Depués de la tormenta

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POV Luiza

Que horror volver a la facultad. Estoy exhausta. Encima de mal humor porque vamos a llegar tarde. Igor y Duda quisieron desayunar antes y por andar de enamorados ahora estamos retrasados para la primera hora. A lo mejor la verdadera razón de mi insoportable actitud es que voy a volver a ver a Valentina y tendré que aguantar su mirada. Me he prometido olvidar todo lo que ha pasado con ella y empezar de cero. Es solo una extraña nada más. Compartes dos horas con ella Luiza. Claro que lo puedes lograr. La saludas amablemente y ya está. Es insignificante. Si te la cruzas por algún pasillo sigues caminando y punto. Nada tiene que pasar, en caso de que Valentina quiera discutir sobre algún tema en clase que otro le conteste aunque diga la mayor tontería del mundo. Al final eso es lo que busca, provocarte. Este tiene que ser un año tranquilo. Me concentro en mis asignaturas y paso de todo lo demás.

Al llegar al salón pido perdón por la tardanza. Son solo cinco minutos pero en mi mente sigue estando igual de mal. Es como cometer un crimen, así de exagerada soy. Corro hasta mi asiento para evitar todo tipo de miradas. Soy bastante tímida y no me gusta ser el centro de atención. En el camino tropiezo con unas muletas. Maldita sea. Son de Valentina. ¿Que ha pasado con ella?¿Por qué nadie me dijo que tuvo un accidente? Demonios, que me importa. Dios porque tengo que mirarla. Ese no era el plan Luiza. Me disculpo enseguida y como por lo visto aún no tengo el poder de la invisibilidad prosigo a sentarme lo más lejos posible. Definitivamente no es mi día. Menuda vergüenza. ¿Que habrá sucedido con Valentina? Debería estar en su casa descansando. Sus ojos se miran tristes, cansados. Ni siquiera está participando en ningún debate. Termina la clase y me quedo esperando a que ella salga. Tengo esta necesidad de saber que estará bien, que no necesita ayuda y ni yo misma se por qué.

-Donde está la hermana más linda de la facultad- grita Igor llegando a rescatarla. La verdad es que son lindos, tan unidos que dan ternura. Algo tenías que hacer bien Valentina.

-Para, como me beses. Te pego un puñetazo- bromea Valentina. Que voz tan dulce. De alguna manera extrañaba escucharla. Y por eso estoy aquí sin moverme de mi silla. Fingiendo que me estoy poniendo al día con la materia.

-Si sabes que dependes de mi para mover tu culo a todos lados- se burla Igor.

-De ninguna manera. Puedo sola, princesito- insinúa Valentina. Que orgullosa es.

-Vas a conseguir que papá y mamá quemen aquella moto- comenta Igor.

-Adiós- se despide Valentina sin aceptar la ayuda de su hermano. Se ve linda hasta caminando con muletas. Para Luiza, no te gusta esa mujer.

No lo soporto más. Después de morderme la lengua varías veces, me acerco a Igor para saber más de Valentina.

-Tuvo un accidente la semana pasada- responde Igor al ver que no me atrevo a preguntar y sólo estoy parada mirándolo de manera incómoda.

-Es grave. O sea, ella se ve bastante afectada- comento nerviosa.

-Digamos que nos hizo pasar un buen susto- contesta Igor.

-Es raro verla tan triste- suspiro con nostalgia. La realidad es que Valentina de alguna manera que aún no sé nombrar significa mucho para mi y estoy acostumbrada a su brillo constante y su carácter atrevido.

-No sólo está triste por el accidente. Quizás no debería contar de más pero la realidad es que Valentina solo habla de cómo se comportó de idiota contigo. Conozco a mi hermana como nadie. Le importas Lu, en serio- confiesa Igor con un poco de recelo. Se nota que no tenía intención de soltar esa información y sale corriendo inmediatamente.

¿Como puedo importarle? Me regala una pulsera, se comporta de una manera linda y al minuto siguiente la escucho compararme con un trozo de pan. Valentina, su nombre me causa todo tipo de revuelo y odio pensar tanto en ella. Ahora que Duda se ha convertido en su fan número. Siempre está hablando de que en el fondo no es una chica dura como intenta demostrar. No me ha gustado verla tan sola todo el día. Valentina siempre está rodeada de gente, pero no se le ve muy feliz. Ahora encima la escucho discutir con Igor, el quiere llevarla hasta la casa pero ella se niega. Quizás por mi causa ya que también iré en el auto con Duda.

-Valentina, por mi está todo bien- interrumpo y ella parece sorprenderse de que le esté dirigiendo la palabra.

Sin decir nada más, acepta con resignación ante la sonrisa de mi mejor amiga. Durante el viaje siento el ambiente pesado. Duda no para de hablar y proponer películas. Valentina casi que se puede salir del vehículo de lo lejos que está de mi. Mis ojos no pueden no mirarla. De vez en cuando me sale una sonrisa tonta. Está tan morena, su pelo un poco más largo. Recuerdo nuestro abrazo. Su olor, como estaba temblando. Igor bromea y se lleva a Valentina en sus brazos. Son un dúo terrible, no paran de jugar. Voy un momento a la cocina a buscar unos vasos y veo como Valentina golpea con las muletas el armario frustrada de no alcanzar su objetivo.

-¿Necesitas algo?- pregunto alarmada.

-¿Ahora te doy pena?- contesta Valentina molesta.

-No seas estúpida Valentina, sólo te quiero ayudar- la regaño.

-Creí entender que no querías saber nada de mi- recuerda Valentina.

-Obviamente eso no va a pasar- afirmo convencida.

-Ya veo- confirma Valentina con una sonrisa de satisfacción que me logra sonrojar. ¿Extrañaba esa sonrisa? Creo que si y mucho además.

-Borra esa alegría de tu cara, no quiere decir que seremos amigas- aclaro.

-Quien dice que quiero ser tu amiga- menciona Valentina totalmente seria. No está bromeando. Ella realmente me está provocado y me quiero morir de la angustia.

-No eres mi tipo Valentina- niego.

-Obviamente no soy un tipo, por suerte eres más de chicas- bromea Valentina.

-Nunca pensé que diría esto pero extrañaba a esta Valentina- no puedo quedarme callada. Estoy quedando en evidencia.

-Yo te extraña a ti Luiza. Te lo digo de verdad. Me he propuesto ser sincera con mis sentimientos y este año no me los voy a callar- confiesa Valentina dejándome los nervios a flor de piel.

-¿Quieres venir a ver la película? Me vendría bien algo de compañía. Igor y Duda son demasiado ñoños- propongo de inmediato para llenar el silencio con alguna cosa.

-Está bien, ya hasta olvidé lo que estaba buscando- acepta Valentina sin contener su sonrisa.

-Después vamos a tener una conversación sobre esas carreras de moto- la regaño mientras la ayudo a caminar hasta el salón. De repente me siento tan cómoda a su lado. No digo que será así siempre pero voy a intentarlo.

-Solo no dejes de hablarme. Por favor.

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora