*Un Mes Después*
Hoy había citado al abogado en una de mis casas de seguridad. Le pedí a mis hombres que no me pasaran ninguna llamada y mucho menos que informaran a mis hermanos sobre la cita que tenía con él.
Les pedí a mis hombres que en cuanto el señor Roberto llegara que lo hicieran pasar de inmediato. Ya tenía todo preparado en mi despecho. Solo me encontraba sentado revisando que todo estuviera en orden.
Estaba un poco nervioso porque quería que todo saliera bien porque si eso no era el caso estaba arruinado y acabando por lo que mi papá trabajó casi toda su vida.
Escuché que tocaron la puerta sacándome de mis pensamientos.
"Adelante," respondí.
"El señor Roberto está aquí," escuché al otra lado de la puerta.
"Déjalo pasar," ordene.
La puerta se abrió y ahí estaba un señor de una estatura baja, un poco robusto y pelón. Traía un portafolio y venía de traje negro.
"Ovidio, me dio gusto recibir tu llamada." El dijo sonriendo.
Me levante de inmediato para poder saludarlo de un apretón de manos. Trate de ser firme con ese apretón de manos para evitar que notara mi nerviosismo.
"Tome asiento, por favor. ¿Le ofrezco algo de tomar?" Pregunté.
Los dos nos sentamos para poder estar más a gusto.
"No, gracias." El respondió.
"Muchas gracias por haber venido hasta aquí," dije.
"No hay nada de agradecer. Me sorprendió mucho tu llamada. Supongo que quieres saber cómo está tu padre," el señor Roberto dijo.
"No, en realidad lo llame para otra cosa... quiero hacer un trato con los de la DEA," confesé.
Su gesto cambió a un un poco más serio.
"Quiero darles información sobre nuestros enemigos pero ha cambio quiero un trato donde yo pueda irme lo más lejos de Mexico con mis hijas y mi pareja," dije.
"A lo que yo tengo entendió ese trato ya lo hizo Iván con el gobierno mexicano para poderles darle más seguridad."
No estaba completamente seguro si el ya sabía sobre el plan de Iván. Eso es una parte del trato de Iván pero aún faltaba el pez gordo que Ivan prometió.
"De todos modos tiene que dar más que información para que la DEA considere hacer un trato con usted," él añadió.
"Bueno, si entonces quieren más que información ¿que le parece un hijo del Chapo Guzman?" Le propuse.
[NARRA IVÁN]
"¿Como vamos con lo que te pedí?" Pregunté mirando por la ventana del carro observando las personas caminando y platicando.
"Ya todo esta listo solo es cuestión de que tú des la orden para hacerlo," me respondió Néstor.
El venía manejando y solo tenia la mirada puesta en el camino.
"¿Estás seguro? Si sabes que esto hará las cosas más complicadas dentro de la organización, ¿cierto?" El pregunto.
"Siempre tenemos que hacer sacrificios," respondí.
"¿Ya le dijiste a Don Mayo?" Néstor pregunto.
Lo mire y le di un pequeño zape en la cabeza.
"¿Tú estás pendejo o que? Si ese viejo se entera todo el trato que hice con el gobierno se va a la basura," explique.
"Pero ese trato solo favorece a ti y a tus hermanos... los Mayitos salen sobrando en ese trato."
"Después de que capturan a mi padre la relación con Don Mayo valió verga. Solo lo respetábamos por mi papá pero ahora que mi papá no está ese viejo se puede ir a la verga," dije.
Mis hermanos y yo solo le teníamos respeto a Don Mayo porque era compadre y el socio de mi papá. Después de la captura de mi padre la relación que teníamos con Don Mayo se fracturó y más porque había el rumor que por culpa de él mi padre fue capturado. La relación que tenemos con sus hijos era un poco diferente porque crecimos juntos pero ellos también se estaban volviendo como su padre de solo querer que la organización sea de los Mayitos.
"Solo vas a crear una guerra en la organización," Néstor murmuro.
"Ellos no van a saber nada. Nadie sabe nada más que tú y Ovidio," dije.
"¿Alfredo no sabe nada?"
"A nadie le quería decir solo le dije a Ovidio para que mantuviera a Daila lejos," respondí.
"Ojalá si te haga caso," Néstor negó con la cabeza en señal de que era imposible que Ovidio me hiciera caso.
Minutos después llegamos a la casa. Néstor y yo entramos a la casa para poder descansar un poco. Nos sentamos en el sillón.
"¿Cuando darás la orden? Quiero estar preparado para cualquier cosa que pase," Néstor me preguntó.
"Tal vez en un mes. Ahorita quiero poner a mi familia en un lugar seguro."
De pronto sentí que mi teléfono comenzó a vibrar en la bolsa de mi pantalón. Lo saqué de mi pantalón y era el número de Citlaly.
"Hola corazón," contesté.
"Hola Archi," ella respondió.
Néstor solo se río de mi porque mi tono de voz cambio a uno mas dulce.
"Vinieron unos de tus hombres a mi casa y me dijeron que tenia que llevar algunas cosas porque me tenía que ir," dijo ella al otro lado del teléfono.
Estaba tan ocupado con todo esto que olvide avisarle a Citlaly que tenía que irse lejos por un tiempo.
"Si mija, las cosas en la organización se van a poner tensas y quiero que te vayas por un tiempo fuera del país. Ya me hice cargo de todo así que solo sigue sus órdenes," le informe.
"¿Puedo verte antes de irme?" Ella pregunto.
Sabía que quería hacer el amor porque los dos sabíamos que duraríamos mucho tiempo sin vernos.
"Claro que si corazón," dije.
Colgué mi llamada y ordené a uno de los hombres que me trajeran a Citlaly antes de que se la llevaran.
"Quiero que me consigas más hombres por si se desata un guerra contra el Mayo," le ordené a Néstor.
"A tus órdenes. Mañana mismo tienes a los hombres a primera hora en tu puerta."
"Bueno, ahorita quiero que me dejes solo porque Citlaly vendrá a verme." Dije.
Néstor solo se burló de mi y después salió por la puerta.
Minutos después Citlaly llegó.
