Irresistible

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POV Luiza

Aunque me aseguren que en el pasado era igual de celosa me pone muy nerviosa sentirme así. Lo que me pasa con Valentina es tan fuerte que es difícil de explicar. Me cuesta mucho estar lejos de ella. Incluso encuentro molesto que Aninha sea el centro de sus atenciones y eso que adoro a la niña. Espero poder controlar este sentimiento de posesión porque me hace daño y no quiero cagarla con ella. A nadie le gusta tener una novia que controle todos sus pasos. El caso es que esa profesora de la escuela se la pasa mandándole mensajes y no me gusta. Valentina es muy atractiva. Además es simpática, amable. La fantasía de cualquier mujer sin ninguna duda. Está muy acostumbrada a vivir rodeada de las más hermosas, sabe cómo manejarse con soltura. Creo que ni siquiera nota lo irresistible que puede llegar a ser y eso la hace más interesante.

Salgo del estudio corriendo para ir a la escuela y no perderme el espectáculo. Quiero estar presente, por mi sobrina y para dejarle claro a esa rubia que Valentina no está sola y no voy a permitir que se le siga insinuando en mi cara. La próxima vez la beso en frente de todos sin que me importe nada. Quizás ella eche en falta a la Luiza que solía ser más valiente. En ocasiones Carol me hace entender que actúo como si fuera una adolescente y lo de tener pareja estuviese mal. Con Valentina me comporto de una manera y en la calle me siento rara. No es que tenga vergüenza. Siempre me han gustado las mujeres. Es una percepción muy extraña. Aninha corre para abrazarme apenas me ve. Valentina también sonríe ante mi presencia. En cambio la Daniela se aparta y continúa con los preparativos. Toma hostia de realidad.

-Gracias por venir- afirma Valentina apretando mis manos. No me lo pienso mucho y la abrazo en respuesta.

-Ustedes son mi familia. Nada me importa más- aseguro perdiéndome en su mirada. Cada día estoy más enamorada. Eso está claro.

-Hablé con Igor y aterrizan en cualquier minuto. Ojalá no se retrasen- se teme Valentina.

-Todo va a salir bien- la beso en la mejilla. Y acaparamos alguna que otra mirada.

-Te quiero- afirma Valentina.

-Yo también. Ahora ve y hazme sentir orgullosa- le doy ánimos. Me encanta que participe en la obra de la escuela y se lleve tan bien con los niños.

Le guardo asiento en primera fila a mis amigos y llegan justo cuando va a comenzar la función. Duda me agradece por todo lo que estamos haciendo por su hija. Es una niña muy madura, no da ningún problema. Solo que me ha robado un par de polvos con Valentina pero ya lo recuperaremos. Conociéndonos a las dos más temprano que tarde. Todavía tenemos pendiente ese fin de semana en la playa. Y pienso cobrarle todas las noches que me dejó durmiendo sola. Al final nos quedamos un poco para las fotos y conversando con algunos padres.

-¿Valentina tiene novia?- pregunta Daniela sin percatarse de mi presencia.

-Está saliendo con alguien sí- confirma Duda.

-Pero no es nada oficial- insiste Daniela.

-Si que lo es. Yo soy la novia de Valentina. Puedo saber por qué tanto interés- interrumpo porque no doy más.

-No lo sabía- se excusa la rubia.

-Ahora lo sabes- insisto lo más borde posible. Provocando que la chica se marche avergonzada.

-Tranquila fiera- bromea Duda.

-Como puede ser tan cínica. No se cansa de buscarla-
protesto.

-Ni siquiera sabía que era lesbiana. Valentina realmente hace dudar a cualquiera- se divierte Duda con mi mal genio.

-Duda no me estás ayudando. Te estoy diciendo que la maestra de tú hija no para de zorrearle a mi mujer-la freno.

-Por que no aprovechas que estamos de vuelta y te llevas a Valentina a cenar. Merecen una noche para las dos. Aunque no es que estuvieran perdiendo el tiempo. Tienes cara de haber follado-insinúa Duda.

-Creo que soy adicta al sexo- suelto sin darme cuenta.

-No eres adicta al sexo boba. Es el efecto Valentina. Si un día dejo a su hermano podríamos probar un trío. Sería divertido- dice Eduarda totalmente seria para después explotar con su risa escandalosa.

-No tiene gracia- le hago cosquillas comportándome como la adolescente que a veces me da por ser sin darme cuenta.

-¿Crees que deba contarle a Valentina más sobre mis inseguridades?-pregunto a mi amiga.

-Es normal que te sientas así Luiza. Valentina te conoce mejor que yo. Si en el pasado pudieron controlar el tema de los celos. Será más fácil ahora. Ya verás. Ella está loca por tí- aconseja Duda.

-También estoy loca por ella- suspiro viéndola a lo lejos jugar con los niños.

-Tienes mucha suerte amiga. Será una gran madre- comenta Duda espantándome.

-¿Ella quiere ser madre?- pregunto inocente.

-¿Tú no?- dispara Duda.

-Si es con ella por supuesto- digo sin pensar.

-Primero la boda, ya luego amplían la familia- advierte Duda.

-Creo que estamos fantaseando demasiado. No sé si Valentina está lista para nada de eso- la freno.

Le hago caso a Duda y me llevo a Valentina a cenar. Extrañaba estar sola las dos. Conversar con ella es mi pasatiempo favorito. Amo escucharla hablar de sitios que ha fotografiado. La admiro muchísimo y creo que es fundamental. No sólo la veo como la mujer más bonita de la tierra y mi novia, también percibo su lado humano, intelectual. Valentina realmente me impresiona a niveles muy altos. Me muestro más cariñosa que de costumbre a pesar de que estamos en público. Es difícil asimilar que todo esto me está pasando porque nunca me imaginé ser tan feliz y más después de tanta tragedia. Limpio la salsa de su boca con sensualidad.

-Al fin te tengo solo para mi- comento acariciando su pierna por debajo de la mesa.

-¿Qué piensas hacerme?- juega Valentina dejándose tentar por mis manos.

-Muchas cosas- la provoco.

-Mi celosa favorita- juega Valentina acariciando mi cara. 

-¿Te gusta verdad?- pregunta coqueta.

-No sabes cuánto- confirma Valentina apretando mis muslos.

-¿Sabes que me gusta a mi? Reconocer que cuando ellas solo te miran yo te disfruto entera- encuentro esa convicción dentro de mi. En el fondo tengo claro que somos la una para la otra y eso nadie podrá cambiarlo.

-No veo la hora de hacerte el amor- se desespera Valentina hablándome lujuriosamente en el oído.

-Me encantaría probar algo diferente esta noche- propongo haciéndola pegar un brinco y separarse. Aún estamos en el restaurante y ya nos encontramos completamente excitadas con la idea de llegar a casa y hacerlo salvajemente hasta el amanecer.

-La cuenta por favor....

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora