XXXIX

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Después de que mi mamá terminara de enseñarle el álbum de fotos de toda la familia a Ovidio nos retiramos a nuestros cuartos porque el viaje había sido un largo y cansado para mis padres y yo quería que descansaran.

Ovidio y yo nos encontrábamos acomodando la cama para acostarnos a dormir pero me di un poco de sed.

"Voy a bajar a la cocina por un vaso de agua, ¿quieres algo?" pregunté.

"No, gracias."

Salí del cuarto y sin querer escuché a mi padre hablando con mi madre casi susurrando. Me acerqué a la puerta la cual estaba casi entre abierta.

"Why are you letting Daila stayed with him? (¿Por que dejarás que Daila se quede con él?)" mi mamá le reclamaba a mi padre.

"Do you think I want my baby to stay here with that criminal? (Tú crees que yo quiero que mi Bebe se quede con ese criminal?)" mi padre respondió molesto.

"Then let's get her right now and go home, (Entonces vamos por ella ahorita mismo y vámonos a casa)" mi mamá dijo.

Yo sabía que era muy raro que ellos accedieran a que yo me quedara con Ovidio y más sabiendo a lo que se dedica, pero no entiendo la razón por la cual aceptaron.

"Bianca, think for a second. Ovidio can help your family, (Bianca, piensa por un segundo. Ovidio podría ayudar a tu familia.)"

No estaba entendiendo nada. ¿Por que mi papá dice eso? ¿Ayudar en que?

Tenía ganas de entrar y pedirles explicaciones pero creo que eso empeoraría más las cosas.

Escuché los pasos de alguien acercándose a la puerta así que tuve que irme de inmediato a la cocina.

Entre a la habitación con un vaso de agua en la mano pero mi cara no podía esconder mi preocupación y mi confusión.

"¿Que traes chula?" Ovidio me cuestiono al verme.

"Escuché a mis padres discutir," respondí sentándome en la orilla de la cama.

Ovidio se acercó a mi y me quito el vaso de agua de las manos para después ponerlo en el mueble de noche que estaba junto a la cama.

"Es normal eso así que no te preocupes," dije poniéndose de rodillas frente a mi.

"Lo se pero es que escuché algo raro," confesé.

"A cabron. ¿Que escuchaste?"

No sabía si decirle a Ovidio pero creo qué tal vez sea buena idea para que el me ayude a investigar.

Estaba apunto de decirle cuando escuchamos a la puerta. Ovidio y yo miramos a la puerta confundidos. Él se levantó y la abrió. No puede ver quien realmente era porque Ovidio estaba tapando a la persona.

Segundos después Ovidio se giró a verme.

"Ahorita regreso," dijo y después salió cerrando la puerta detrás de él.

[NARRA OVIDIO]

Sabía que los padres de Daila reaccionarían de esa manera porque ya estoy acostumbrado pero realmente no quería que se la llevaran.

Daila estaba apunto de decirme lo que había escuchado cuando escuchamos que alguien tocó la puerta. Yo fui quien abrió la puerta y mire a la mamá de Daila afuera. Realmente no sabía que era lo que quería tal vez hablar con Daila.

"¿Podemos hablar?" Susurró muy bajito.

"Si," respondí y después me giré a ver a Daila para que no se diera cuenta que su mamá estaba afuera.

Los dos nos fuimos a mi despacho para estar más seguros y tranquilos sin que nadie nos interrumpirán.

Los dos nos sentamos frente a frente.

"¿De que quiere hablar?" Pregunté sin rodeos.

"Quiero que cuides mucho a Daila pase lo que pase," me exigió.

"Señora Bianca, la cuidare hasta con mi vida." Respondí.

"Ovidio... mi familia también estuvo envuelta en estas cosas," ella me confesó.

Me quede un poco sorprendido pero recordé que Daila me había dicho que sus abuelos eran de Sinaloa pero tuvieron que huir por problemas así que ya veo cuáles problemas eran.

"Por problemas mi padre tuvo que huir a California porque tenía miedo que le hicieran algo a su familia," Doña Bianca añadió.

"Su padre... ¿fue alguien importante?" Pregunté.

Ella bajo la mirada y suspiró.

"No quiero que Daila se entere de esto. Mi papá pidió ayuda al gobierno de Estados Unidos y le dieron una nueva identidad," dijo Doña Bianca.

"No se preocupe, su secreto está bien guardado conmigo."

Ella me regaló una pequeña sonrisa pero tenía sus ojos llorosos.

"Mi papá se gano muchos enemigos porque tuvo que dar información al gobierno para que le dieran un trato," Doña Bianca dijo.

Tal vez esa también sea una opción para poder salir de este mundo. Él abuelo de Daila lo hizo y tuvo la oportunidad de tener una nueva vida.

"Es por eso que te pido que cuides a Daila mientras ella está aquí porque si alguien se llega a enterar de quien es su abuelo no dudarán en hacerle algo," dijo preocupada.

"Jamás dejaré que le hagan algo y el que se atreva no vivirá para contarlo," traté de tranquilizarla.

"Gracias, mijo."

"¿Podría saber quien es su papá?" Pregunté curioso.

"Era Franco Villareal," respondió.

Abrí los ojos como plato. Franco Villareal, era el abuelo de Daila. Él es conocido como el judas del narco. Dicen que eran uno de los mejores pero después desapareció.

"No se preocupe, Daila estará a salvo." La consolé.

"Gracias," ella sonrió.

Cuando era pequeño escuchaba a mi padre hablar de él ya que hubo un tiempo que los dos trabajaron juntos y había rumores que él había sido el que delató a mi padre la primera vez que lo agarraron y lo metieron a la cárcel pero nada se comprobó.

"Mi papá adora mucho a Daila y se moriría si algo malo le llegara a pasar a ella," ella dijo.

Quien diría que su abuelo huyó de este ambiente y su única nieta haya caído en este ambiente. Supongo que el destino hace cosas raras.

"Tiene mi palabra," respondí.

Ella se levantó de la silla y se dirigió a la puerta pero se detuvo.

"Mi papá fue quien entregó a tu papá la primera vez que lo agarraron," dijo sin voltear a verme.

"Eso fue hace mucho y eso es entre su papá y mi apá," respondí.

Ella salió de mi despacho.

Quien diría que Daila está conectada en este mundo sin querer. Pero eso de hacer tratos con los gringos es muy buena idea, lo tendré muy presente por si acaso.

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