POV Valentina
Voy abriendo lentamente mis ojos. Me siento completamente extasiada. Valió la pena la espera. La mejor noche de mi vida, sin duda alguna. Luiza aún duerme abrazada a mi. Beso su nariz con delicadeza. Se ve tan calmada, tan preciosa. Podría pasarme el resto de mi vida, amaneciendo así, junto con ella. No sé qué hice para merecer esto, ella es tan especial. Paseo mi mirada descarada por todo su cuerpo y siento un pinchazo en mi entrepierna. Soy adicta a Luiza, a su piel, sus ojos. Amo su inocencia, y lo caliente que es. Saboreo mis labios, es tan deliciosa. Hay muchos placeres en este mundo, pensé que los había experimentado casi todos, pero tener a Luiza apretando mis dedos, llorando de felicidad, gritando mi nombre sin vergüenza. Lo supera absolutamente todo. Cuando estás enamorada es diferente, es más que un simple disfrute, el cuerpo y el corazón en pura sintonía, la vida cobra sentido en ese instante y nada más importa.
Ahora quiero devorarla todos los días, conocer sus límites. Conquistar todos sus rincones, cada lunar, cada punto débil. Estoy tan perdida. Luiza se ve cansada, no quiero interrumpir su sueño. Son más de las diez, es tarde. Quizás deba prepararle el desayuno. Estoy hambrienta, pero no quiero dejar de abrazarla. Encajamos a la perfección. Tenerla de esta manera tan intima, me dan ganas de protegerla de por vida. Comprarle un anillo y pedirle que sea mi esposa, aunque sea aún muy temprano, que locura. Ni siquiera hemos terminado la universidad. Tengo que ofrecerle un buen futuro. Ella se lo merece todo. El teléfono de Luiza comienza a sonar y ella se levanta espantada. Me causa gracia su reacción. Es como si nos hubieran atrapado en vivo y en directo, que tierna es.
-Mamá, ya voy en camino. Lo siento estoy en lo de Duda. Terminando un trabajo. Más en quince minutos estoy allí. Perdón- se excusa Luiza ante un montón de reproches. Se escucha perfectamente que su madre no está feliz.
-Buen día amor- beso su frente tratando de suavizar la situación pero descubro que no tengo manera de arreglar la mañana.
-Mierda, olvidé que tengo que estar con Sara hoy- se queja Luiza arrastrando la sábana. Obviamente no quiere que la vea desnuda. La ayudo a buscar la ropa porque está nerviosa.
-Tranquila, estoy contigo. Cámbiate y te llevo- propongo dándole espacio.
-Lo siento, arruiné nuestra mañana- afirma Luiza bajando la mirada.
-¿Por qué? Todo está perfecto, amanecí abrazada a la mujer más sexy y amorosa de este mundo. Mi bella enamorada- sostengo su rostro en mis manos para conectar con sus pupilas.
-Te quiero mucho Valentina- confiesa Luiza abrazándome.
Dejo a Luiza en su casa lo más rápido posible con la promesa de volver más tarde para llevarla al cine con su hermana. Adoro a la pequeña. Por otro lado hay tantas cosas que quería decirle y no le dije, todo fue tan rápido. Seguro podremos continuar exactamente donde lo dejamos, solo necesitamos estar solas. Cuando entro a mi habitación para tomar una ducha me encuentro con Carla. ¿Qué hace? Casi me da un infarto. Salgo rápido del baño sin podérmelo creer.
-Tanto te escandaliza un cuerpo desnudo. Esa novia tuya te tiene comiendo de su mano- bromea Carla ahora ya vestida.
-¿Que haces aquí?- pregunto molesta.
-Anoche tomé de más. Vine decidida a contarte todo lo que estoy sintiendo más nunca apareciste y me quedé dormida- explica Carla sin ningún tipo de vergüenza.
-Y usaste mi ducha por alguna razón en particular- protesto.
-Tenía nostalgia. Recuerdas lo mucho que disfrutábamos- responde Carla con ironía.
-Para con esto. No estoy para tus juegos- intento frenarla.
-¿Por qué no me crees? Tengo sentimientos, ¿sabes?- reclama Carla bastante dolida.
-Si de verdad sientes algo por mi, el mas mínimo cariño. No me busques- le pido por favor.
-Cuando esa niña inmadura se aburra de ti, volverás pidiendo perdón- decide Carla sin darse por vencida. Pegando un portazo.
¿Quien se cree que es? Regresa de un día para otro hablando de sentir algo más fuerte cuando solo tuvimos sexo un par de veces, lo suyo es capricho, no saber perder y mi me da bastante igual. Nada puede arruinar mi felicidad.
Utilizo el auto de Igor para buscar a Luiza y Sara. Estoy más boba que de costumbre. Mi mente insiste en reproducir a cada minuto las imágenes de anoche. Siento que quiero más de ella pero debo controlarme. Estamos las tres en el cine. Sobra decir que no sé ni cómo se llama la película, solo soy capaz de mirar a Luiza con devoción. Muero de risa con su cara de pocos amigos porque Sara prefiere estar abrazada a mi. Puedo leer en sus ojos cierta vergüenza. Es normal, recuerdo que es su primera vez. También yo estuve rara cuando decidí dar ese paso hace un par de años atrás. Solo quiero tener la oportunidad de que hablemos y darle toda mi confianza. Espero que no esté arrepentida. Sara me pide que la lleve a comer pizza y no le puedo negar absolutamente nada. Es una niña muy expresiva, inteligente, me encanta consentirla.
-Valentina, ¿quieres ser mi mejor amiga?- pregunta Sara de una manera tierna. Tiene toda la cara llena de salsa.
-Por supuesto- chocamos nuestras manos en señal de aprobación.
-Para ahí. Me siento traicionada. Yo era tu mejor amiga pequeña- reclama Luiza con una sonrisa demasiado evidente.
-Pero Valentina me va a llevar al parque de atracciones- recuerda Sara.
-Vendida, ¿quiero ver quien te da permiso?- señala Luiza haciéndose la ofendida.
-Si Valentina te lo pide le dirás que si. Siempre dices que no le puedes decir que no y que la amas mucho- responde Sara.
-Chivata, ven para acá que te hago cosquillas- se defiende Luiza del atrevimiento de su hermana, su cara no tiene salsa pero parece un tomate de lo roja que está.
Cada vez que estoy con Luiza me nacen nuevas emociones, creo que las palabras sobran, ella me da paz, me la quita, para luego volver a dejarme por las nubes. Observo lo cuidadosa que es con Sara y me imagino lo hermosa que ha de ser como mamá. En un futuro me encantaría formar una familia con ella. Volvemos ya de noche. Me pide que espere mientras baña a la pequeña y la acuesta a dormir. Sus padres estarán fuera un par de días por asunto de su empresa pero volverán de seguro para la fiesta organizada por mi madre. Estoy un poco dormida, ayer apenas descansamos explorándonos y mi cuerpo comienza a reclamar.
-Hola, lo siento por hacerte esperar- se disculpa Luiza sentándose lejos de mí en el sofá.
-Solo quiero saber una cosa, ¿te arrepientes?- pregunto sin rodeos.
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No te odio, te amo.
FanfictionLuiza y Valentina son como un imán, se atraen inevitablemente. Llevan un año peleándose pero en el fondo hay algo, un sentimiento que ninguna de las dos sabe expresar.