Punto de inflexión

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De vuelta al presente...

POV Valentina

Se que soy una persona cerrada con mis sentimientos y muchas veces no los gestiono bien. No era mi intención comportarme de esta manera y acabar nuestra tarde libre alteradas. Es que no sé cómo decirle. Me siento acusada, su manera de insinuar que no confío. Cuando lo único que hago es apostar por nuestra relación. Dejé que cumpliese sus sueños. Lidié con esta pena yo sola, mientras no tenía tiempo ni siquiera para deprimirme porque Leo estaba a mi cuidado. Termino rompiendo a llorar desconsoladamente, no hay palabras para expresar el remolino que me ahoga justo en el centro del pecho. Luiza me intenta abrazar y la aparto. Está asustada, lo veo en sus ojos. Tenemos que hablar porque no le quiero hacer daño. No es su culpa.

-Necesito tiempo- le pido limpiando mis lágrimas para parecer serena.

-¿Cuánto?- pregunta Luiza sin poder evitar el llanto.

-No lo sé, pero quiero estar sola- le pido sin saber lo que estoy diciendo. En realidad no necesito estar sola, quiero estar a su lado.

-Amor, por favor no hagas esto Valentina. No me alejes de ti. Lo que sea. Puedo ayudar- ruega Luiza totalmente rota. Me desespera verla así.

-Entonces déjame sanar- insisto.

-¿Y Leo?- cuestiona Luiza haciéndose una idea de lo que puede significar.

-Voy a estar para él. No lo dudes- respondo inmediatamente.

-No entiendo que es eso tan grave que no me quieres contar. Pensé que estábamos en la misma página. Que éramos felices- reniega sin apartar su mirada de mi. Estoy devastada.

-Claramente no lo estoy. Es una pena que no lo hayas notado antes- reclamo sin querer.

Volvemos a la casa de mis padres completamente en silencio. Leo sigue jugando con Duque y lo dejamos otro rato. Aprovecho para pasearme por el jardín y ver que tan hermosa están nuestras plantas. He ayudado a sembrar todas y cada una de ellas. Respiro un poco pero hoy ni la naturaleza me salva.

-Todo bien hija- Catarina interrumpe mi soledad, saliendo de la nada como de costumbre.

-No quiero hablar- contesto de mala gana.

-Si no sacas ese dolor, se va a morir ahí dentro- comenta sin dejarse aplastar por mi frialdad. Parece decidida a darme la charla.

-¿De que estás hablando?- la reto.

-Encontré el papel de los exámenes que te hiciste. No pierdas la fe. Tampoco fue fácil para mi quedar embarazada y luego los tuve a los dos. Confía- confiesa mi madre.

-Ahora rebuscas hasta en mi basura- reclamo furiosa.

-Para de ser idiota Valentina, todo lo que has luchado y construido merece un último esfuerzo. Si te rindes ahora no te lo vas a perdonar en la vida. Hazlo por tú mujer y por tú hijo. Lucha por favor- insiste Catarina hablándome como nunca antes.

-No sé cómo te atreves a darme consejos- niego.

-Tú verás lo que haces. Luiza merece saber la verdad- insinúa.

-No te metas en mi vida- le grito.

-No lo haré- asegura mi madre.

-Se lo que estoy haciendo- advierto.

-No lo sabes y lo peor es que vas a acabar muy mal cuando sigas así- responde abandonándome en ese estado de conmoción, porque sabe que ya me ha dado su aviso particular.

POV Luiza

Valentina le deja saber a Leo que estará fuera de casa por cuestiones de trabajo pero que todos los días irá a buscarlo a la escuela para pasar un tiempo juntos, incluso de vez en cuando podrá quedarse con ella en la casa de la cabaña. Nuestro hijo es muy pequeño y solo asiente sin saber que diferencia puede haber. Creo que eso lo notará más con el pasar del tiempo. Espero que esta situación se resuelva. Voy a descubrir lo que le pasa y haré todo porque deje de ser tan cabeza dura y se deje ayudar. Se perfectamente que saldremos de esta más unidas porque es el amor de mi vida y mientras nos amemos, el fin tendrá que esperar. Después de bañar a Leo, Valentina se queda para dormirlo juntas. Casi no me mira, pero yo no aparto los ojos de ella. Estoy muy preocupada porque Valentina se esconde y no me deja ver lo que está sintiendo.

-Duerme conmigo hoy- le pido con miedo a ser rechazada. No termino de hacerme a la idea de que se quiere marchar, que mi presencia le resulta molesta y que no se puede abrir aún sabiendo que la apoyaré en lo que sea.

Valentina no dice nada. Simplemente sostiene mi mano para subir las escaleras. Tomamos una ducha juntas, acaricia todo mi cuerpo dulcemente, sin malicia. Sabe cómo dibujarme perfectamente. Conoce mis lunares y mis cicatrices. Nos acostamos desnudas, siento su piel pegada a la mía. La respiración pesada en mi oído. Los dedos entrelazados. Lloro de impotencia sin que me vea porque no sé como llegamos a este punto de no poderlo hablar. Comienza a hacerme cosquillas en el pelo y para cuando quiero darme cuenta el sol me pega en el rostro y ya no está. Dejó la mesa lista con el desayuno. Flores frescas y una nota.

"Lo siento por esto. Te amo Luiza, no lo olvides por favor"

El papel tiene su perfume y me vuelve loca. Leo se despierta buscándola y termina dándome ganas de llorar otra vez. Es mucho más difícil de lo que creía. No puedo soportar el vacío. Duda viene para hacerme compañía y por suerte mi hijo deja de insistir cuando se pone a jugar con Aninha.

-No sé que hacer, ¿Igor no sabe nada?-confieso desesperada abriéndome con mi amiga.

-Estos últimos meses ha estado rara pero pensamos que era porque te echaba de menos. Ella incluso estaba considerando tener otro hijo- comenta Duda.

-Si ya lo habíamos hablado que lo intentaríamos cuando volviera pero ni siquiera le emociona ese tema, es como si ya no le hiciera ilusión nada sobre nosotras, pero a la vez me dice que me ama y no sólo eso me lo demuestra. Tiene que haber algo más- reacciono brindándole el café que me pidió.

-Está claro que el amor sigue intacto. Mi consejo por mas difícil que sea es que le des ese tiempo para sanar. Valentina va a volver porque tú eres lo más importante para ella, además Leo. Tienen una conexión tan grande- afirma Duda, también afligida porque no se imaginaba nada de esto.

-Es muy pequeño y no entiende. Ayer hablamos con él y hoy desde que abrió los ojos anda preguntando por su madre como un loco. Me deja sin reacción. Se lo complicado que es- le cuento.

-Estoy aquí para ti, no estás sola- asegura Duda abrazándome.

Nota: Momentos complicados. Gracias por leer.

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora