Gabriel: es algo muy triste, pero ¿por qué me cuentas todo esto?
Erika: -se puso de pie- ¡para que entiendas! ¡lo que ustedes pretenden no es posible! ¡solo la harán sufrir más y yo no puedo permitir eso!
Gabriel: -tenía la mente cansada- no entiendo tu punto.
Erika: -se enfureció- ¡aich! Te lo explicaré con pelos y señales, supongamos que tu amiga le dice todo a Vanessa y ella le cree ¿qué pasaría entonces? ¿dónde podría entrenar o practicar sin que la vieran? Está vigilada las 24 horas del día por miles de empleados de esta casa, y si decidiera escapar no podría por esa misma razón, entonces lo único que le quedaría sería hablar con espíritus, ángeles o basura negras como ustedes, sería entonces el mismo problema y su madre incrementaría las medidas –tomó el palillo y lo señaló- ¿no lo entiendes?
Gabriel: pero dejaría de temerle a todo eso y podría encontrar una forma de enfrentarlo, más eficiente que la de ahora.
Makoto: por eso no deben preocuparse, nosotros matamos a todos los demonios que entran a esta casa sin que la señorita Vanessa se dé cuenta, y dialogamos con los espíritus para que tengan cuidado en su forma de actuar.
Gabriel: si, pero no siempre lo hacen a tiempo, la he visto discutir con demonios o huirles a espíritus, incluso a ustedes ¿eso no les duele? ¿a ti no te duele Erika?
Erika: -se quedó pensativa un momento, pero sacudió la cabeza para volver en sí- ¡cállate! ¡solo cállate!
Se impulsó con las piernas y corrió para darle un puñetazo a Gabriel, el cual debido a que es incorpóreo atravesó, sin dañar ninguna, varias paredes hasta llegar a otro cuarto,a 4 de donde Erika y Makoto aún estaban.
Makoto: -sonrió- como siempre se precipitó, le echaré una mano.
Erika: no te necesito, me haré cargo sola –desplegó sus alas y atravesó el techo-.
Makoto: tal vez tenga razón, iré a ver cómo les fue a los demás.
Makoto se dejó caer para atravesar ese piso y llegar al primero, donde encontró a todos los demás ángeles de la casa derrotados y muy heridos.
Makoto: pero ¿qué...?
Se agachó a comprobar si aún estaban vivos y uno de ellos lo tomó del kimono para jalarlo y murmurarle algo.
?: el... ángel de las... som... som... sombas...
Soltó a Makoto dejándolo muy confundido.
Makoto: espera, ¿cómo? ángel de las... qué? Háblame.
Tomó a ese ángel de la camisa y comenzó a agitarlo para hacerlo reaccionar.
Riof: no creo que te conteste, está exhausto, pero dudo que esté muerto, debes atenderlos de inmediato, no querrás que tu señorita vea esto ¿o sí?
Riof apareció recostado de una pared a la izquierda de Makoto, a unos 3mt de él.
Makoto: ¿quién eres?
Riof: soy una ilusión y tu universo es un holograma.
Makoto: no te burles de mí, -sonrió y en un tono arrogante se dirigió a Riof- a diferencia de estos tontos yo no seré tan fácil de derrotar.
Riof: ¡pf! ¿y quién te dijo qué perderé el tiempo contigo? No eres mejor que estos perdedores, asique mejor abstente y colabora con nosotros, -levantó un dedo y comenzó a negar moviéndolo de un lado a otro- no sería conveniente para ustedes que más de una pelea se llevara a cabo aquí dentro, solo llamarían la atención de esa chica.
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Tsumi no akuryō (los demonios del pecado)
RandomEn esta historia no se puede hablar sobre el bien y el mal de manera totalmente separada, sino sobre la mezcla de varios mundos por la apertura de la puerta al infierno desde donde las más desagradables y peligrosas criaturas vendrán a atacar a la d...