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[NARRA OVIDIO]

El día de la fiesta de Alfredo estaba que me llevaba la chingada al ver del brazo a Daila con Iván y mas me molesto al ver que veían vestidos casi iguales. Quería ir a romperle la cara y llevarme a Daila pero no quería que Daila me odiara más.

Desde que terminé con Daila entré en las drogas. Mi apá siempre me decía que el narco que consume su propia mercancía era un pendejo. Casi todos los días la consumo para olvidar que Daila ya no se encuentra a mi lado.

Sentí una vergüenza cuando Daila me vio en el baño metiéndome coca. Creo que la acabe de decepcionar más de lo que ya estaba de mi. Le juré que lo dejaría de ser y hasta el momento estoy cumpliendo con mi palabra porque si la quería recuperar tenía que estar bien.

Para poder empezar hacer mi luchita con ella para recuperarla le pedí a mi compa Lenin Ramírez que me hicieran el favor de escribirme una canción para Daila. Cuando la escuché quede fascinado y más cuando él me avisó que la cantaría en unos premios a los cuales Daila asistiría.

Me acomode en el sillón con unas botanas y un refresco para poder ver los premios y por lo menos ver a Daila en la televisión. Al verla quede más enamorado. Venía con su cabello rizado, un vestido rojo pegado y con un descote increíble, unas zapatillas negras y el maquillaje era más que perfecto. Era la mujer más guapa del mundo.

"¿Ahora tú qué ves?" Escuché la voz de Alfredo atrás de mi.

Él al ver las botanas se las agarro para el y se sentó junto a mi sin pedir permiso ni nada.

"Unos premios de música donde va a salir Daila," expliqué.

Hoy Alfredo había venido a visitar a una de mis casas de seguridad porque teníamos unos asuntos que resolver del negocio solo que estábamos esperando a Iván porque siendo el mayor siempre tenemos que pedir aprobación de él para tomar una decisión sobre los negocios.

Los dos estábamos platicando de tonterías hasta que dijeron el nombre de Daila lo cual me llamo la atención. Le dije a Alfredo que guardara silencio para poder escuchar.

"¿Y ese güey quien es?" Alfredo pregunto al ver a un hombre en el televisor con lentes, aretes y cabello chino.

"Es el mentado bad bunny," respondí.

"¿Bugs bunny? ¿El de la caricatura?" Él preguntó confundido.

"No seas pendejo. Es bad bunny," dije girando los ojos.

"Estos vergas se pone como las caricaturas y yo soy el pendejo, no mames." Se quejó.

"Pero platícanos cómo fue la colaboración con Daila del grupo Rose," la reportera dijo.

Él al escuchar el nombre de Daila su cara se iluminó.

"Fue maravilloso. Ella es una chica muy linda y muy talentosa," él contestó con una sonrisa.

"¿Te gustaría hacer otra colaboración con ella en el futuro?" Ella le preguntó.

"Claro, claro. Los dos nos acoplamos muy bien y si ella quiere lo haremos."

"Oye, tus fans quieren saber cómo es tu chica ideal. Platicamos," dijo ella.

El giro para todos lados y en ese momento Daila venía atrás de él con las chicas. Él hizo una seña con los ojos señalando a Daila.

"Ahí les dejó una pista," dijo riéndose y después se fue.

"Bad bunny acaba de revelar que su chica ideal es Daila," dijo la reportera a la cámara.

Alfredo se le atoró una botana al escuchar eso.

"¿Quien vergas se cree este pendejo?" Pregunté enojo.

"Cálmate. Ya sabes que lo hacen para que su canción pegue," dijo Alfredo.

La verdad no tenía ganas de verle la cara a ese pendejo así que mejor me levante del sillón.

"¿A donde vas?" Alfredo me pregunto y después se llenó la boca de botanas.

"Voy a la cocina por una cerveza," dije.

"Me traes una."

Gire los ojos y a Alfredo solo le dio risa.

Entre a la cocina y saque cuatro cervezas del refrigerador para no venir a cada rato. Alfredo se había adueñado de mis botanas así que saque otras bolsas para mi. Salí de la cocina con las manos llenas.

"¿De que me perdí?" Pregunté acomodándome en el sillón.

"Solo te perdiste cuando Daila desfiló en la alfombra," él dijo.

Troné mi boca porque por culpa de las cervezas y las botanas no puede ver a Daila.

Estábamos los dos a gusto mirando los premios cuando se abrió la puerta principal. Alfredo y yo giramos nuestras cabezas y vimos a Iván.

"¿Que ven?" El preguntó.

"Unos premios," Alfredo contestó.

Iván se sentó con nosotros y miró a la televisión cuidadosamente por unos minutos.

"Los premios a los que Daila iba asistir en Miami," él dijo.

Traté de ignorarlo porque no tenía ganas de estar discutiendo con el.

"¿Que pasó con el problema del dinero?" Iván preguntó.

"Estos vergas están pidiendo más dinero por la seguridad," Alfredo contestó.

"Están pidiendo diez veces más la cantidad que les estamos dando porque según ellos los gringos los están presionando por nuestras cabezas," expliqué.

"Lo mejor sería que les enseñemos quien es el jefe. Podemos darles una calentadita para que se calmen y no estén chingando," Alfredo propuso.

"Nos estarías echando la soga al cuello si hacemos eso. ¿Y el señor Mayo que dice sobre esto?" Iván suspiró.

"Ya sabes que ese viejo aún sigue viviendo en el pasado," Alfredo dijo.

"Entonces ¿les damos lo que piden o que?" Le pregunté a Iván.

"Yo hablaré con ellos para ver si hay otra manera de arreglar eso," él contestó.

"Iván, lo único que quieren es dinero o uno de nosotros." Alfredo dijo irritado.

"¿Que podría pasar si nos entregamos?" Pregunté.

Las miradas de Alfredo y Iván se fueron así a mi que si fueran pistolas ya estuviera muerto.

"¿Tú estás pendejo o qué?" Alfredo preguntó sarcásticamente.

"Si es lo que quieren pues porque no darles lo que quieren," respondí sin ningún preocupación.

"Ovidio, no digas mamádas. Aquí nadie se va a entregar," Iván dijo firme.

No veo el problema con eso, el abuelo de Daila lo hizo y lo que consiguió fue unos años en la cárcel y una nueva vida. Yo también quiero una nueva vida con Daila lejos de todo este ambiente y si mi única manera de hacerlo es entregarme lo haré.

"Pues entonces dales el puto dinero para que se queden quietos," dije molesto.

"No podemos estar soltando dinero a cualquier pendejo que se crea más chingon que nosotros," Iván dijo.

Me levante del sillón y tome mi cerveza para después irme a mi habitación.

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