Primer mes

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POV Valentina

No puedo creer que hoy cumplimos un mes de novias y yo soy una idiota enamorada que no para de admirar a la morena más linda de este planeta. Es la chica de mis sueños, sigue sorprendiéndome cada día, me gusta cada detalle que voy descubriendo. Cuando me besa siento que el mundo está a mis pies, me pone a flotar en una nube, es mágico. Estoy loca por ella, siempre lo estuve. Supongo que era difícil de aceptar. Somos la pareja de moda, hablan de nosotras en toda la facultad. Se que muchos piensan que no vamos a durar pero se van a quedar con las ganas de que esto acabe, porque todos los días la quiero más. Estoy orgullosa de la mujer maravillosa que es, de sus valores. Luiza tiene carácter, sabe defenderse, conquista todo a su alrededor y ni siquiera se da cuenta del poder que tiene. Me tiene boba esta mujer. Es una mezcla de amor, fascinación, deseo. Yo simplemente no lo puedo controlar. Quiero un futuro con ella. Estoy segura.

-Hola amor- la sorprendo en los pasillos de la universidad. La abrazo por la espada, respiro su olor y este sentimiento sigue creciendo dentro de mi.

-Se puede saber dónde andabas. Yo te extrañé demasiado- responde Luiza quejándose por mi tardanza.

-Digamos que se me pegaron las sábanas- bromeo con una sonrisa en la cara. Me encanta saber que ella me extraña.

-Si no te pasaras toda la noche mandando mensajes y provocando- insinúa Luiza mirándome directamente a los ojos de esa manera tan profunda que tiene ella. Siento que me desnuda tan fácilmente.

-Tú culpa, soy una tonta enamorada- acepto sin problema y ella se sonroja enseguida. Es tan dulce, no se da cuenta de lo que provoca en mi.

-Feliz primer mes mi pequeña enamorada- afirma Luiza colocando un girasol en mi pelo. Que detalle tan bonito.

-Te quiero mucho, ¿sabías?. Lista para esta noche-la abrazo con todo el amor del mundo y me quedo respirando un rato en su cuello, consumiendo lentamente su olor. Me alimenta tanto su aroma.

-Lo siento no voy a poder estar contigo hoy, tengo que trabajar- se excusa Luiza con cara de preocupación. Habíamos quedado en pasar la noche juntas para estudiar y ver una película. Algo sencillo.

-Bueno no pasa nada, otro día será- respondo intentando ocultar la tristeza que siento. No quiero que ella piense que soy egoísta y no respeto su espacio.

-Te lo recompensaré. Lo prometo- asegura Luiza tomando mi cara entre sus manos y dejándome un beso fugaz en los labios.

Veo que camina hasta su casillero y me quedo esperando a que descubra su regalo. Le he dejado una foto con una nota. "Desde la primera vez que te vi, yo ya sabía que eras para siempre" Recuerdo aquel día como si fuese hoy. Su blusa azul de flores y pantalón amarillo. Ella parecía realmente asustada, fuera de lugar. Yo quería mucho acercarme, pero me faltó valor. Tuve el impulso de tomar una foto para inmortalizar el momento. Ella siempre me pareció hermosa, con un poder de atracción incalculable. Luiza me busca con la mirada. Besa la nota y me lanza un te quiero que me llega directamente al corazón. Solo espero que esto no acabe nunca y poder demostrarle todos los días que soy la persona correcta.

Termino la escuela y voy directo a casa para prepararme para mañana. Ahora que estudiar con mi hermano es una pesadilla, me gusta más cuando es mi novia la que me ayuda a preparar el examen. Claramente tengo la mente en otra parte y voy a necesitar de un milagro para aprobar. Igor no para de molestar.

-Vamos. Tengo una idea para cambiar ese mal humor- sugiere mi hermano buscando las llaves del auto.

-Deja de ser loco, tengo que leer todo esto- señalo los papeles en frente de mi.

-Te llevo a la biblioteca. Venga, va. Sígueme agua fiestas- empuja Igor sacándome de la habitación.

Lo conozco suficientemente bien para saber que no vamos a ninguna biblioteca. Estoy molesta. Nada me sale bien este día. Primero no puedo celebrar con Luiza, ahora Igor insiste en que tengo que salir a que me de el aire cuando lo único que deseo dormir y que pase todo de una vez. El plan de mi hermano es llevarme a un go kart. Amo las carreras pero ahora mismo me parece una idea ridícula. Me quedo sentada en una esquina, desaseando desaparecer de la faz de la tierra. Y encima este idiota se fue hace un siglo al baño y no regresa.

-Necesitas pareja- escucho esa bendita voz, tan conocida, tan perfecta. Tiene que ser mi mente jugándome una mala pasada. No puede ser verdad. Basta con subir la cabeza para aceptar la realidad. Luiza y su blusa de flores con pantalón amarillo aparecen frente a mi. Ella está aquí, es real y me parece que todo vuelve a tener sentido.

-¿Que estás haciendo aquí?- pregunto con un hilo de voz tembloroso, emocionada.

-¿No te gusta tu sorpresa?- pregunta Luiza con una sonrisa de satisfacción.

-Eres increíble- respondo admirando su belleza. Ella realmente se inventó lo del trabajo para preparar esta cita.

-Lista para perder tu primera carrera- asegura Luiza desafiándome.

-Dudo que puedas ganarme- la provoco.

-Eso ya lo veremos- se defiende Luiza.

Luiza es competitiva, me causa gracia su enojo porque no puede alcanzarme. No quiero ser mala, pero es que aún me sigue pareciendo sexy cuando está de mal genio. Me acusa de no tener piedad pero es incapaz de darse por vencida. Yo amo su coraje. Agradezco su idea, hace mucho tiempo que no me divertía así. La llevo a su casa y me invita por primera vez a su habitación. Sus padres no están y Carol está cuidando de su hermana pequeña. Tengo nervios porque cada paso que damos se siente cada vez mejor. Estamos en el suelo tomando vino, mientras me muestra un álbum familiar, su niñez, sus amigos, sus historias. Que bonito conocer todo eso. Se está haciendo tarde pero no me quiero ir. Podría conversar con ella por horas, más Luiza está tomando mucho y tengo que pararla de alguna manera. Me pone en una situación tan difícil. Reparte besos por todo mi cuello, y me excita demasiado. Que calor hace de repente. Sus manos acarician mis piernas. Luiza borracha es una atrevida y yo estoy muy cachonda. Siento su lengua entrar en mi boca con violencia y me quedo sin reacción. Necesito encontrar las fuerzas que no tengo para poder parar. Se sube encima de mi. ¿Que está pasando Luiza? Me tiemblan las manos, no sé dónde ponerlas. Necesito que mi mente controle a mi cuerpo y no al revés.

-Espera, así no- me separo recuperando el aliento.

-Lo siento- responde Luiza avergonzada.

-No lo sientas, eres hermosa. Tus besos son tan dulces, tu piel, tu boca. Yo solo quiero que sea perfecto-la intento tranquilizar.

-Quédate hasta que me duerma, por favor- me pide como si fuerza una niña pequeña. La acompaño hasta la cama y tomo su mano para que se sienta segura. Estoy aquí para ella, dispuesta a todo.

-Siempre a tu lado mi amor.....

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora