XXXVII

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Nos encontramos desayunando Ovidio y yo en el jardín ya que el clima era muy lindo como para estar encerrados en el comedor.

"Smiley" dije.

Ovidio me había dicho de su apodo "rato" pero le dije que yo le pondría mi propio apodo con cariño. Le puse "smiley" porque conmigo siempre era muy risueño a comparación cuando estaba con otras personas. Él quería ponerme uno pero le dije que no pero como siempre nunca me escucha.

"Dime, ratoncita." Respondió.

Si, me puso "ratoncita" porque como el era "el rato" y como yo era su pareja para el se le hizo perfecto ese apodo, el cual a mi me chocaba.

"Hoy es el cumpleaños de mi mamá y me gustaría hablar con ella un rato," confesé.

Él parecía estar pesándolo porque solo se quedó callado masticando la comida mirando así la nada.

"Si no se puede esta bien. En otra ocasión puedo verla," dije para que no se sintiera mal.

El trago la comida y después me sonrió para después poner su mano sobre la mía.

"¿En donde se encuentra tu mamá?" Él preguntó.

"Ella vive en Estados Unidos para ser más específica en San Diego," respondí.

"¿Puede cruzar?"

"Ella nació en San Diego al igual que yo," sonreí.

"Dile a ella y a tu papá que treparen sus maletas que vendrán un fin de semana aquí para festejar," Ovidio dijo.

No sabía si sentirme emocionada o no porque sabía que mis padres estarán furiosos al enterarse con quien mantengo una relación.

"Cuando termines les llamas desde tu teléfono pero trata de ser discreta," él dijo.

Asentí con la cabeza un poco nerviosa. Espero que todo salga bien.

Después del desayuno los dos nos dirigimos a su despacho donde haría la llama.

Marqué el número de la casa de mis padres. Sentía que los nervios me comían al escuchar que ya estaba entrando la llamada.

"Hello," escuché la voz de mi madre y el corazón se me paralizó por unos segundos.

"Hi ma," respondí con una sonrisa en el rostro.

Ovidio solo estaba cruzados de manos recargado en su escritorio observándome.

"Hi mijita, how are you? (Hola mijita, ¿cómo estás?)" Dijo ella.

"Mom, I'm just calling you to tell you happy birthday. (Mamá, solo te llamo para decirte feliz cumpleaños)"

"Thank you, my love. I really wish you were here with us. (Gracias, mi vida. Como desearía que estuvieras aquí con nosotros)" ella dijo con un nudo en la garganta.

Sentí un gran dolor en el pecho pero traté de fingir que todo estaba bien.

"Mami, listen, you need to come to Sinaloa. (Mami, escucha, tienes que ver ir a Sinaloa)"

"Daila, what's wrong? Are you okay? (Daila, ¿Que pasa? ¿Estas bien?)" ella pregunto preocupada.

Mire a Ovidio y él solo me señaló a su muñeca en señal que ya era tiempo de cortar la llamada.

"Mom, I can't talk. Someone is going to send you an envelope with information. Mami, I love you. (Mamá, no puedo hablar. Alguien te enviará un sobre con información)" Dije y sin dejar que ella terminara su oración colgué.

Ovidio al verme un poco demasiada me abrazo fuerte y después beso mi frente.

"Mi chula, no te pongas así. Ya pronto los verás," dijo para consolarme.

"Eso espero," traté de sonreí.

Los días pasaron y por fin llegó el fin de semana que estaba esperando con ansias. Sentí que mis manos me temblaban y me sedaban.

Ovidio le pidió a Rosario que prepara algo especial para comer. Le ayude a ordenar la mesa y preparar el pastel porque no quería comprarle uno.

Ovidio se arregló y la verdad estaba muy guapo. Tenía puesto un pantalón negro de vestir y una camisa blanca de vestir. El cabello se lo trato de arreglar pero me gusto que hizo el intento.

Yo solo me puse un vestido azul y unas zapatillas negras. Hice mi maquillaje y rise mi cabello.

Los hombres de Ovidio nos mantenían informados de cada movimiento sobre la llegada de mis padres.

"Señor, los padres de la señorita Daila están aquí afuera." Dijo uno de los hombres en la radio.

"Déjalos pasar," Ovidio ordenó.

"Como ordene, señor."

Ovidio me miro y se dio cuenta que estaba temblando. Él puso su mano sobre mi hombro.

"Tranquila, ratoncita." Él dijo.

De la nada la puerta principal se abrió y ahí se encontraban mi padre y mi madre confundidos y sorprendidos.

"¡Mija!" Mi mamá dijo al verme.

Yo corrí a sus brazos y la abracé muy fuerte y ella también.

"I missed you, (te extrañe)" dije casi llorando.

Después de que debute como cantante en el grupo deje de ver a mi familia y solo los miraba una vez cada cuatro meses. En estos últimos meses se me hizo complicado ir a verlos así que verlos era como si no los hubiera visto en años.

"Daila, what's happening? There was guys with guns outside the house, (Daila, ¿Que esta pasando? Había muchachos con armas afuera de la casa,)" mi papá dijo preocupado y un poco molesto, lo podía notar en su tono.

Lo abracé a él muy fuerte y el también me respondió el abrazo pero después se separo de mi esperando mi explicación.

Ovidio solo estaba atrás de mi parado sin poder entender ninguna palabra pero tenía una sonrisa.

"I'm still waiting for you to answer my question, young lady. (Aún sigo esperando que respondas mi pregunta, señorita.)" Mi padre dijo.

Giré mi cabeza para ver a Ovidio y que me ayudara.

"Hola, bienvenidos." Dije Ovidio dando un paso al frente y extendiendo su mano así mi papá para saludarlo.

Mi papá lo miro de arriba abajo pero tomo su mano y la sacudió de arriba a bajo.

"Muchas gracias pero dígame cual es su nombre joven," mi padre dijo.

Mi madre solo los observaba callada al igual que yo.

"Soy Ovidio.... Ovidio Guzmán para servile a usted y a Dios," Él respondió amablemente.

"Mucho gusto Ovidio. Soy Santiago Hernández y ella es mi esposa Bianca," mi padre dijo tomando a mi mamá de la cintura y arrimándola un poco más para el frente para que pudiera saludar a Ovidio.

"Mucho gusto señora Bianca," Ovidio dijo tomándola de la mano y dándole un beso en la mejilla.

"Mucho gusto, mijo." Mi madre respondió.

Él español de mis padres era más perfecto que el mío ya que ellos si lo hablaron cuando eran niños con mis abuelos y otros familiares pero cometieron el error de no hablarlo conmigo.

No estaba segura si ellos ya se habían dado cuenta de quien era Ovidio realmente.

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