Propuesta

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POV Valentina

Nuestra relación es mucho mejor ahora. Tenemos ese toque de complicidad combinado con la emoción de lo desconocido. Es como si de repente con la oportunidad de conocernos de nuevo fuera posible reinventarnos. Me gusta descubrir a la Luiza inocente, que se pica con facilidad. Luego a la amante salvaje y atrevida. La mujer que me cuida como si fuese lo más valioso del mundo y es capaz de perdonar lo que sea, porque ha evolucionado lo suficiente. Me hace ser mejor persona. Yo la miro y todo tiene sentido. Se me desata la pasión, quiero gritar que la amo en la montaña más alta de la tierra, llevarla a conocer la luna en una alfombra mágica. Soy una estúpida romántica pero es que tengo a la mejor novia y compañera de vida. Llevo un día sin tocarla y tengo corriente en los dedos. La presión me sube y estoy tan impaciente que Luiza no para de regodearse aún sabiendo lo mucho que me necesita al igual que yo. Supongo que jamás alcanzará a imaginar la dimensión de mis sentimientos por ella, es mucho más que amor y lujuria, lo abarca todo. Soy capaz de sentirla traspasar los límites y no me asusta. Yo le he entregado mi alma y mi suerte. En todos los universos la eligiera como estrella.

-¿A donde crees que vas?- pregunto cuando la veo con ese traje de baño azul. Hasta el mar se pondrá nervioso cuando la vea.

-A la playa, ¿no lo ves?- asume en su papel de burlona. Me va a matar.

-¿Puedes dejar de insinuarte?- suplico ardiendo en fiebre.

-¿Por qué? Si a mi me gusta- juega mordiéndose el labio.

-Luiza es casi de noche, que piensas hacer en la playa a estas horas- no sé que pretende. Está desatada.

-Dar un paseo, hay mucha tensión acá- replica continuando con su plan perverso de enloquecerme.

-Te acompaño entonces. No voy a dejar a mi novia sola por ahí- insisto colocándome los zapatos para seguirla.

-Si vienes tú la tensión no va a desaparecer- opina Luiza devorándome con la mirada.

-Yo no quiero que desapareza-aseguro tomándola de la cintura.

-Está bien te puedo usar de guardaespaldas- acepta Luiza cerrando los ojos porque me tiene muy cerca y es incapaz de controlarse. Yo también se jugar.

El paseo es agradable. Luiza sostiene mi mano con fuerza. A mi se me encoge el corazón cada vez que el viento despeina sus cabellos. Ella es tan sexy en cada cosa que hace. De la forma en la que observo pareciera que la estoy sometiendo a un hechizo, mis ojos se ensanchan tratando de verla en mejor definición. Suspiro cada dos por tres. No sé si tengo mariposas en la barriga o son tambores de guerra. Me produce alteración, vértigo, ruido, alas, magia, locura.

-¿Sabes que recordé?- rompe el silencio Luiza sentándose en la arena.

-Esa vez que hicimos un trío- comento nerviosa.

-No es cierto estúpida- se queja Luiza golpeándome el hombro.

-Claro que no, jamás te compartiría- aclaro de inmediato.

-La primera vez que te vi caminando por los pasillos de la universidad- confiesa Luiza con los ojos llenos de emoción. Me gusta escuchar eso.

-Siento mucho que derramaras el café en tu camiseta- lo recuerdo perfectamente.

-Me pusiste nerviosa. Siempre me pones nerviosa. Creo que eso no cambiará nunca- asegura mi novia.

-Es bueno saber eso- suspiro y la abrazo delicadamente.

-Me dio mucho miedo sentirme atraída por ti, parecías peligrosa- comenta Luiza reviviendo aquella escena.

-Por eso huías cada vez me intentaba acercar- continúo viajando a aquellos tiempos. Fue muy difícil romper esas barreras.

-Supongo que sí- suspira Luiza sin entender mucho aquellos sentimientos.

-Yo creía que me odiabas y comencé a comportarme de una manera poco agradable. Buscando tú atención de otra manera. Si te digo la verdad, estaba tan acostumbrada a llamar la atención de todas las chicas, que tú rechazo fue como un balde de agua fría. Justo tú que eras la única que me interesaba- comento.

-Lo siento- responde Luiza apenada.

-¿Por qué? Me enseñaste tantas cosas. Desinflaste un poco mi ego, me hiciste trabajar, encontrarme. Fuiste capaz de hacerme sentir sin forzar nada. No te avergüences de ello porque fue increíble- le aseguro.

-Y ahora estamos aquí- recuerda Luiza.

-Y sigo muerta de amor por mi guerrera- le cuento.

-Te quiero mucho Valentina y siento haberte juzgado por lo que no eras- repite Luiza.

-Necesito probar tus labios- exijo y corto la distancia sin dejarla responder.

Callarla con un beso me produce tanto placer. La tomo con fuerza para guiarla en una batalla caliente por llevar el control, antes era más pasiva pero ahora siempre reclama un poquito de dominio y es maravilloso. Luiza se me pone encima sin romper el beso. Bajo hasta su cuello y me recreo un poco, jugando con su respiración. La vuelvo loca en cuestión de segundos y cuando quiero meter la mano en su bikini me separa.

-No vamos a tener sexo aquí Valentina- aclara Luiza.

-¿Por qué?- me quejo sedienta.

-Pueden vernos- resalta Luiza. Yo veo la playa bastante desierta.

-Uno así rápidito- me quejo haciendo puchero como una bebé.

-Eres una salida Valentina- responde Luiza levantándose de la arena.

-¿No quieres?- no puedo creer que se vaya así.

-Yo siempre quiero- asegura mi novia dejándome con ganas de más como se ha vuelto una costumbre en estas benditas vacaciones.

Después de decir que era una locura bañarse en la playa a estas horas termino siendo yo la que cometa la locura por el nivel de excitación en el que me deja. Cuando vuelvo a la habitación toda mojada encuentro una nota de Luiza y una caja con un vestido. "Te espero a las diez" No sé que se trae entre manos pero el corazón se me acelera. Acudo a la cita siguiendo las coordenadas que me mandó. Desconocía este lugar. Veo una mesa y alrededor un corazón con velas. También una cama cubierta de cortinas blancas. Lo tenía todo planeado y ni cuenta me di. La noche será muy entretenida.

-Gracias por venir- afirma Luiza y de inmediato al escuchar su voz me vuelvo a emocionar.

-¿Y todo esto?- miro curiosa.

-Sorpresa- exclama Luiza abrazándome.

-Me encanta, bueno toda tú me encantas- respondo besando su mejilla.

-Te ves preciosa con ese vestido- elogia Luiza dándome la vuelta para admirarme.

-Desde hoy es mi favorito- aseguro enamorada.

-Vamos a comer- propone Luiza invitándome a sentar.

-Todo esto es precioso, no lo puedo ni creer- parece un ensueño si soy sincera.

-Tú eres preciosa, gracias por no darte por vencida ni antes, ni ahora. Aquella Luiza y yo somos muy afortunadas de tenerte Valentina- insiste Luiza mirándome profundamente.

-Siempre serás tú- confirmo entrelazando mi mano y su mano.

-Tengo una propuesta que hacerte....

Nota: 50 capítulos ya. Gracias por formar parte de esta historia, por leerme y apoyarme ❤️

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora