POV Luiza
Estoy tan sensible que he superado la barrera de tres orgasmos en menos de una hora. Valentina gobierna mi cuerpo a su antojo. Me conoce mejor que yo, al fin y al cabo ha estudiado la materia. Queda bastante claro que le gusta dominarme, pero yo también quiero hacerla enloquecer. Llevo sus manos hasta el cabecero de la cama, amenazándola para que se quede quieta. Si no me hace caso la voy a tener que atar, puede estar segura de eso. Que mandona resulta, con lo tierna que es todo el tiempo y en la cama se vuelve una fiera difícil de controlar. Tiene los pezones híper delicados de tanto roce y me divierte su manera de responder a cada succión que le doy. Voy bajando lentamente mordiendo y absorbiendo todo a mi paso. Valentina intenta pararme otra vez y la regaño. Quiero probarla abiertamente, no pienso en otra cosa y cuando me toca suele desconcentrarme bastante.
-No te muevas- le exijo respirando sobre su coño empapado. Aferrada a sus muslos con autoridad. Todo en ella tiene el poder de romperme.
-Luiza, no tienes que- le sale solo un hilo de voz. La pobre está sin aliento y no la culpo. Estamos las dos exhaustas pero no pretendo parar.
-Me gusta aquí abajo- la provoco consiente de lo que mi voz bastante áspera a estas alturas puede causarle.
En mi cabeza es la primera vez que le hago el sexo oral a una mujer aunque probablemente ya se lo hice reiteradas veces a juzgar por lo que dice todo el mundo. Tengo que dejarme llevar por mi instinto y aparcar los miedos. Realmente me apetece hundirme de una vez. Valentina es tan exquisita como
peligrosa. Me detengo a observar lo perfecta que es. Me pregunto que sentiría la primera vez porque ahora mismo esta hoguera de sentimientos y deseos prohibidos me tienen al borde del colapso físico y mental. Es un placer, sin duda poder revivirlo y ayudarle un poquito a mi memoria.Muevo mi lengua apartando sus labios con delicadeza. Es inexplicable, su textura, la sal, la miel, el sol. Quema y mucho. Sigo el ritmo que me marcan sus caderas. Me dejo bañar por el líquido natural que me brinda. Noto lo excitada que está, succionó su clitoris y gime ferozmente. Es mi lugar favorito en el mundo. Comienzo a dibujar tantas letras en su centro que me invento un nuevo abecedario. Lamo de abajo hacia arriba, reiteradas veces. Voy aprendiendo lo que le gusta. Juego con ella y eso me enciende porque Valentina no para de pedir más. Separo sus labios, esta vez para que mi lengua proceda con mayor facilidad y recrearse a su antojo, entrando, saliendo, sin clemencia. Maldita sea, como se puede tocar el cielo en un instante.
-Luiza me voy a correr si no paras- advierte Valentina gimiendo de forma incontrolable.
Aumento la velocidad de mi lengua como respuesta, la quiero en mi boca de inmediato. Con mi dedo presiono su botón perfectamente hinchado. Finalmente estalla regalándome el licor que más embriaga, mi perdición. No pienso parar de probarla nunca. Soy incondicional de esta mujer. No dejo de lamerla en ningún momento, es demasiado adictiva.
-Eres la mejor en esto, ¿sabías?- recupera el habla Valentina.
-Me encantas- subo hasta su boca para envolvernos en un beso lleno de sabores.
Cuando siento que sus manos bajan hasta mi sexo muerdo su labio con fuerza. Valentina realmente es insaciable, punto a su favor. Dos de sus dedos me llenan y hago lo mismo con ella. Como se acomoda a mi medida es demasiado agradable.
-Gustosa- susurro en su cuello. El placer de tenerla enterrada en mi ser y encima estar disfrutando de lo más íntimo de su espíritu me tiene a las puertas de otro orgasmo. Que débil soy.
Sus dedos tienen más magia que el mismísimo Harry Potter. No lo controlo ni queriendo. Cierro los ojos con fuerza corriéndome en exceso por mucho que lo quise demorar, es imposible con Valentina. Tengo poco remedio. Si sigue atacándome así mañana no me voy a poder levantar. Bendita locura.
-Eres tan deliciosa amor- asegura Valentina chupando los dedos que antes me hicieron delirar. Yo aún estoy dentro de ella, incapaz de moverme por su culpa.
-Eres mala, pero estoy loca por ti- continúo con mi trabajo mientras Valentina se encarga de estimular mis pechos.
Un par de embestidas más y logro su segundo orgasmo de la noche. Valentina abre la boca y se deja ir haciéndome testigo de una imagen preciosa. Si ella flota, yo también y viceversa. Se coloca entre mis piernas, comienza a frotar su clítoris con el mío. Que sensación maravillosa. Estamos un tiempo así, descubriéndonos. Aprieto sus nalgas para que pegue más fuerte. Ha conseguido lo que parecía imposible, que me sienta cómoda y capaz de dar placer y recibirlo. Lo que más me gusta es cuando me mira profundamente demostrándome que soy lo más valioso para ella. Realmente tengo mucha suerte. Esta vez el placer es elevado al cuadrado porque lo conquistamos a la vez y me hace temblar por cinco minutos hasta perder el alma por pura complacencia.
Se queda dormida con mis caricias. Estoy tan enamorada de esta mujer. Que suerte encontrármela de nuevo. Yo sabía que me faltaba una pieza, lo presentía. Sin ella nada fluye. No logré comenzar de nuevo en otra parte ni siquiera con la memoria vacía. Es un amor tan grande. Mi corazón es completamente suyo. Quiero pedirle que sea mi novia cuando despierte. Hacer planes con ella sin miedo al futuro pero plenamente convencida de que juntas todo es posible. Ella es todo lo que me gusta en una persona. Valentina dice que al principio solía odiarla pero no creo que eso fuera cierto. Quizás no podía aceptar que me atraía. No lo sé, me gustaría mucho conversar con esa Luiza ahora. Decirla que ella es maravillosa y agradecerle por cambiar su actitud y permitirse conocerla. Se que nuestra historia ha vuelto a comenzar. Estoy dispuesta a luchar todos los días por hacerla feliz. Seguir creciendo a su lado. Superar mis pesadillas y mis traumas.
No puedo parar de sonreír, es difícil conciliar el sueño. Mi cuerpo se siente en llamas, mi pecho quiere explotar. Todo alrededor grita su nombre.
Tenerla desnuda así tan cerca, recordar todo lo que me hace sentir, el calentón que traía y lo satisfecha que estoy ahora después de prácticamente emigrar a otra superficie fuera de esta tierra. No tiene explicación. ¿Será que ella todavía me ama? ¿O es solo atracción? Tenemos que conversar mucho. Mi cerebro no para de reproducir escenarios molestos. No sé si ella gusta más de la Luiza de antes o la de ahora porque está claro que no somos las mismas. Quito esos pensamientos de mi cabeza cuando Valentina se mueve y puedo ver su espalda marcada por mis uñas. Pase lo que pase de ahora en adelante, lo recordaré para siempre.Nota: Gente perdón por no subir nada ayer. Desde que regresé al trabajo todo ha sido un estrés constante.
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No te odio, te amo.
FanfictionLuiza y Valentina son como un imán, se atraen inevitablemente. Llevan un año peleándose pero en el fondo hay algo, un sentimiento que ninguna de las dos sabe expresar.