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El fin de semana pasó y desafortunadamente los padres de Daila tuvieron que regresar a California. Note que ella estaba un poco triste así que le dije que pusiera lista porque íbamos a ver a mis hermanos y algunos amigos.

Ella salió del baño y solo tenía unos jeans pegados y una camisa blanca de tirantes. Siempre ha sido hermosa y hoy bastante.

Los dos nos dirigimos a una de las casas de Iván ya que siempre el ponía la casa para cualquier reunión.

Ayude a bajar a Daila de la camioneta y después entramos a la casa agarrados de la mano.

Al entrar mire que todos ya estaban ahí en la sala sentados tomando y platicando.

"Ya llegó por fin la princesa," Alfredo dijo al verme.

Todos pusieron la mirada sobre mi y Daila. Ella apretó mi mano en señal que tenía pena y más cuando ella era la única mujer en toda la sala.

"Pinché ratón, hasta que te dejas ver y veo que traes compañía." Dijo un hombre alto con una gran sonrisa.

Solté la mano de Daila para poder abrazar y darle unas palmas en la espalda al hombre.

"Ella es Daila, Daila el es Vicente." Los presente.

Él la saludo de mano y de beso a Daila mientras que ella se ponía un poco roja.

"Mucho gusto, plebe." Vicente dijo después de separarse de ella.

"Un placer," ella respondió.

Mire a los demás murmurando entre ellos.

"Serafín, ya mire que estás de pinché vieja chismosa." Dije al ver a ese hombre sentado junto a Iván.

El no tuvo otra opción más que levantarse y saludarme dándome una abrazo.

"Mucho gusto, Daila. Soy Serafín hermano de Vicente," él dijo extendiendo la mano así Daila.

Ella tomo su mano y la sacudió arriba y abajo.

"Acaso, ¿eres tú la que sale en la tele?" Serafín pregunto.

"¿Apoco eres famosa?" Vicente le pregunto.

"No, no lo soy." Ella respondió avergonzada.

De pronto salió de la cocina un hombre delgado y estatura mediana con una varías cervezas en la mano. Él las repartido a cada uno pero sin quitarle la mirada a Daila. Cuando se acercó a Serafín y Vicente noté que tenía una pequeña sonrisa en el rostro.

"Yo la mire en la televisión," dijo Serafín agarrando la cerveza.

"No era yo," Daila dijo riéndose.

"Ahorita que lo dices fuiste tú quien canto en la fiesta," Vicente dijo.

Él hombre después de ofrecerles a Vicente y a Serafín se acercó a mi.

"No sabía que estabas aquí así que solo traje para ellos pero ahorita te traigo una," me dijo.

Daila lo miro y después le regaló una sonrisa a él y de inmediato él la respondió.

"Hoy no voy a tomar," respondí.

Todos se miraron entre ellos confundido.

"Néstor, déjalo ya se volvió mandilón." Alfredo dijo desde el sofá.

Todos rieron excepto por Iván quien solo tenía una cara de pocos amigos como siempre.

Vicente y Serafin volvieron a sentarse en el sofá riéndose.

"Lo que tú digas, Ovidio." Susurro Néstor y después se fue a sentar con ellos.

Creo que fue una mala idea traer a Daila pero no quería dejarla sola después de que sus padres se regresaron.

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