Ni en tus sueños

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POV Valentina.

Ahora es mi turno de conducir la camioneta. Son las tres de la madrugada y todos mis amigos están durmiendo en la parte de atrás. Solo me acompaña Luiza, que no se atreve a cerrar los ojos pero de vez en cuando bosteza. Es tan linda. Ella puede tener un carácter de mierda pero me encanta. Su manera de pelear por lo que quiere. Es tan humilde, tan estudiosa. Luiza no lo sabe, pero la admiro muchísimo. Es tan difícil encontrar una chica que tenga los pies en la tierra y no ande pensando en cosas vacías. Se que no soy su tipo, una chica como ella jamás se fijaría en una mimada como yo. A Luiza realmente le apasiona ayudar a las personas, siempre está involucrándose en cualquier causa social, aunque no tenga recursos suficientes se las ingenia para buscar una solución. Yo vivo demasiado ocupada intentando agradarle a mis padres, escondiendo mi verdadera pasión para no molestarles. Bastante tengo con ser la sombra de Igor, el hijo perfecto. No es que me queje de mi hermano, él es el único apoyo que tengo. Conoce la verdadera Valentina y me pide todos los días que le muestre a la gente lo que valgo. Pero lo más fácil es pasar de todo, no quiero mostrar mis debilidades. Prefiero que la gente me vea como la indomable Valentina. Una joven fría que difícilmente muestra sus sentimientos ante nadie.

En cambio con Luiza todo es diferente. Ni yo misma se lo que me pasa. Desde que la conozco no paro de pensar en ella. A pesar de que odio la abogacía, disfruto de ir a la escuela solo para molestarla. Me leo setecientos libros para encontrar una forma de rebatir sus puntos de vista, aunque esté de acuerdo con ellos. Estoy buscándola en cada momento. Me preocupo si estudia hasta tarde y toma el último autobús. No soportaría que nada le pasara. Siento que debo protegerla. Quizás debería tratarla mejor pero es que pierdo los papeles y me comporto como una niña cuando estoy a su lado. Me lastima su frialdad, cuando dice que nunca estaría conmigo, en lugar de hacer algo para cambiar su opinión discutimos y terminamos a los insultos. Quisiera algún día ser el motivo de sus sonrisas.  Demostrarle que no soy una insolente ni me importa demasiado el dinero. El motivo porque no me gustan las leyes es porque se que no siempre ganan los que tienen razón. Jamás defendería a los poderosos si están en contra de algún inocente. Yo no soy así. Nunca le haría daño a ninguna persona. En el fondo soy una chica sencilla. Me gusta la fotografía, dibujar, estar en mi propio mundo.

-Luiza se que no te fías de mi, pero puedes dormir tranquila en la parte de atrás si quieres- propongo al ver cómo se revuelve en el asiento evidentemente molesta.

-No me des órdenes Valentina. Además recuerdo haberte pedido que no me hablaras más- contesta Luiza de mala manera.

-No estaría mal que enterraras el hacha de guerra de vez en cuando- propongo. Es tarde, no quiero pelear aunque ella no me esté ayudando.

-Eres insoportable Valentina- replica Luiza mirando hacia el espejo para no enfrentarme.

-Que tal si cierras esos ojitos hermosos y no me ves más- me burlo y la observo ponerse nerviosa por el comentario.

-Déjame conducir a mi. Quizás eso me despierte- insiste Luiza.

-Estás loca, soy muy joven para morir- niego sin podérmelo creer.

-Valentina, tú solo guíame- demanda Luiza en un tono tan amable que me hace ceder enseguida. Cómo podría negarle algo a aquella mujer. Sería capaz de mil locuras por ella.

Detengo la marcha, cambiamos de posición y la veo tan feliz frente al volante que ahora la que suspira soy yo, pero creo que es de total admiración.

-¿Con sueño Valentina?- pregunta Luiza con una voz tan provocativa. Maldita chica. Te quiero dar y no las buenas noches.

-Ni un poco. Estoy aquí para guiarla señorita, en todo lo que necesite- afirmo con toda la intención de provocarla.

-Hay una cosa que llevo necesitando hace bastante tiempo ya, no puedo reprimirlo más Valentina- Luiza se detiene en el medio de la nada. Esta loca, pero se ve tan segura. Me está hablando en el oído. Estoy temblando, con que derecho se atreve a ponerme así-¿Me vas a ayudar Valentina?- Pregunta y continúa tentándome, juega con mi pelo. Nunca la había visto de ese modo- Estaría necesitando que desaparezcas Valentina- grita devolviéndome a la realidad. Todo este tiempo me ha tenido con los ojos cerrados y a su merced apuesto a que ahora tengo cara de idiota.

-Ni en tus sueños- consigo decir sin recuperarme del todo.

Al final las dos reímos, pese a las provocaciones. Siento que ella es parte de mi. Y el lugar que ocupa en mi corazón es exclusivo. Nada consigue apartarme de Luiza. Soy incapaz de mirar a otras. Siento que la estoy engañando y no somos nada. Es tan loco todo. A veces sueño con que estamos casadas y tenemos un hijo, es precioso. Quiero ser adivina y que ese sueño se haga realidad. Por fin acampamos cerca de la playa. Terminamos de arreglarlo todo para ir un rato a disfrutar del sol. Me adelanto con los chicos para buscar un buen sitio. Igor y Roger parecen emocionados. Yo estoy un poco dormida todavía. Solo hasta que veo llegar a Luiza en traje de baño. Que mujer perfecta, por el amor de dios. Siento que camina en cámara lenta. ¿Qué es esto? Un anuncio de televisión. Me quedo tan embobada que cuando despierto del trance ya mis amigos están bañándose en la playa y Luiza me está regañando.

-Valentina- grita Luiza en toda mi cara. Se veía tan hermosa en mi mente cuando no chillaba.

-Lo siendo, estoy con sueño. ¿Me decías?- resuelvo confusa. Ahora que estamos tan cerca puedo admirar en otra definición su cuerpo y wow. Necesito tiempo para asimilarlo.

-Deja de mirarme de está manera descarada- exige Luiza reparando en mi evidente excitación. Si estoy muy excitada. Quiero tener sexo con ella en la arena sin parar y hacer desaparecerlos a todos.

-No te emociones ni siquiera es para tanto- miento es para mucho. Me tiene delirando.

-Es una lástima porque te iba a pedir que me ayudaras con la crema. Necesito broncearme más- provoca Luiza comenzando a aplicarse aquella loción. Me falta el oxígeno dios.

-Todavía puedo- me tiembla la voz. Intento tocarla pero se aparta de inmediato.

-Como me toques te mato.

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora