POV Valentina
La realidad es que estoy jodida por mucho que intente ocultarlo. Soy un manojo de nervios, a toda hora. Escucho un ruido y todo se rompe dentro de mi. Las noches son una tortura. Presiento que me voy a despertar en aquel sitio, rodeada de sangre, sin la oportunidad de salir con vida. Pienso en Marcela, me hizo mucho daño pero también estuvo en tantos momentos difíciles a mi lado. No es fácil presenciar la muerte de alguien tan importante, encima lo hizo para defenderme. Me siento tan culpable. Nada me ayuda y para colmo veo como Luiza se esfuerza en vano. Se me rompe el corazón en pedacitos. Ella lo es todo para mi, es mi futura esposa. La mujer que amo sufre sin poder remediarme y yo muero de impotencia, desespero, depresión, rabia, angustia. Son tantas cosas que temo explotar en cualquier momento. Necesito que llegue el día de la boda y regalarnos una luna de miel interminable lejos de todo esto que me está pasando. ¿Y si no consigo apartarlo de mi? ¿Debería buscar asistencia profesional? Me niego a reconocer mi propio agotamiento y eso no me deja avanzar.
Solo espero que esta pierna sane pronto y volver a la galería. Todo este tiempo libre me ahoga. El dolor cuando es por dentro tiene poco consuelo. Llevo dos horas sin moverme porque Luiza se ha pasado más de tres noches seguidas a mi lado viendo películas y la pobre debe estar exhausta. Además ha decidido dormirse con un pijama corto. Creo que más que las pesadillas esta vez son sus piernas lo que no me dejan dormir. Cada que intento taparla vuele a moverse. Quiero levantarme pero la vista es maravillosa. Un instinto demasiado primario se apodera de mi. La corriente es insoportable. Quema demasiado. Comienzo a tocarme intentado aliviar la presión, muerdo mis labios queriendo morder otra cosa. Después de correrme sigo igual de frustrada. La necesito a ella, pero a la vez me da la sensación que la estaría utilizando para aliviar un calvario del cual no es responsable. Me gustaría hacerle el amor y no la guerra. Justamente eso es lo que pasaría. Descargaría sobre su cuerpo mis mejores armas con la intención de librar una batalla sin víctimas pero también sin victoria.
-Valentina, ¿que estás haciendo?- pregunta Luiza percibiendo mi estado. Sigo con la mano dentro de mis bragas y estoy muy agitada. Maldición. No esperaba que me pillara de esta manera.
-Yo, lo siento- joder me tiembla la voz y estoy muy avergonzada.
-¿Estás?- duda Luiza.
-Caliente como la mierda. Perdona- reconozco agachando la mirada.
-Valentina no podemos. Tú pierna- señala Luiza tan acelerada.
-Shhh, no va a pasar nada- la callo mirándola a los ojos.
Tenemos la frente juntas. No me puedo detener. Si hay algo que puede contenerme en este momento, ella tiene el secreto, la llave. Quizás no es tan mala idea buscar refugio en sus besos. Muerdo su labio como impulso y me bebo la sangre tal cual vampira hambrienta de más. No me importa parecer desesperada. Paso la lengua para intentar remediar mi tendencia salvaje. Luiza ni siquiera se queja de dolor. Sostiene mi barbilla con tanta firmeza.
-Quiero follarte duro- aviso sobre sus labios
-Cuidado amor- recuerda Luiza apretando mis hombros como advertencia.
Introduzco dos dedos en ella con tanta fuerza que se retuerce por sorpresa y por lo violenta que soy. Puede parecer egoísta pero necesito saciarme en sus aguas, beber de su piel, satisfacerme como animal implacable de todo lo que pueda ofrecerme. Luiza grita y me preocupo. Me niego a lastimarla, nunca lo haría. Me freno por si está incómoda pero cuando intento salir me detiene.
-Más, dame con fuerza Valentina. No te detengas ni ahora ni nunca- exige abriendo los ojos con un esfuerzo sobre humano. Ella también lo desea. No podemos estar mucho tiempo sin tocarnos la una a la otra.
-¿Segura?- gimo demasiado fuerte escondiendo mi cara en su hombro. No me muevo pero sigo clavada en su interior y se siente como si estuviese dando saltos en el cielo comiéndome un algodón de azúcar.
