Nota: No planeaba subir nada hoy. Tengo mucho lío últimamente pero va en especial para todas ustedes por estar siempre ahí y hacerme sentir tantas cosas bonitas escribiendo el fic.
POV Luiza
Por fin he conseguido local para mis clases. Estoy tan feliz, desde que duermo con Valentina ya no tengo pesadillas sobre el accidente. Ella es la mejor novia del mundo. Me consiente, se preocupa por mi salud. Me gusta lo organizada que es y como se molesta si le cambio las cosas de lugar. Incluso nuestras pequeñas peleas son divertidas. Siempre encuentra una manera de picarme. Desde que aprendí a jugar en la play y le gano todos los partidos es incapaz de aceptarlo. Solo por ver su carita de enojo, merece la pena. Decidimos tomarnos un fin de semana para las dos. Quiere llevarme a la playa y estoy muy emocionada con la idea. Primero tengo que terminar algunos asuntos de papeleo y otros compromisos profesionales. Sin embargo, mi cabeza siempre está en Valentina las veinticuatro horas. Quiero creer que es algo sano porque a veces me asusta. Esa capacidad que tiene ella para hacerme tocar las nubes. Sigo sin entender el porqué mis padres me quitaron la posibilidad de vivirlo todo con ella desde el principio. Hace unas semanas que no paro de recibir llamadas anónimas y eso me tiene inquieta.
-Amor ven, tengo algo para ti- anuncia Valentina.
-Es mi cumpleaños acaso- la abrazo nada más llegar al salón. La extraño todo el día. No sé cómo lo hice en el pasado para tomar un avión y dejarla. Es que no me lo puedo explicar.
-No necesito que sea una ocasión especial para consentir a mi novia. Espero que te guste- asegura Valentina entregándome un paquete.
-Una cámara, ¿en serio?- recuerdo que cuando fuimos de compras me quedé justo mirándola detrás de un espejo pero luego me entretuve en otras cosas y no la compré. Ella realmente se fija en todos los detalles. No se puede ser más linda.
-Dijiste que adorarías capturar cada momento a partir de ahora-recuerda Valentina.
-Eres increíble, ¿sabías?- le robo un beso.
-Soy la mejor y me puedes usar de modelo- juega Valentina mordiéndome el labio.
-No vamos a grabar videos pornos Valentina- le advierto al ver su cara más juguetona.
-Ya cambiarás de opinión- se burla tocando mi trasero de la manera más descarada. Es tan traviesa y yo amo su locura.
Me encanta que sea mi cómplice. Estamos las dos pintando el estudio nuevo entre risas. Con un mal vino que compramos en la esquina. Disfrutando de los detalles más simples y valiosos. Es una fortuna encontrar a una persona que te apoya y te ama incondicionalmente. Estoy en el suelo admirándola. Lleva el pelo recogido, unos pantalones rotos, la camisa llena de pintura. Parece un ángel. Estoy experimentando este amor como si fuera la primera vez y es un oasis que me agita sin consentimiento. En cualquier instante me pierdo. Me quedo atontada mirándola a ella. Quiero que esta vez dure para siempre. Capturar cada fragmento en mi cabeza. Cerrar los ojos y seguir viéndola de esta manera.
-Me vendría bien un poco de ayuda- se queja Valentina y me percato de que me ha estado llamando repetidas veces y yo como siempre en la luna.
-Eres una quejica- protesto encontrándola extremadamente sexy con esa pose molesta.
-No me provoques Luiza- advierte Valentina bajándose de la escalera.
-Encima que te consiento, te doy de beber. Me quieres poner a trabajar- le hablo mientras la observo acercarse peligrosamente con la brocha de pintura.
-Es el peor vino que he tomado nunca- señala Valentina cruzándose de brazos.
-Pues la botella está vacía- le muestro que se lo ha bebido todo.
-No es justo, yo estoy toda pintada y la señorita sin mover un dedo- puedo ver cuál es su intención y comienzo a distanciarme.
-Valentina ni lo pienses- la amenazo corriendo para que no me alcance.
Me persigue hasta que caemos las dos sobre el suelo cubierto de bolsas de plástico. Pinta mi nariz y le muerdo la barbilla en respuesta. Valentina se queja del dolor y rodamos en búsqueda de quien gane la batalla. Mi ropa ahora está arruinada. Parecemos dos payasas, llenas de pintura. Como puedo dejarme arrastrar de esta manera. Hace lo que quiere conmigo. Amo sus tonterías. Le sigo la corriente. De la guerra más tonta y absurda pasamos al frenesí de siempre. Es Valentina la que cuela su lengua en mi boca y para cuando quiero reaccionar ya le estoy pidiendo más. Lastimosamente somos interrumpidas por el maestro de obras y se nos cae la cara de la vergüenza. Al pobre hombre casi le da un infarto al encontrarnos así de emocionadas. Vamos a tener que aprender a controlarnos al menos en lugares públicos.
-¿Por qué estás tan preocupada?-pregunta Valentina cuando sale de ducharse y me encuentra pensativa por enésima vez.
-Mis padres van a volver el próximo mes. Simplemente, no estoy preparada-le cuento inmediatamente. Acabo de recibir la noticia. Estaba percibiendo que algo así podría pasar.
-Tienes que hablar con ellos amor. Diles cómo te sientes- aconseja Valentina.
-Es que me hicieron mucho daño- recuerdo con lágrimas en los ojos.
-Tienes que perdonarlos amor- recomienda.
-Como puedes decir algo así. Ellos no tenían ningún derecho a decidir nuestro futuro- me altero un poquito. No quería gritarle y me arrepiento. Salgo corriendo desconcertada.
Me voy a mi habitación queriendo estar sola. Siento que me estoy desquitando con Valentina y no tengo ningún derecho a tratarla así. Es lo más lindo que me ha pasado. Ella me da un poco de espacio. Siempre respeta mis tiempos aunque soy una imbécil que no sabe tratar a las personas cuando está enojada. Maldigo una y mil veces por mi actitud. Lo bueno es que la tengo cerca y me puedo disculpar. Entro a su dormitorio, se perfectamente que no está dormida. Me cuelo debajo de las sábanas y la abrazo con fuerza. Es mi tierra firme. Inhalo para robarme su olor. Separo sus cabellos con delicadeza.
-Disculpa. Soy una idiota- susurro en su oído. Valentina entrelaza su mano con la mía en respuesta.
-Sabes que puedes contar conmigo para que lo que sea. En las buenas y en las malas- confiesa Valentina dándose la vuelta para encontrarse con mi mirada. Aún a oscuras lo ilumina todo.
-Me siento más fuerte a tú lado. Perdóname no quería gritarte- admito besando su frente con ternura.
-No quiero sonar masoquista pero me gusta cuando me gritas- bromea Valentina pasando su lengua por mi oreja sin perder la oportunidad de excitarme.
-¿Te gusta que te dé latigazos también?-me divierto dándole una pequeña nalgada.
-Soy tuya completamente- responde la Valentina más seductora. Creí que estábamos hablando sobre un tema serio. ¿Como acabamos tonteando? Ni yo misma lo sé.
-Eres incorregible Valentina....
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No te odio, te amo.
FanfikceLuiza y Valentina son como un imán, se atraen inevitablemente. Llevan un año peleándose pero en el fondo hay algo, un sentimiento que ninguna de las dos sabe expresar.