Todo lo quiero con ella

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POV Luiza

¿Como podría arrepentirme? ¿Acaso estoy loca? Ando con un poco de vergüenza, porque no paro de ver a Valentina de manera sexual. Es imposible de controlar. Se ha despertado una parte de mi completamente desconocida. Yo nunca fui salida. Ni siquiera al principio de la adolescencia. Ahora no paro de imaginarme sus manos por todo mi cuerpo y se me corta la respiración. ¡Que noche maravillosa! Sus ojos encendidos mientras su lengua me devoraba. Dios, solo consigo acalorarme más. Todo el día he querido tirarme encima de ella y revivir cada momento. También quiero explorarla, que Valentina grite de placer en mi oído, chuparla con ganas. Me estoy muriendo lentamente, me apetece mucho callarla con un beso. Y al mismo tiempo me da corte, no sé cómo actuar. Me aterra mostrarme tan inmadura. Valentina tiene experiencia, para ella es normal. Debe pensar que soy idiota. No paro de desviarle la mirada y lo peor es que ha dado por hecho que nos apresuramos, cuando no es verdad.

-Háblame por favor, ¿hice algo mal? ¿no era lo que esperabas?- pregunta Valentina después de mi preocupante silencio. No me había dado cuenta que estoy llorando. Soy ridícula, ahora ella piensa lo peor.

-Valentina, no- me freno inmediatamente, ¿que es lo que me impide hablar? Tengo un nudo en la garganta.

-Lo siendo, debí entender que no estabas preparada- supone Valentina otra vez. Ella está muy triste. Me duele poder lastimarla así de no saber explicarme. Lo tengo que intentar.

-No es nada de eso. Valentina después de lo de anoche mi corazón siente que te quiere todavía más, como si eso fuera posible. Yo no puedo mirarte porque soy capaz de vivirlo todo una y otra vez. Y no sé ni qué sentir, de pronto quiero arrancarte la ropa, besarte hasta perder el aliento. Son tantas cosas. No lo consigo expresar- confieso abiertamente sintiéndome más liberada. Estoy temblando. Valentina lo entiende todo y me abraza.

-Amor, confía en mi. Estoy sintiendo lo mismo. ¿Crees que no llevo aguantado todo el día las ganas de besarte la boca? Eres tan bella Lu. No tengas miedo. Soy completamente tuya- asegura Valentina jugando con mi pelo. Ella es tan delicada, tan poco común, tan perfecta.

-Eres tan sexy Valentina, quizás mereces a alguien con más experiencia- vuelvo a dudar.

-No lo digas ni en broma. Te quiero a ti, te necesito Lu. Gracias a ti estoy viviendo los meses más maravillosos de toda mi vida. Tenerte cerca me enciende, me alimenta. Quiero estar contigo toda mi vida- asegura Valentina tomando mi rostro entre sus manos de una manera posesiva y directa. Después me roba un beso tan seductor, tan candente y tan sincero que me deja con ganas de más.

-Vamos a mi habitación- exijo arrastrando a mi novia por todo el pasillo hasta llegar y dar un portazo desesperado.

-Quiero denudarte- susurro en el oído de Valentina y ella cierra los ojos con fuerza.

Tener a Valentina tan dispuesta sobre mi cama cuenta cómo conquistar la luna, ganar la copa del mundo, conocer las siete maravillas, acabar con la pobreza. Estoy peleada con la cordura, muy fuera de mi y eso me encanta. Con la paciencia que no tengo desabrocho cada botón de su camisa, lo encuentro tan excitante, el resoplido que ella suelta, como muerde su labio juguetona, ella consigue matarme con cada detalle inconsciente. ¿Como es siquiera posible anhelar traspasar su piel y su alma? Paso mi lengua por su vientre. Me da por jugar. Admiro lo trabajada que está. Bajo su pantalón del todo. Y me quedo un rato admirándola como a una diosa, cada fragmento de su belleza que no dudo en resaltar. La dejo encima de la cama y me levanto para quitarme la ropa yo solita. Estoy en modo atrevida, me prometí soltarme más y quiero ver hasta donde soy capaz de llegar, olvidarme de todo cuando estoy con ella. Valentina se quita el brasier y me lo lanza coqueta. Me tengo que reír, comienzo a dejar la tensión atrás y encuentro divertido esta intimidad que nació hace mucho tiempo pero va creciendo a medida que mis sentidos despiertan. Vuelvo a colocarme encima de Valentina. Fijo mi mirada hambrienta en sus pechos. Es lo que quiero, ya no hay marcha atrás.

-Oh, vaya, la señorita tienes unos pechos increíbles- acepto sin esconder mi fascinación. Siempre me habían llamado la atención por encima de la ropa pero ahora que están a mi disposición el placer llega a ser descomunal.

Comienzo a tocarlos de forma delicada, no quiero ser torpe. Valentina se retuerce. Se que le gusta. Sus movimientos hablan por ella. Paseo mi lengua por su pezón, lamiendo firmemente y sin tapujos. Primero uno, luego el otro. Valentina aprieta las sábanas y no contiene más sus gritos. Me gusta saber que también puedo enloquecerla. La sorprendo con varios toques y lamidas, no me quiero dejar un rincón por explorar. Tiene los pezones erectos y quiero quedarme con esta imagen por siempre grabada.

-Ven acá, estás siendo muy diablilla y yo también quiero jugar- afirma Valentina volteándome en la cama con una facilidad abrumadora.

-Valentina- grito de placer cuando siento sus manos sobre mi sexo.

-Puedo sentir lo mucho que estás disfrutando, lo húmeda y gustosa que estás. Te voy a comer entera- avisa Valentina ganando por KO. Ya no puedo más, me dejo vencer. Ella manda.

Me da un beso atrevido, se recrea en mi boca y va bajando sin parar de besar todo lo que va encontrando a su paso. Es tan traviesa, lo deja bastante claro con cada caricia. Adoro cuando se detiene sobre mi sexo y respira, eso me vuelve loca. Abro mis piernas por instinto. Cuando la siento lamer con tanta habilidad y descaro, me permito disfrutar sin reserva. Se nota que la noche anterior lo hizo para prepararme pero esta vez me quiere enloquecer con maldad. No para de explorarme, separa los labios y mete su lengua tan profundamente que me quiero morir.

-Ahhh Valentina, joder. No pares nunca por dios- le dejo saber cuánto me está gustando.

-Toca aquí ven- ordena Valentina bajando mi mano hasta mi propio sexo. La voy a matar, como puede joderme así.

Hace movimiento circulares sobre mi clitoris mientras me ayuda a introducir mis propios dedos. Me dejo ir explotando en un orgasmo demasiado intenso. Mucho más potente que el de la noche anterior. ¿Será así cada vez? Valentina lame mis dedos provocando. Quiero estar dentro de ella y que pase lo que tenga qué pasar.

Mi pecho está descontrolado, Valentina está excitada y es demasiado para mi. No necesito nada más para ganar confianza. La penetro lentamente, fijándome en su reacción. Me encanta mirarla mientras hace todo tipo de ruidos y gestos, quiero pensar que seremos para siempre así. La forma en la que mueve sus caderas acompañando mis dedos. Que mujer maravillosa.

-Siente como me dejas amor. Me voy correr Lu- avisa Valentina tomando mi boca para acallar el más certero de sus gritos.

Valentina se acomoda en mi pecho temblando, yo le acaricio el pelo y me quedo pensando que no me importa más si no soy la primera en su vida. Quiero descubrirla cada día y llegar a donde nadie jamás llegó. Crecer en confianza, ser su apoyo. Dejar atrás la timidez, así como he aprendido a controlar mis celos. Hacer el amor, tener sexo descontrolado, reinventarnos. Todo lo quiero con ella.

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora