Solamente tú

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Nota: Gente ya estoy de regreso. Gracias por todos los buenos deseos.

POV Valentina

Estoy cansada de luchar en contra de lo que siento. No me importa lo que dure, quiero volver a vivir de su mano lo que dejamos a medias. Amo a Luiza y esta vez nada conseguirá separarme de ella. Vamos a darnos la oportunidad de conocernos de nuevo. Ahora que vivimos juntas es como un sueño echo realidad. Me gusta cuando me despierto y ya está preparando el desayuno con música de fondo. Baila hasta preparando unos pancakes y a mi se me queda una cara de idiota. Tengo que cerrar los puños para no atacar su cuerpo y desnudarla encima de la mesa. Me prometí a mi misma no asustarla. Es difícil, pero al menos ya no me da miedo mostrarme cariñosa. Luiza siempre se avergüenza cuando la miro de manera muy intensa. Tengo una sorpresa para nuestra primera cita, dos entradas para un concierto de Pablo Alborán que se que le va a encantar. Una vez me dijo que era su sueño ir y que cantáramos juntas nuestra canción. Ella no lo recuerda pero yo sí, y quiero que comparta conmigo la experiencia.

-¿Donde vamos? Necesito saber para elegir mi ropa- curiosea Luiza demasiado intranquila.

-Tú eres hermosa de cualquier manera- alago sus atributos y no miento. Es preciosa, cada día lo es más.

-Si no me dices voy a hacerte cosquillas Valentina. Vas a sufrir- advierte Luiza acercándose peligrosamente.

-Es una sorpresa. Mi pequeña impaciente- juego con ella.

-Entonces voy en pijama- bromea Luiza haciéndome sonreír.

-Y si te ayudo a elegir la ropa- propongo en señal de rendición.

-Solo quieres meterte en mi habitación- insinúa Luiza consiguiendo que las dos quedemos sonrojadas.

-Me voy a portar bien. Lo juro- le prometo.

-¿Incluso si quiero que te portes mal?- Luiza me toma el pelo y me está dejando en evidencia porque realmente lo que busco es estar pegada a ella de todas las formas posibles.

-No voy a llegar viva a esta noche si te sigues divirtiendo así a mi costa- le cuento.

-Quizás me guste un poco ponerte nerviosa- confiesa Luiza.

Luiza convierte mi proposición en la excusa perfecta para dejarme completamente fascinada. Modela para mi sus vestidos más sexys. No consigo ni hablar, parezco una adolescente pasmada por la belleza de su mayor crush. Y es que ella siempre será la chica de mis sueños. La única que consigue que mi cuerpo y mi alma reaccionen a la vez. Noto que su forma de vestir ha cambiado. Es mucho más sugerente, imagino la cantidad de chicas que estarían locas por ella. Elige unos jeans y una blusa blanca que deja ver su perfecto vientre marcado por el sol. Yo salgo corriendo porque necesito una ducha fría antes que todo. Deseo tanto ir más allá y besarla.

Después de salir del estudio voy a buscarla en la moto. Luiza me espera con una sonrisa. Tal pareciera que se trata de una bendita alucinación. Cuantas veces soñé con momentos así. Durante todo este tiempo que no la tenía. Ni siquiera dejé que otra chica montara porque inconscientemente todavía esperaba que de alguna forma volviera a mi y todo fuera como al principio de nuestra relación. Hoy puedo decir que es diez veces mejor. Ella consigue que me sienta ilusionada. Luiza me abraza con fuerza, tiene miedo por el accidente pero ella dice que a mi lado se siente segura y eso me da también seguridad a mi. Llegamos al concierto y me mira sorprendida. No tenía ni idea. Es bueno poder darle esa alegría.

-¿Es en serio? Escuché mucho su música durante el tiempo que estuve en el hospital- confiesa Luiza emocionada.

-Sé todo lo que te gusta- afirmo de una manera demasiado sugerente.

-Ya veo. Estás dejando las expectativas muy altas- bromea Luiza mientras buscamos nuestros asientos.

-Ahora puedo darte todo lo que mereces- confirmo llevándola de la mano.

-Valentina, yo recordé nuestra primera cita en el pasado- revela Luiza deteniéndome.

-¿En serio? No me lo puedo creer. Eso es increíble. Vas a recordar más. Ya lo verás, te voy a ayudar en todo- estoy impresionada. La posibilidad de que ella me recuerde poco a poco me deja más tranquila. Aunque esto de conquistarla desde el principio no está para nada mal.

-Yo estaba tan nerviosa, no sabía si te gustaba de verdad. Si podías llegar a quererme. Dijiste que me esperarías. Me diste la confianza de sentirme preparada. Me hiciste sentir especial y es exactamente como me siento ahora. Gracias Valentina, por estar para mi- asegura Luiza con un brillo impresionante en los ojos.

-Gracias a ti por regresar a mi vida de nuevo- la abrazo porque no puedo más de tanto amor.

Luiza se pasa todo el concierto cantando y bailando. Disfruto lo divertida que es. Somos opuestas en ese sentido pero consigue que yo me deje llevar cuando estoy con ella hasta el punto de convertirme en la persona más festiva del planeta. Cuando escucha los acordes de nuestra canción Luiza me mira fijamente. No necesito confirmarle que es nuestra. Ella parece tenerlo tan claro. Se acerca tanto que nuestras frentes chocan. Su aliento me golpea de forma violenta. Miro al suelo apenada porque no puedo controlarme. Es Luiza la que decide con autoridad. Lleva su mano hasta mi mentón y aterriza con sus labios en mi boca. Santa madre lo necesitaba tanto. Sostiene mi nuca con tanta fuerza que suelto un gemido producto de la tensión y Luiza aprovecha para colar su lengua profundamente. Acompaño su intensidad. Le respondo de la misma manera. No es un beso tranquilo. Ninguna de las dos lo quiso así. Mucho tiempo esperando y al final no lo podemos controlar. Luiza gime cuando muerdo su labio y se pega más a mi. Decido que es hora de irnos para seguir besándonos donde no llamemos la atención.

Ya ninguna de las dos consigue estar dos minutos separadas. Sus besos son mi droga. Cuando llevo las manos hasta su culo Luiza se estremece entre mis brazos. Estoy agitada pero no quiero parar. Es demasiado placentero. Daría lo que fuera por detenerlo todo en este preciso momento, quedarme a vivir en su boca. Me encanta poder degustarla nuevamente, es una delicia. Sus gemidos, como sus manos viajan hasta mi espalda y se aferra con fuerza. Luiza puede parecer tímida pero cuando se desata es una fiera apasionada. Apenas puedo abrir la puerta de casa. Estoy demasiado excitada. Luiza me abraza por la cintura y sonríe en mi oreja. Que mujer tan provocadora. Los años pasan y nada cambia. El fuego no se apaga. Comenzamos a besarnos de nuevo pero nos separamos de inmediato cuando Carol comienza a toser de forma incómoda en el salón y todos nuestros amigos se quedan mirándonos impresionados. No estaba informada de dicha reunión, podían haberme avisado. Ahora que hago con este calentón....

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora