Me sentía un poco mal y tenía un poco de miedo por haber hecho eso pero no tuve otra opción porque miraba que su carrera iba cada vez mejor y sentía que se estaba alejando de mi. Solo espero que no me odie por haber hecho eso sin su permiso.
Mi familia quería que llevara a Daila a la casa para poder verla ya que ellos también se morían de ganas de verla.
La ayude a bajarse de la camioneta y mi madre ya estaba afuera de la casa esperándonos con una gran sonrisa en su rostro. La saludamos y entremos a la casa para sentarnos en la sala para platicar.
"Mija, te miras bien chula en los escenarios." Mi mamá dijo.
"Gracias," Daila sonrió apenada.
"Cada que sales en la televisión nunca me lo pierdo." Mi mamá añadió.
"Ama, ¿quienes van a venir?" Pregunté ya que solo estábamos los tres solos.
"Tus hermanos, pero ya ves que algunos tienen cosas que hacer." Ella explicó.
De pronto escuchamos el claxon de una camioneta afuera de la casa así que todos salíamos. Alfredo bajó de esta con una sonrisa muy cambiando.
"Buenas tardes, señora Griselda." Saludo a mi mamá de abrazo y beso.
"Hola, mijo." Ella respondió.
"Perdone que venga pero me había enterado que Daila estaba aquí y pues hace mucho que no la veo así que vine," él explicó.
"No te preocupes mijo, yo les dije a todos que vinieran porque se que todos extrañamos a Daila," mi madre dijo.
Alfredo abrazo a Daila muy fuerte.
"La señorita se va de gira por todo el mundo y se olvida de los pobres," dijo Alfredo.
Daila le dio un pequeño golpe en el pecho.
"No digas esas cosas," ella dijo riéndose a carcajadas.
"Iván me dijo que si tenía tiempo pasaría a saludarte," Alfredo le dijo a Daila y ella solo sonrió.
No se pero ese sonrisa que puso en su rostro al escuchar el nombre de Iván me puso un poco celoso.
"Bueno, pasemos a tomar algo." Limpie mi garganta.
Mi mamá me tomó del brazo y camino conmigo mientras Daila y Alfredo venían atrás de nosotros bromeando y riéndose.
"¿Cuando me consigues una cita con una de tus amigas famosas?" Escuché a Alfredo preguntarle a Daila.
"Yo quiero mucho a mis amigas y no las dejaría salir contigo jamás," ella respondió.
"Pinché plebe, ¿asi nos llevamos?" Dijo él.
"Todas son demasiadas lindas para ti," ella dijo.
"Soy más guapo que Ovidio y aún así estás con él," Alfredo se burló.
"Estoy más chulo que tú por eso tengo a esta chula a mi lado," dijo orgullosamente tomado a Daila de la mano y alejándola de él.
Alfredo solo giró los ojos y se empezó a reír a carcajadas al igual que Daila.
Todos pasamos al jardín a la pequeña terraza que mi mamá tenía.
Mi mamá trajo algunas botanas, cervezas y limonada para que pudiéramos disfrutar la tarde.
Poco a poco fueron llegando mis hermanos y el ambiente se estaba poniendo mejor, el único que no estaba presente era Iván. Supongo que tuvo cosas que hacer.
Daila se encontraba con mis hermanas y mi mamá hablando cosas de mujeres ya que solo miraban para acá donde estábamos los hombres y se reían a carcajadas.
"¡IVÁN!" Alejandrina gritó con emoción ya que estaban un poco tomada.
Todos giramos a verlo y el solo tenía una sonrisa en su rostro y en su mano traía una pequeña caja de regalo. Sentía que lo había hecho al propósito de llegar tarde para después llevarse toda la atención con su llegada. Y estaba en lo cierto ya que todos tenían sus miradas puestas en el incluso Daila.
"Perdón por el retraso pero tuve algunas cosas que hacer," dijo él.
"No importa, apenas estamos comenzando." Dijo Alfredo haciéndole señas con las manos para que se sentara con nosotros.
"Pero primero quiero darle este regalo a Daila," él dijo buscándola con la mirada y cuando por fin la encontró se acercó a ella para darle un beso y un abrazo.
Todos estaban callados y se miraban entre ellos confundidos. El ambiente se puso tenso ya que yo sentía que me llevaba la fregada.
Alfredo notó mi mirada y vio cómo apretaba mi mandíbula y las venas de mi frente estaban marcadas.
"Cálmate, solo es un regalo y además es tu hermano." Alfredo me susurro para calmarme pero ninguna de esas palabras entró a mi cabeza.
"¡QUE LO ABRA!" Grito Alejandrina.
Daila abrió el regalo y era una pistola bañada en oro y diamantes. Ella se quedó boquiabierta.
"¿Una pistola?" Ella preguntó confundida y nerviosa.
Me levante de la silla y me dirigí así a ellos furioso. Tome la pistola de las manos de Daila y se la regrese a Iván.
"A ella no le gustan estas cosas," dije.
Daila siempre me ha dicho que las armas nunca han sido de a su agrado por eso cuando ella está presente trato de que no vea o no esté junto a ellas
"Ovidio solo es un regalo," Iván dijo sin preocupación.
"Si pero es un regalo pendejo," fruncí el ceño.
"¿Acaso no le has dicho nada a Ovidio?" Iván le pregunto a Daila.
Daila tragó saliva.
"¿Decirme que?" Pregunte esperando una respuesta.
"Daila tiene una oferta de grabar una película en Hollywood de acción por eso le regale una pistola," Iván confesó.
"Felicidades," Griselda, mi hermana dijo aplaudiendo.
Sentí un enorme dolor de cabeza. Estaba enojado porque Iván sabía de esto y yo que soy el novio de Daila no estaba informado de esto. Si Daila se va a grabar la película creo que ahora será que no la vea por mucho tiempo.
"Así que ten Daila y felicidades por tu película," Iván dijo y después le dio la pistola devuelta a Daila.
Alfredo trato de animar el ambiente para que la tensión desapareciera poniendo un poco de música.
"Vamos a bailar," exclamó.
Alejandrina y Griselda tomaron a Daila del brazo y se la llevaron para bailar con ella.
"Tengo que hablar contigo," le dije a Iván.
Los dos entramos a la casa.
"Daila no participará en ese pendejada," dije molesto.
"Es la decisión de ella no tuya."
"Me vale Verga pero ella no participará en esa película," ordene.
"Lo siento mucho pero la empresa quiere que participé así que no hay nada que hacer," Iván dijo con una sonrisa vacilante.
"La embarace," explote pero después me lleve las manos a la boca.
Que pendejo soy. Yo mismo me eche de cabeza.
"¿Que hiciste que?" Iván preguntó.
"Que la abracé," dije disimuladamente.
"Ovidio, espero que no hayas hecho una mamada porque ella jamás te lo va a perdonar." Dijo él y después se marcho no sin antes darme una mirada de advertencia.
