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Al día siguiente tuve que levantarme muy temprano para ir al estudio de grabación porque ahí me encontraría con la persona con la que haría una colaboración.

Cuando me levante vomité de nuevo lo cual ya me estaba preocupado así que tome una pastilla para las náuseas porque hoy no podía faltar por nada en el mundo al estudio de grabación y aparte de eso ayudaría a llevar comida y ropa a las personas de faltos recursos.

Llegue al estudio de grabación y ya todos estaban ahí. Me sentí muy apenada de ser la última en llegar.

Habían tres hombres con gorras, anillos, cadenas, pulseras, relojes, zapatos y todo era de buena marca. Mi mirada de fue directo a uno de lentes, cabello chino, altura mediana, y barbudo. Tenía aretes en las orejas y uno en la nariz.

"Perdón por el retraso," dije nerviosa cerrando la puerta detrás de mi llamando la atención de todos por el ruido.

"No te preocupes. Apenas vamos llegando también," dijo uno de los hombres con un acento extraño para mi.

Reír nerviosa, podía sentir mi cara roja por los nervios ya que era la única chica en ese cuarto.

"Mucho gusto. Hasta que se me dio conocerte en persona," él hombre barbudo dijo con el mismo acento que el primero.

Sonreí y extendí mi mano para poder saludarlo y este la tomo y la apretó un poco fuerte lo cual me tomo de sorpresa.

"Benito," él dijo con una sonrisa.

"¿Benito?" Pregunté confundida, de lo nerviosa que estaba no se a lo que refería.

"Mi verdadero nombre es Benito Antonino Martínez," él dijo.

"Más conocido como el conejo malo," dijo el otro hombre riéndose.

"Perdón, es que estoy nerviosa." Dije temblando.

Él solo se empezó a reír a carcajadas.

"Yo también estoy nervioso porque soy tu fan," el dijo y sentí como el corazón se me iba a salir del pecho al escucharlo decir que es mi fan.

"Yo también soy tu fan," respondí.

Todos nos reímos a carcajadas.

Nos pusimos a trabajar, nos reímos y no las pasamos muy bien. Comimos algunos snacks y bebidas. Ya no sentí pena porque su platica me hacía sentir más cómoda.

"Entonces ¿el tema de la canción es de un amor prohibido?" Él preguntó.

"Si, podría decirse que los dos se mueren por gritar su amor pero es imposible." Dije.

"Me gusta la idea," el sonrió lo cual me puso un poco roja de los cachetes.

Los dos estuvimos escribiendo y grabando algunos versos de la canción pero como era hora de que fuera a llevarles comida a los necesitados.

"Perdón pero tengo que ir," dije levántame de la silla.

El se levantó también.

"Tengo que ir a llevar comida y ropa a personas que lo necesitan," expliqué.

"¿Puedo ir?" Benito pregunto sorprendiéndome por completo.

Asentí con una sonrisa, entre más personas ayuden es mejor.

La tarde fui muy divertida. Benito me ayudó a llevarle la comida y la ropa a las personas y obviamente algunas personas se acercaban y tomaban fotos y videos de nosotros. Él me hizo reír toda la tarde y me hizo sentir muy bien que ya lo veía como un amigo.

[NARRA IVÁN]

Estaba muy preocupado porque lo que le estaba pasando a Daila. No soy experto en estas cosas pero por los síntomas que tenía estoy casi seguro que está embarazada. Ojalá esté equivocado porque no me gustaría que estuviera embarazada y menos de Ovidio.

Ordene a uno de mis hombres que fuera a una farmacia y me compraran unas pruebas de embarazo para llevárselas a Daila en cuanto terminara con sus deberes.

Se dieron las diez de la noche así que supongo que ya estará de regreso a su casa. Me subí a mi camioneta y algunos de mis hombres me siguieron en sus camionetas. Me estacioné al frente de su casa y antes de bajar de mi camioneta me puse mi gorra, mis lentes y mi chaqueta para que no me reconocieran. Le pedí a mis hombres que estuvieran atentos.

Me dirigí a la puerta y cuando estaba al frente de ella la toqué por varios segundos. No pasaron ni cinco minutos cuando Daila abrió la puerta. Ella traía su pijama puesta y su rostro estaba sin maquillaje y sin duda aún era hermosa sin duda su belleza era natural.

Ella me jalo del brazo y me metió a la casa de inmediato.

"¿Tu quieres que te agarren o que?" Pregunto ella un poco molesta.

¿Acaso se está preocupado por mi? Mi corazón se acelera cuando la vea y no se por qué.

Ella negó con la cabeza mientras yo sonreía al verla así de enojada.

"Te traje esto," le di la pequeña bolsa negra que traía en mi mano.

Ella la tomó y me miró confundida.

"Son pruebas de embarazo," confesé.

"¿Tu piensas que estoy embarazada?"

"Tus síntomas lo dicen no yo," alce los hombros.

Daila abrió la bolsa y sacó una caja de embarazo para observarla muy cuidadosamente mientras le temblaban las manos. Tome sus manos para poder calmarla.

"Tranquila," sonreí.

"Tengo miedo," ella confesó.

"Yo te ayudaré."

Ella me sonrió y después me dio una abrazo el cual me tomó de sorpresa pero se lo respondí. No quería soltarla y mucho menos quería que esa prueba fuera positiva.

Daila entró al baño y después de unos minutos salió con la prueba en la mano tratándola de esconder.

"Yo no quiero verla mejor tú hazlo," dijo dándome la prueba de embarazado.

Yo tampoco quería verla pero tenía que ser fuerte por ella ya que yo sabía que ella estaba asustada.

Suspire y lleve la prueba de embarazado a mi rostro para ver el resultado.

Daila se encontraba en el sillón muy nerviosa y solo temblaba.

Lo que sabía de las pruebas de embarazo era que si salía una raya era negativa y si eran dos rayas era positivo.

Mire a la prueba de embarazado y sentía que me hervía la sangre y quería matar a Ovidio porque yo se que lo hizo al propósito sin importarle lo que Daila quería.

"Daila... la prueba es... es positiva," dije.

Ella se paró de inmediato del sillón y me arrebató la prueba para verla con sus propios ojos. Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos sin parar.

La tome entre mis brazos porque se miraba muy pálida y sentía que en cualquier momento iba a colapsar.


[AVISO: La empresa se encuentra en la Ciudad de México y la casa de Daila con la que comparte con las chicas también está en la Ciudad de México.]

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