POV Luiza
No sé cómo explicarle a Valentina que debo irme, va a pensar que soy una cobarde. Tengo pocas opciones por mucho que la ame debo estar para mi familia en estos momentos difíciles. Además ella está tan bien en la escuela de fotografía, es su futuro. Ni aunque lo prefiera permitiría que dejase todo atrás para seguirme. Estos meses mi intención siempre fue apoyarla. En los momentos más tensos, me tragué mi orgullo y acepté lo que estaba pasando. Es el amor de mi vida, eso nunca va a cambiar. Espero que Valentina también me entienda.
Enterarme de que mi madre está muy enferma, me ha dejado bastante afectada. Me siento muy egoísta. Por defender mi amor he dicho cosas que ahora me arrepiento bastante de todo. Se que soy muy joven, que en la vida todo cambia pero me muero de dolor. Todo se pone en contra y me descubro muy débil ante las circunstancias. Solo quiero que pase rápido. Se que mi madre es una mujer fuerte y lo superará. Haré de todo para ayudarla. Valentina prometió recogerme y llevo aquí bastante esperándola. Estoy muy triste, se que tengo que hablar seriamente con ella. Ojalá no se lo tome tan mal.
-Perdón por llegar tarde Lu- se disculpa Valentina abrazándome por la espalda. Respiro su olor y quiero llorar solo de pensar en lo mucho que puedo llegar a extrañarla, pero finjo mi mejor sonrisa para responderle de vuelta.
-Te amo Valentina- respondo girándome para quedar frente a ella.
-¿Está todo bien?- pregunta Valentina algo extrañada. Olvidé que ella puede leerme de la mejor manera.
-Si, vamos a comer. Estoy hambrienta- niego esquivando un poco su mirada.
-Tengo una sorpresa. Ven conmigo- informa Valentina llevándome de la mano hasta la salida. Me muestra orgullosa su moto. Se ve tan feliz. No sospecha que yo me estoy muriendo por dentro.
-¿Como la has recuperado?- pregunto.
-Digamos que mi padre convenció a mi madre de venderla y la he pagado a un precio bastante razonable- confiesa Valentina sin parar de reír. Al fin todo está mejorando para ella. Tiene un trabajo estable en una revista. Y está consiguiendo cierta fama con la fotografía. Nunca lo dudé. Ella es tan talentosa.
-Me alegro por ti amor- perfecto. Solo yo puedo destruir su felicidad y me siento como una basura.
-Ven aquí. ¿Donde la llevo señorita?- provoca Valentina lanzándome a su cuerpo con autoridad.
-Llévame donde tú quieras Valentina. Soy completamente tuya- acepto robándole un beso. Su lengua entra en contacto con la mía y me dan ganas de más. Siempre es así, cada beso me enciende como si fuera el primero. ¿Como voy a sobrevivir sin esto?
-Alguien está muy emocionada- juega Valentina ante mi pasión descontrolada.
Nos pasamos toda la tarde juntas. Quiero disfrutar como si fuera la ultima vez. Desconozco el tiempo que pase en aquella ciudad mientras mi madre se somete al tratamiento y puedo imaginar todo lo que va a costarme. Tengo que contárselo ya, pero por otro lado se que voy a romper la magia. Y me jode infinitamente. Con su primer sueldo importante ha decidido comprarnos unas cadenas, la de ella con una L, la mía con una V, son tan preciosas. Rompo a llorar como una niña, sin consuelo. Valentina se preocupa, toma mis manos con fuerza.
-Habla conmigo- ruega Valentina.
-Perdóname- sollozo sin fuerzas. Tenía planeado ser más fuerte. Que la noche fuera bonita en cierto punto.
-¿Qué te perdone por qué amor? ¿Qué está pasando?- pregunta Valentina inquieta por no conseguirme calmar.
-Me voy mañana- confieso con la voz rota.
-¿Que estás diciendo? No entiendo- niega Valentina.
-Mi madre está mal. Tenemos que ayudarla. Veremos a un especialista. Más es lejos de aquí- explico entre lágrimas. Su cara de preocupación me deja fatal.
-¿Donde?- pregunta Valentina desesperada.