-Soy tuya- acepta desesperadamente entregándose a la situación. Quiero joderla con tanto apetito que no me pienso dejar nada en el tintero. A la mierda toda contención. No doy más, ansío quedar tan exhausta que mis ojos se cierren sin mucha explicación. Bombeo dentro fuera, a un ritmo agresivo. Sin tan siquiera medir la intensidad. La follo con rabia pero no con ella sino conmigo porque soy frágil y no puedo ofrecerle más que esta realidad. Su vagina me envuelve tan cálida que es inevitable gemir de placer. Había olvidado lo bien que se siente, lo gustosa que es. Se mueve con mis dedos y voy a más. Su líquido se expande por mi nervio. Me fascina, saco y meto mis dedos con más fuerza.
-Joder, me voy a venir- avisa Luiza envolviendo mis dedos hasta el punto de dejarlos atrapados en su intimidad y está todo bien no quiero salir. Estoy tan a gusto. Dejo que se recupere un segundo y vuelvo al ataque.
-¿Te gusta que te folle así? Dímelo Luiza- ordeno moviéndome más rápido en su coño y con la mano libre aferrada a sus cabellos. Cada vez más bestia y primaria.
-Si, no pares- contesta Luiza desesperada. Todo su fluido derramado por la cama. Voy a explotar solo de verla pellizcar sus propios pezones y conteniéndose para no echarse encima de mi.
Bajo mi otra mano para mimar su clitoris me encantaría posar mi lengua pero si cambio la posición podría lastimarme. Me llevo los dedos a la boca para saborearla y en ese momento decido que necesito más. Quiero todo ese postre para mi.
-Súbete en mi cara ahora y no te detengas hasta que pueda beber todo- dictamino pegándole una buena nalgada.
Se coloca toda abierta para mi, no importa el infierno que estoy viviendo porque ella es el paraíso en si mismo. Dejo la lengua a su disposición y mi chica comienza a interpretar su mejor coreografía. Las manos en la pared y las mías en su nalgas. Ella se contiene para no llegar tan rápido pero es imposible. Absorbo todo su orgasmo y la limpio con tanta bondad que me estoy sintiendo verdaderamente agotada. Luiza se coloca a mi lado nuevamente y me da un beso que termina por desmayarme. Luego acaricia mi rostro y voy cerrando los ojos lentamente.
Cuando despierto y miro el reloj son las dos de la tarde. Es la primera vez que duermo tanto y aún me siento cansada. Creo que voy a tener que practicar más sexo. Sonrío recordándolo todo. Intento levantarme y me duele la espalda, se ve que Luiza me estuvo arañando para saciarse. Duda me sorprende con un café.
-Su prometida tuvo que irse a trabajar. Pero me dejó cuidando a su bebé. Así que no se preocupe porque estoy aquí para todo lo que necesite menos para follar que eso ya lo estuvo haciendo anoche y mira que el doctor les dijo que nada de nada. Cochinas, levántate que tengo que cambiar las sábanas- asegura mi cuñada, no para de hablar es una cotorra.
-Duda- la regaño mientras me intento levantar.
-¿Qué? ¿Acaso estoy mintiendo? No te preocupes Luiza está caminando peor. ¿Le diste duro no es así Valentina?- se burla Eduarda cuando busco la muleta.
-No es tú incumbencia. Y ya te estás largando que no necesito niñera- respondo grosera.
-Mira pedazo de zorra a mi no me hables así y levanta tu culo blanco que te voy a llevar con una psicóloga. Y no acepto un no como respuesta. Ese carácter de mierda no funciona conmigo. Tienes una mujer a la que hacer inmensamente feliz y una vida maravillosa por delante. Renuncia un poco a ese orgullo y acepta que estás mal- grita dejándome pasmada y sin respuesta....
Para ti MokaValenzuela 💜💜💜
No acabé el capítulo en viente minutos y mira que lo intenté. De todas formas espero que lo disfrutes y gracias por animarme a escribir.
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No te odio, te amo.
FanfictionLuiza y Valentina son como un imán, se atraen inevitablemente. Llevan un año peleándose pero en el fondo hay algo, un sentimiento que ninguna de las dos sabe expresar.