Aleuzenev las dos familias en que se divide el poder son los Akagui y los Shiba, los cuales también tienen dividido el territorio del país, pero saltan a la vista otros exorcistas muy fuertes que se hacen populares solos, ya que no tienen familia, como lo ha hecho DominickAmsung.

La guerra que existe entre los Shiba y los Akagui data de hace cientos de años, pero cada vez se ha hecho más fuerte y más violenta, conllevando un par de guerras civiles a lo largo de los siglos, unas más memorables que otras, pero hubo una en especial que arrasó con una gran cantidad de víctimas hace 18 años.

Agatha: ¿qué tienes que ver con esa mujer? ¿por qué nunca nos dijiste nada?

Hank: no lo sé.

Agatha: ¡¿cómo que no lo sabes?!

Gregorio: la verdad es que sabemos muy poco de ti Hank, solo nos has contado un pedazo de lo que pasó con tu familia, y antes o después de eso, pero en esa parte siempre ha habido gato encerrado ¿fue por esa mujer?

Hank: Gregorio, Agatha, les voy a pedir que no levanten calumnias sobre ella, ella no hizo nada malo, y no es "esa mujer", su nombre es Misako, una persona maravillosa... aunque es verdad que es parte de eso, es complicado, al ocurrir tantas cosas preferí callarlas... no es agradable recordar esos momentos tan duros e hirientes.

Lío bajó silenciosamente y se quedó escuchando lo que hablaban desde las escaleras, la verdad no parecía muy interesado en ayudar sino en espiarlos, a pesar de ser un poderoso arcángel tenía claramente motivos ocultos para todo lo que hacía, así que se limitó a observar.

Ira: hm... que interesante, entonces tú debes ser el chico con el que tuvo un fogoso romance.

Agatha: ¡¿qué?!

Gregorio: -*sonrojado*- ¿fo-fo-fogoso romance?

Hank: -su cara se puso roja de ira y vergüenza- ¡cl-claro que no! ¿Por qué? ¿qué te contó?

Ira: más de lo que crees y menos de lo que te imaginas.

Agatha: Hank...

Hank: -*sonrojado*- bueno... yo... -inhaló hondo y exhaló- está bien, les contaré, pero de prisa, no podemos tardarnos solo en eso.