No te voy a dejar sola

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POV Luiza

Siento que Valentina es la clave de todo y por eso la escondieron de mi. Tiene una mirada que me gusta. Veo en ella toda la sinceridad que en otras personas me falta. Quiero seguir viéndola, pero entiendo que debo ir despacio. Noto que a Valentina le supone un esfuerzo muy grande estar cerca de mi. Me da miedo descubrir que he podido lastimarla o ser cruel de alguna manera. Carol no responde a mis preguntas, tengo tantas dudas. ¿Estaba realmente enamorada de ella? Me cuesta creerlo porque no conozco nada que se le parezca al amor. Todas las citas que he tenido después del coma terminaron en completo desastre.

Hoy voy a conocer a Duda, mi mejor amiga. Espero que vaya bien. De ella si he visto algunas fotos. ¿Me pregunto dónde estarán las fotografías mías con Valentina? ¿Será que mis padres las destruyeron? ¿Será que yo lo hice? Odio esta incertidumbre. Cuando llego a la casa de Duda quedo sorprendida por lo bonita y grande que es. Ella me invita a pasar, la veo feliz de reencontrarse conmigo y eso me tranquiliza. No recuerdo los términos de cómo nos distanciamos y eso me preocupa. Acepto un vaso de agua. Le tengo tanto terror a los autos que los evito a toda costa y he preferido caminar esta mañana. Ella aprieta mis piernas en señal de confianza y se sienta cerca de mi.

-Estás preciosa- elogia Duda repasando todos mis cambios.

-Tú también- respondo. Sin lugar a duda es una mujer muy hermosa.

-Yo sé que no lo recuerdas, pero siento mucho todo el apoyo que no te brindé cuando te fuiste- confiesa Duda.

-No pasa nada- intento tranquilizarla.

-Ahora que estás aquí. Quiero que seas parte de todo. Tengo una hermosa familia, ¿sabías? Esta de aquí es tú sobrina- afirma Duda mostrándome una foto de la niña.

-Es una princesa, tan hermosa- respondo emocionada.

-Hoy es su cumple. Por eso te pedí que vinieras- informa Duda emocionada.

-Pero no he traído nada- me quejo.

-Puedes ayudarme a decorar. Aninha está con Igor y Valentina en un parque de diversiones. Me han dejado todo el trabajo para mi sola- asegura Duda.

-¿Valentina?- pregunto incrédula.

-Si estás en la correcto, tú Valentina. Terminé casándome con su hermano después de todo-cuenta Duda haciéndome sonrojar.

-¿Ella viene para acá?- pregunto nerviosa.

-Si, pero aún tenemos tiempo para ponernos al día. Mientras dejamos todo listo. Tenemos tanto que conversar amiga- me anima Duda abrazándome.

Duda me trasmite paz, así como Valentina irradia verdad. Siendo que estoy en lo correcto. Me puedo recuperar, y aún si no recuerdo nada, quizás construir algo tan bonito como lo que ya tuvimos. Me divierto mucho. Hace tiempo no sonreía así. Duda es muy bromista. No para de contarme anécdotas incómodas de mi adolescencia. Se nota que me conoce muy bien.

-¿En serio mi primer beso fue con Valentina?- interrogo de forma inocente.

-¡Y que beso!, estuviste hablando semanas de lo maravilloso que fue. Después estabas prácticamente encima de ella. La pobre de Valentina casi sufre un ataque al corazón aguantándose hasta que terminaron acostándose- cotillea Duda. Es obvio que le encanta hablar de estas cosas.

-¿Dormimos juntas también?- cada vez alucino más.

-Muchas veces. Luego de la primera vez, te convertiste en una adicta al sexo- asegura Duda sin tapujos. Mis sospechas eran ciertas, prácticamente todo lo he vivido con ella y recién me estoy enterando.

-La verdad es que Valentina es muy atractiva- confieso sin querer. Estoy realmente avergonzada, todos me conocen mejor que yo.

