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Un Mes Después

Después de mucho tiempo pude dormir y descansar en mi cama. Tuve que darme como cinco baños para poder quitar toda la mugre de mi cuerpo porque estando en esa casita y no poderme bañarme se acúmulo mugre donde yo no sabía que se ponía tener. Me corte el cabello y me rasure la barba para sentirme yo de nuevo.

No se que diablos hizo Iván que todo volvió a la tranquilidad. Ahora tenemos mas seguridad de la que teníamos antes. Tal vez les dio la lana que nos pidieron esos pendejos pero lo más importante es que ya puedo visitar a mis princesas y pasearme sin ninguna preocupación.

De Daila no sabía mucho solo lo que se decía de ella en las redes sociales y televisión. Sabía que le estaba yendo muy bien con la gira. Contaba los días para que se acabara la gira y poder verla pero creo que eso tiene que esperar porque su gira estaba siendo un éxito que habían añadido otras fechas más en otros países.

Todos volvimos a nuestras vidas, Alfredo sigue siendo su desmadre como siempre y a Iván no lo he visto desde que dejamos de escondernos en la Sierra supongo que ha de estar descansando.

Hoy me encontraba en mi rancho sentado en el jardín desayunando cuando de la nada escuché una silbido, el cual era muy familiar. Giré mi cabeza tantito y ahí estaba Alfredo con una gran sonrisa como siempre.

"¿Quieres desayunar?" Le pregunté en cuanto se acercó a la mesa.

Alfredo se sentó en la silla y tomó el vaso de juego de naranja que estaba sobre la mesa.

"Si, tú toma mi jugo no hay problema ahorita yo me bajo la comida a brincos." Dije girando los ojos.

Él bebió todo el jugo como si nunca hubiera bebido jugo de naranja en su vida. Sentí que casi se tragaba el vaso.

"Ahí tengo mas jugo, tranquilo." Dije.

Alfredo limpió su boca con su mano y discretamente se limpió la mano en su pantalón. Creo que el tiempo que estuvimos escondidos lo convirtió en un animal.

"¿No has sabido nada de Iván?" Alfredo pregunto.

"Él es tu hermano mayor y no sabes dónde está, que buen hermano eres."

"También es El tuyo, pendejo."

"Si pero es más hermano tuyo que mío," respondí.

"No fuera de Daila porque ahí si sabes esta que color de tanga trae," él bromeó pero yo no le encontré gracioso a lo que dijo.

Ignoré su comentario y seguí comiendo.

"Fui a echarme unos mariscos y unas cervezas con Vicente ayer," Alfredo dijo.

"¿Y?"

"Me dijeron que andan preocupado por Iván y el trato que hizo con esos pendejos para darnos seguridad," él informó.

De la nada el apetito se me fue. Trague lo que tenia en la boca y para poder pasármelo le tome un gran trago a mi café.

"¿Vicente tampoco sabe del trato?" Pregunté.

" le quiso decir pero dice que lo vio un poco preocupado."

Odio cuando Iván esconde cosas de nosotros. Según él lo hace para protegernos porque quiere cumplir la promesa que le hizo a papá pero aveces es tan pendejo por querer hacerse El Fuerte sale lastimado.

"No podemos darnos el lujo de perder a Iván. Él ahorita es la cabeza de los chapitos desde que papá no está aquí," dije preocupado.

"Pero, ¿que podemos hacer? Si ese pendejo no se deja ayudar," Alfredo negó con la cabeza.

"¿Haz hablado con Citlaly?" Le pregunté.

"Lo único que me dijo fue que Iván agarro unas cosas y se fue de la casa. Solo le manda mensajes con unos de sus hombres para decirle que esta bien y que pronto regresara."

Ese Iván no pide ayuden aunque se lo esté llevando la chingada. Odio que sea tan orgulloso ese hombre.

"Deberíamos hablar con Don Ismael," Alfredo sugirió.

"Ya sabes que ese viejo es una tumba cuando se trata de los negocios," dije.

Aunque fuéramos hablar con él solo perderíamos el tiempo ya que siempre es muy discreto.

"Entonces, ¿que hacemos? Nadie sabe donde está," preguntó Alfredo.

"Lo único que podemos hacer es esperar."

La verdad no tenía idea de que hacer pero tampoco quería hacer algo y arruinar lo que Iván tiene planeado. Se que Iván es muy inteligente para estas cosas así que lo mejor sería esperar.

"Creo que es lo mejor," respondió él.

Alfredo pidió el desayuno y los dos estábamos comiendo y a la vez platicando de temas sin importancia sobre el clima, deportes, música, y de otras cosas más.

Mire que Alfredo comenzó a usar su teléfono así que di por terminada la conversación ya que cuando el saca su teléfono es una señal que ya se aburrió de la conversación.

"¡Verga!" Exclamó.

Lo mire confundió pero seguí comiendo.

"¿Ya miraste lo que subieron?" Él me preguntó.

"Alfredo, ¿como voy a mirar? Si ya sabes que no me gustan eso de las redes sociales," dije un poco fastidiado.

"Promete no aventar mi teléfono cuando te lo enseñé," él dijo.

"Que si," respondí.

Alfredo me dio su teléfono y en cuanto puse mis ojos sobre la pequeña pantalla sentí como me hervía la sangre. Estaba apunto de aventar el teléfono pero Alfredo me lo arrebato de las manos de inmediato.

"¿Que vergas es eso?" Pregunté súper enojado.

"De seguro son chismes. Ya ves que luego lo hacen por agarrar fama," Alfredo trato de tranquilizarme.

"Maldito pendejo pero me las va a pagar ese maldito perro,"

"Ovidio, cálmate. Aveces son solo para darle promoción a los artistas."

"Me vale verga si es para promoción. A mi no me gusta que le anden haciendo esas cosas a mi vieja," dije.

"En primer lugar, ella no es tu vieja. A lo que yo tengo entendido ustedes ya no están juntos," Alfredo dijo en tono burlón.

Lo mire tan enojado que si mis ojos fueran pistolas este pendejo ya estuviera muerto.

"Y en segundo lugar, no creas todo lo que ves en el internet. En internet salen un montón de pendejadas," él dijo.

Bueno, supongo que tiene razón, aveces en el internet salen un montón de cosas que no son ciertas pero de todos modos a mi no me van a robar a mi vieja y verme la cara de pendejo.

"Me vale verga, ese pendejo me las va a pagar." Dije con mucha seguridad.

Le voy a meter un sustito a este pendejo para que no se ande metiendo con mi mujer.

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