LXVIII

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Entre a la pequeña casa y ahí se encontraba Iván sentado en la mesa tomando cervezas y fumando un cigarro.

"¿Quieres una chela?" Preguntó al verme.

Creo que verlo así de calmado me daba más miedo que verlo enojado.

Sin decir nada tome una cerveza de la hielera y después me senté al frente de él. Le di un sorbo a la cerveza y después la puse sobre la mesa.

"¿Cómo está Daila?" Él preguntó.

"Bien, bien."

"Me alegra escuchar eso," Iván dijo muy calmado.

"Me dijo que se iría de gira fuera del país," le informe.

"Que bien, me alegro por ella."

Asentí con la cabeza porque no sabía que decirle. Prefería al Iván enojado que esté Iván amable.

"Todo el éxito que está teniendo se lo merece," Iván rompió el incómodo silencio que había entre los dos.

"Si, lo se. Es una mujer increíble," dije.

"Si, lo se."

"Perdón," baje la mirada.

Iván tomó todo lo que le restaba de cerveza de un solo trago.

"¿Perdón? ¿Por qué?" Dijo.

"Por haberme ido sin avisar sabiendo que las cosas andan calientes," expliqué.

"No tienes porque pedir perdón porque todos hacen lo que quieren y les vale verga lo que pueda pasar."

Bueno, duro poco el Iván amable y ya regreso el Iván enojado.

"Yo creo que hubieras hecho lo mismo por Citlaly," dije.

"Pues estoy aquí no con ella."

"Tal vez no la amas lo suficiente como para ser el sacrificio."

"¿Y tú que sabes de amar?" Él preguntó riéndose forzadamente

"Creo que esta conversación ya se terminó," dije.

"Ovidio."

"¿Que?"

"Te lo juro que si vuelves a lastimar a Daila de nuevo te voy a matar con mis propias manos," Iván dijo serio

"No te preocupes, yo mismo me meto un balazo si la vuelvo a lastimar."

[NARRA DAILA]

~Un Mes Después~

Ya teníamos todo listo para comenzar nuestra gira. Ricardo había dicho que comenzaríamos en Estados Unidos.

Estaba nerviosa porque hace un mes Ovidio me había prometido despedirse de mi pero ya casi era hora de irme y no había ningún señal de él. Lo entiendo porque se que en este momento es difícil para él.

"Nos iremos en cuatro horas al aeropuerto así que apúrate," Cristina dijo y después salió de mi habitación.

Suspiré y después terminé de empacar mi maleta. Salí de mi habitación y mire que las chicas estaban listas con sus maletas.

"Iremos a comer, ¿quieres venir?" Violeta pregunto.

"No tengo mucha hambre. Me quedare aquí a descansar antes del vuelo," dije sentándome en el sofá.

"Te traeremos algo por si cambias de opinión," Violeta dijo.

Ella se marcharon dejándome sola en la casa. La verdad no sabía que hacer. Quería dormir una siesta pero no podía dormir así que mejor me puse a ver televisión.

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