-Ustedes dos eran la pareja más caliente de la universidad. La envidia de todos. Esa mujer besa el suelo por donde pisas- declara Duda.

Se nos va la mañana charlando y cuando nos queremos dar cuenta ya la casa está llena de invitados. Valentina me saluda fríamente. Solo tiene ojos para su sobrina. Igor en cambio, es muy cariñoso. A pesar de todo el daño que le causé a su hermana se nota que no me guarda ningún tipo de rencor. Duda no me deja sola ni un momento. Me siento realmente bien con ellos. Solo me incomoda ver a Valentina tan cerca de su asistente. No lo puedo evitar. Puede que sean celos, no lo sé. En todo caso no tengo ningún derecho. Valentina merece ser feliz con quien sea.

-¿Una cerveza?- ofrece Valentina finalmente acercándose con la ayuda de Duda que prácticamente la he empujado hacia mi.

-Gracias- sonrío ante su presencia.

-Es lindo que estés aquí- confiesa Valentina. No sé si era su plan que sonara tan tierno pero ella es realmente dulce.

-No sé si merezco esto- niego con tristeza. Ellos están siendo tan hermosos conmigo. Y eso solo me convierte en la egoísta que se marchó sin decirle a nadie su paradero.

-Tú siempre vas a formar parte de esta familia- asegura Valentina mirándome con tanta intensidad. No lo aguanto más y la abrazo. Me gusta abrazarla. Quizás deba contenerme un poco más.

-Perdón- me justifico.

-Si me necesitas voy a estar por aquí- confirma Valentina un poco incómoda con la situación. Noto la mirada de Marcela muy cerca.

-¿Es tú novia?- pregunto sin poderlo frenar.

-Si- confirma Valentina con rapidez.

-Hacen buena pareja- apruebo sintiéndome muy diferente por dentro. Ella no me gusta, es mucho ego de mi parte pero es así.

-Me tengo que ir- se despide Valentina más nerviosa que usualmente y es mucho decir.

A pesar del momento incomodo continúa siendo una hermosa celebración. Aninha es una preciosura que acepta mi cariño desde el primer instante. Adoro los juegos. Duda le pide a Marcela que nos tire una foto al grupo completo. Estoy lejos de Valentina pero aún así puedo sentir su mirada. Es muy significativo el no sentirme fuera de lugar, tener la sensación de que pertenezco aquí aunque aparentemente llegue tarde. Todos tienen su vida resuelta y me alegra que les vaya bien. Cuando se termina la fiesta Duda propone que nos quedemos un poco más para ver un partido. Después de dormir a la niña nos dedicamos a conversar de bastantes temas. Valentina se ve muy emocionada con los goles de su equipo. Yo no paro de mirarla y no sé si es por todo lo que voy descubriendo o porque realmente me interesa. Probablemente se trate de una confusión. Estamos en otra página y está vez quiero hacerlo bien. Carol y Roger prácticamente desaparecieron de un momento a otro. Y como ya es bastante tarde Valentina se ofrece a llevarme al hotel. Inmediatamente se da cuenta de lo nerviosa que estoy. Si le tengo miedo a un auto imagínense a una moto. Valentina me promete ir despacio y yo me abrazo a ella buscando seguridad a pesar de que me prometí no hacerlo más. No pretendo confundirnos. Solo me encanta como se siente.

-¿Quieres subir?- le ofrezco sin pensar. Actúo de una forma muy diferente con ella.

-Es un poco tarde- niega Valentina mirando el suelo.

-Lo siento. No sé lo que me pasa por la cabeza- me arrepiento.

-Podemos desayunar mañana si quieres- propone Valentina para que no me sienta mal.

-No tienes que sentirte obligada Valentina- le hago saber.

-Te estoy ofreciendo mi amistad Luiza. A pesar de todo lo que ha pasado entre nosotras. No te voy a dejar sola- confiesa Valentina logrando conmoverme a grandes niveles. Ni siquiera se que es lo que estoy sintiendo.

-Te espero a las nueve entonces....

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora