POV Valentina
Por fin después de dos meses puedo dejar atrás las muletas. No ha sido del todo malo, ser cuidada por mis amigos y especialmente por Luiza ha valido completamente la pena. Más, extrañaba andar libremente. Me siento tan feliz, por fin las cosas me están saliendo bien. He recuperado mi amor por la fotografía, la escuela me va genial. Duda me ha demostrado ser una excelente amiga, Carol, Roger, Luiza no sé quedan atrás. Nos hemos compenetrado tanto que parecemos una familia. Quizás tiene algo que ver con que ya no hago comentarios estúpidos y no me da pena mostrarme tal cual soy. Igor tiene razón, no hay nada de malo en dejarse ver sin complejos, en arriesgar y sentir. La vida tiene que ser siempre de esa manera. Después de todo no quiero ser recordada como una mujer de hielo. En la universidad solo se habla de mi supuesta transformación, algunos dicen que el accidente dañó mi cabeza del todo. Sin embargo, la mayoría asegura que tiene que ver con Luiza. Mi supuesta enemiga, el ángel se la facultad. La militante del pueblo, la chica dulce que logró romper mi hechizo de frialdad.
A lo mejor no están tan equivocados. Ella me gusta de verdad. Siento que tenemos una conexión tan linda. Luiza tiene carácter, es apasionada. Cuando habla me brillan los ojos. No puedo dejar de mirarla. Mi cuerpo reacciona a ella, es excitante. Luego el corazón no se queda atrás. Tuve varías relaciones, lo confieso. Ninguna estable. Solía pensar que algo estaba mal conmigo. No sabía entregarme al cien por ciento. No me daban nervios. Sentir me parecía algo irreal. Incluso cuando conocí a Luiza y descubrí que me gustaba no lo quise aceptar. Comencé a tratarla con desprecio, pero he tenido que tragarme mis palabras. Ella es maravillosa. Ha sido capaz olvidar todo lo malo y aceptarme en su vida. No puedo fallarle y por eso quiero ir despacio. Ni siquiera le he dicho oficialmente que me trae completamente loca. Sueño con ella todas las noches. Parezco una idiota pérdida entre mil conversaciones porque ella consigue hipnotizarme en un instante. ¿Y si es ella la mujer de mi vida?
-¿Me extrañaste?- pregunta Luiza cubriendo mis ojos
-Sabe que sí- respondo con una sonrisa.
-Me alegra que estés bien. Verte por fin caminando- comenta Luiza.
-Gracias por cuidarme tanto este tiempo. Se que no lo merecía- reconozco.
-No digas tonterías. Las dos hemos actuado bastante mal en el pasado. Más, me está comenzando a gustar esta Valentina- afirma Luiza completamente sonrojada por lo que acaba de decir.
-Así que te gusto- la provoco sin temor de ganarme un buen insulto. Las cosas han cambiado bastante en ese sentido. Ya no acabamos discutiendo por cualquier cosa y es un alivio
-No estás nada mal- confirma Luiza nerviosa pero más relajada que en otras ocasiones.
-Aceptarías comer conmigo en agradecimiento, entonces. Solas tú y yo- propongo mirándola fijamente.
-¿Me estás pidiendo una cita?- pregunta Luiza con la voz algo temblorosa.
-Claro que sí. Sal conmigo Luiza. Déjame sorprenderte- insisto convencida de que no me va a rechazar.
-Nunca pensé que diría esto pero acepto. Te espero a las ocho Valentina. No llegues tarde- asegura Luiza dejándome con cara de boba.
No me siento muy segura de volver a montar en la moto. Así que le pido el auto prestado a Igor. Estoy tan nerviosa que no paro de sudar. No sé qué ropa ponerme. Por dios, quiero que sea perfecto. A Luiza no la voy a impresionar con cualquier cosa, es difícil. Por eso me encanta. Decido soltarme los cabellos y optar por un vestido negro. Quiero que se quede sin palabras. Duda me observa bajar por las escaleras y comienza a aplaudir.
-Creo que mi mejor amiga va a tener un infarto hoy- comenta Duda, escaneando todo mi cuerpo.
-Basta, no es para tanto- agacho la mirada con vergüenza.
-Bromeas, eres demasiado sexy Valentina. Solo se buena con ella- aconseja Duda.
-Lo seré- asiento.
-Y un poco mala también- insinúa Duda.
Salgo corriendo para no llegar tarde y en parte para huir también de los comentarios. Jamás me imaginé que ella aceptaría comer conmigo. Siempre la vi tan inalcanzable, tan diferente. Sus sentimientos me parecen tan auténticos. Me bajo del auto para abrirle la puerta. Por dios, que hermosa es. Lleva una falda de flores que me deja ver sus piernas y me quiero morir. Deseo tanto tocarla. Luiza no disimula y me mira intensamente. Duda tenía razón. Apuesto a que su corazón está latiendo demasiado rápido, por cómo reacciona su cuerpo cuando le brindo mi mano. Tengo que concentrarme o voy a tener otro accidente. Me pierde su boca, sus gestos. Como juega con su pelo. ¿Será que es consciente de lo caliente que es? Llegamos al restaurante. Es de un estilo bohemio. Se que a Luiza le gusta, se pierde en la decoración, en los cuadros. Las dos estamos nerviosas, es normal. Después de todo hace tres meses lo poco que existía entre ella y yo estaba muerto y enterrado por una tontería.
Amo su compañía. Luiza es alegre, sabe conversar de todos los temas. Algunos serios otros más divertidos. Le gusta bailar. No lo sabía. Ahora la necesito ver danzando aunque no sé si pueda acompañarla, tengo dos pies izquierdos. Habla de sus padres con mucho orgullo, de sus hermanas. Es una chica familiar. Dice que estudia derecho porque le encantaría ayudar a los que de verdad necesitan de ayuda. Sin embargo su sueño es ser bailarina profesional. Ojalá algún día pueda cumplirlo porque yo adoraría verla brillar en un escenario.
-¿Y tú Valentina, cuál es tu sueño?- pregunta cambiando el tema. Hasta ahora sólo la estaba escuchando hablar encantada.
-¿Prometes que no harás cara extraña?- exijo a cambio.
-Lo juro- acepta curiosa.
-Me gusta la fotografía, de echo quería estudiar y dedicarme profesionalmente pero mi madre prácticamente tuvo un ataque de ansiedad y ya vez. Tuve que seguir la tradición familiar- confieso con cierta tristeza.
-Ya sabes lo que dicen. Nunca es demasiado tarde- asegura Luiza notando el cambio en mi mirada.
-En ese caso voy a necesitar una modelo, linda, risueña. Así como tú- menciono algo coqueta. No me reconozco.
-Si la fotógrafa es talentosa, quizás me deje- responde Luiza toda presumida.
-Ya veo, tendré que convencerte entonces- hago una mueca con la boca como que estoy imaginando cómo proponérselo.
-Gracias por la cena Valentina, ¿cansada?- sugiere Luiza mientras salimos del restaurante.
-Ni un poco- respondo emocionada.
-¿Puedo mostrarte un lugar?- pregunta Luiza con una mirada demasiado intensa.
-No solo puedes, debes- dejo claro que estoy a su disposición.
-Ven conmigo......
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No te odio, te amo.
FanfictionLuiza y Valentina son como un imán, se atraen inevitablemente. Llevan un año peleándose pero en el fondo hay algo, un sentimiento que ninguna de las dos sabe expresar.