-No te voy a decir- advierte.
-Luiza, lejos. ¿Donde?- grita Valentina. Nunca me había levantado la voz así.
-Calma, amor- imploro.
-No me digas que esté tranquila cuando me estás diciendo que estás pasando por un momento delicado y no sólo no me dices nada también te vas. Quiero estar contigo- solicita Valentina rompiendo a llorar.
-Voy a volver. Tan solo regálame este tiempo. Por favor- le pido.
-No me quieres. ¿Es eso?- cuestiona Valentina. La quiero matar como se atreve a insinuar algo así.
-Porque te quiero, debes quedarte aquí. Eres feliz Valentina. No te das cuenta. Estas logrando todo lo que imaginaste. Vas a seguir creciendo porque eres increíble- explico.
-Soy feliz porque tú estás conmigo- recuerda Valentina.
-Prométeme que vas a ser feliz sin mi- le suplico.
-Claro que no- niega Valentina.
-No me lo hagas tan difícil. Abrázame- intento acercarme pero ella me rechaza. Me niego a que quedemos tan mal.
-Véte, es lo que deseas no- juzga Valentina.
-No entiendes que mi madre se está muriendo. Que tengo que estar con mi familia. Odio cuando te comportas como una estúpida Valentina- ahora soy yo la que le grito rompiéndome en el suelo completamente.
-Y yo no tengo lugar en esa familia- se responde Valentina a si misma entristecida.
-No digas tonterías. Un día vas a ser mi esposa. La persona más importante de mi vida. Vendré a buscarte- le recuerdo.
-Solo espero que yo siga aquí- responde Valentina dejándome sola.
Estoy desesperada realmente deseaba encontrar las mejores palabras y todo fue una mierda. Si la pierdo nada tendrá sentido. Llevo toda la noche sin dormir, irritada. Mirando nuestras fotos. Pensando en lo mucho que estará sufriendo ella por mi causa, no ayuda en absoluto. Siento un ruido en mi ventana y me asusto. Tiemblo con la idea de que venga a buscarme, pero cuando me asomo y la veo allí. En medio del frío. Debajo de mi habitación, a las cuatro de la madrugada. Me queda claro, Valentina será mi mujer aunque sea la última cosa que haga en este mundo.
-Quiero solo decirte tres cosas. Una, espero que se mejore Sonia. Dos, siento haberte gritado. Y tres, que tengas un buen viaje Luiza- habla Valentina en cuanto le abro la puerta y después de observar todas las cajas en el salón.
-Gracias por venir- la abrazo intensamente.
-Puede que sea la última vez que te vea. Nuestra historia merecía más que decirnos adiós discutiendo- aclara Valentina, todavía la escucho con una postura algo distante. Me lastima.
-No es una despedida Valentina. Si cuando vuelva me toca conquistarte desde cero lo voy a hacer porque tú eres lo más bonito que me ha pasado. Mi único amor- insisto mirándola a los ojos.
-Te amo Lu. No tardes- sonríe Valentina acariciando mis cabellos.
-Hazme el amor- le ruego en un ataque de deseo.
No necesito decir nada más. Valentina me toma en sus brazos y me lleva hasta la habitación. Besa cada rincón de mi piel con una lentitud y una ternura, como nunca antes. Siento que me atraviesa la intensidad de sus caricias. No hay desesperación, siento más calma. Sus pupilas acompañan sus manos. Me corro intensamente en su lengua y Valentina no se frena, desea hasta la última gota que me pueda sacar. Consigue unir nuestros sexos y me pide que baile encima de ella. Me penetra con tres dedos, grito, muerdo, me retuerzo. Soy toda alma. No tengo cuerpo. Mi carne le pertenece, mi corazón es su casa. A lo mejor despierto a todos con mis gritos pero no puede importarme menos las consecuencias. Quiero entregarme a ella y que le quede claro que jamás nadie la va a ser sentir igual, que somos para siempre. Esto no puede acabar aquí.
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No te odio, te amo.
FanfikceLuiza y Valentina son como un imán, se atraen inevitablemente. Llevan un año peleándose pero en el fondo hay algo, un sentimiento que ninguna de las dos sabe expresar.