POV Valentina
Ya hace más de dos meses que tomé la decisión de vivir sola. Necesitaba mucho de mi espacio. Estoy cansada de que la gente decida lo que está bien o está mal. Comienzo a sentir la necesidad de encontrar mi propio rumbo, tener libertad y seguridad sobre mi misma. Cada vez que me miro al espejo noto que estoy cambiando. No me llena lo superficial. He renunciado a las prácticas en el bufete de abogados de mis padres y he conseguido trabajo en una cafetería para cubrir los gastos esenciales. Por suerte tengo la casa de mis abuelos y aunque todavía no puede ser del todo mía hasta que cumpla los dieciocho, he defendido mi derecho de vivir aquí si puedo permitírmelo. Estoy feliz, tengo una novia que me apoya y es apasionada. Ella simplemente me ilumina, es mi columna vertebral. La quiero con todas mis fuerzas. No extraño los lujos de las tarjetas de crédito, quizás un poco la moto que se la ha quedado mi madre encaprichada con hacerme cambiar de opinión. Quiero apostar por mi futuro y no me hace falta nada más.
-Me sirve un café señorita- pide Luiza de la manera más seductora posible. Solo con oír su voz mi corazón se descontrola.
-Solo si me das un beso- propongo mordiéndome los labios.
-¿Ese es el precio ahora?- pregunta Luiza sonrojada.
-Para ti, sí- afirmo mientras le entrego su café.
-Más te vale que sea solo para mi- amenaza Luiza con determinación.
-Esos celos- la regaño continuando con el juego y el coqueteo.
-No tengo celos que lo sepas. Se de sobra que estás loca por mi- recuerda Luiza tomando un sorbo de la bebida.
-Convencida- respondo sintiendo escalofríos de verla tan sexy mirándome así.
-Tengo muchas ganas de demostrártelo esta noche- menciona Luiza provocando.
-Eso si te dejo- replico de la forma más chula posible.
-Ya lo veremos- afirma Luiza aceptando el reto.
Cuando me quiero dar cuenta está dentro del mostrador, agarra fuerte mi camisa y devora mi boca en un beso tan intenso que todo alrededor deja de existir. Dos preciosos minutos donde el único ruido son dos labios chocando, respiraciones pesadas, lenguas traviesas, el alma delirando. Yo perdiendo el sentido y ella disfrutando del control que obtiene en todas mis versiones.
-Quédate con el cambio- argumenta Luiza mientras se marcha y me deja con la boca abierta.
La verdad es que no soy la única que está evolucionando. Luiza cada vez es más determinada. En la facultad solo se escucha su nombre. Además de conseguir las mejores notas ha entrado en un grupo de baile y destaca en cada proyecto. Tengo muchísima suerte, ella es increíble. Tiene demasiada energía, es positiva y la vida fluye a su lado. Cuando estamos juntas pasa de todo, a veces peleamos por cualquier tontería, tonteamos como dos idiotas que recién se conocen, contamos con la complicidad de una pareja de años. Y todo ese conjunto de emociones explota siempre que hacemos el amor.
-Amor, adivina. Encontré una escuela de fotografía cerca de la academia. Reuní toda la información para ti- informa Luiza entregándome los papeles. Estamos las dos en el bus. De camino a su casa.
-Lu, la fotografía es solo una ilusión. Es mejor que me olvide de ello- respondo un poco frustrada.
-Pensé que te hacía feliz, además eres muy buena- insiste Lu buscando mi aprobación.
-Estoy feliz. Siento que estoy creciendo emocionalmente, pero no quiero seguir decepcionando. Especialmente a mis abuelos. Ellos dejaron todo para mi. Quizás deba seguir sus pasos- explico sintiendo el peso de la historia sobre mi espalda.
-Prefieres decepcionarte a ti misma- regaña Luiza.
-Dejémoslo por aquí, ¿si?- le pido.
-No creas que me voy a dar por vencida- recuerda Luiza. Es muy testaruda, eso lo sé.
-¿Estás segura que tus padres no están en casa? Ellos me odian- cambio de tema rápidamente.
-No te odian, solo que creen que eres una mujeriega y estas pervirtiendo a su niña- juega Lu con su mirada sensual.
-Si ellos supieran quien pervierte a quién- le recuerdo ayudándola a bajar del bus.
-No tienes pruebas- repite Lu subiéndose a mi espalda para que la lleve en brazos. Es una tonta.
-Luego soy yo la mimada- la provoco.
-Eres mi mujer, tienes que consentirme- ordena Luiza.
Adoro el ambiente familiar en casa de Lu. Sus hermanas son muy cariñosas y se la pasan jugando y haciendo bromas. Apenas se nota cuando sus padres faltan porque son muy responsables y se reparten las tareas. Yo admiro mucho a Luiza, como es de juiciosa y sabe cuidar de todos. Me enamoro más y más, sin ningún tipo de remedio. Es incurable estas ganas de ella. Estoy en el baño lavándome la cara cuando la siento entrar. Tiene una cara que conozco a la perfección. Es un demonio cuando está con el deseo encendido. Me embiste contra el espejo sin ninguna explicación.
-Lu, tus hermanas están fuera- le ruego totalmente excitada.
-Cállate- ordena Luiza metiendo sus manos por debajo de la ropa.
-Eres tan linda, me haces perder la cabeza Valentina. Tu piel es deliciosa, tu cuerpo. Dios- susurra Luiza mordiendo mi cuello
-Lu- suspiro apretando mis puños.
-Date la vuelta- exige Luiza con esa voz ronca que me desespera.
Incapaz de negarle nada, me giro quedando de frente a ella. Sus pupilas son la de una loba hambrienta y eso es suficiente para que sienta los piernas temblar de anticipación.
-¿Sabes cuál es mi gusto favorito?- pregunta Luiza sosteniendo mi rostro de una manera posesiva. Me gusta cuando deja a un lado la ternura para convertirse en una fiera indomable.
-¿Cuál?- pregunto pasando mi lengua por sus labios.
-El de tu coño ardiente- responde Luiza bajando mis pantalones y arrodillándose frente a mi. Me va a matar un día de estos.
-Luiza nos van a oír- le advierto. Se de sobra todo lo que hace sentir. No lo puedo contener.
-Pórtate bien y después podrás hacer todo lo que quieras conmigo- propone Luiza bajando mis bragas lentamente. Es una alborotadora.
-Suena como un buen plan- acepto cerrando mis ojos y tratando de controlar mi nivel de agitación.
En la primera lamida ya tengo que sostenerme con fuerza del lavabo. La manera en la que introduce su lengua, los movimientos rápidos. Es como si hubiera nacido para esto, no tiene explicación.
-Me comes tan rico amor- bajo la mirada para disfrutar de la mejor vista en todo el mundo.
Ella lo disfruta tanto que me hace delirar, usa sus dedos para abrir mis pliegues y profundizar un poco más. El calor me gana la batalla, quisiera aguantarlo otro poco pero no lo consigo. Estoy a punto. Su nariz golpea mi clitoris y grito de placer. Luiza no deja de mover su lengua de esa jodida manera apabullante y comienzo a tener convulsiones violentas, es como si mi alma y mi cuerpo escaparan en un trance fatal.
De repente ella se vuelve la novia más cariñosa del mundo y me abraza hasta que me voy calmando. Todo es tan intenso, quizás he gritado de más pero eso ya no importa. Juro que es imposible poner medidas entre nosotras.
-Tú sabor es una maravilla- rompe el silencio mientras me ayuda a colocarme la ropa de vuelta.
-Estás loca- comienzo a sonreír.
-Vamos a la habitación.....
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No te odio, te amo.
FanfictionLuiza y Valentina son como un imán, se atraen inevitablemente. Llevan un año peleándose pero en el fondo hay algo, un sentimiento que ninguna de las dos sabe expresar.