Me pones a cien

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POV Luiza

Ver a Valentina así de imponente, decidida y extremadamente sexy me tiene al borde del colapso. Siento palpitaciones por todo mi cuerpo. Solo ella es capaz de causar estas corrientes internas que no hacen más que superarme en todos los sentidos. Me abrazo a ella en la moto y por primera vez le pido que acelere. No me importa la velocidad, quiero llegar a casa y quitarle la ropa a mordidas. Me vuelve completamente loca y quiero estarlo siempre, acepto cualquier manicomio si es a su lado. Encima si no fuera suficiente con el calentón absurdo que llevo, el alma se me derrite por dentro. Mi futura mujer es capaz de todo por mi. Se deja llevar tanto como yo. Nunca me hubiera imaginado una sorpresa de tal magnitud. Se nota que puso mucho esmero y dedicación en su número de baile. La prueba es que estoy irremediablemente mojada y dispuesta a darle todo lo que me pida esta noche. Cuando estaciona aquella moto choppera que ni siquiera sabía que tenía, me le tiro a los brazos. Apenas puede sostenerme pues es más bajita que yo y me resulta gracioso. Valentina no se queja pero apenas puede abrir la puerta y decido ayudarla. De lo contrario tendría que follarmela en el portal y ya tenemos una denuncia por ruido, es más que suficiente. El salón está preparado para nosotras. Ya tenía planeado traerme hasta acá y yo tan inocente ni siquiera sospechaba. Hay una especie de pícnic en el suelo y pétalos de rosa. Champán, frutas, velas. La miro alucinada. Siempre tiene que dejarme con cara de boba.

-Lo confieso soy la policía buena- juega Valentina mostrándome las esposas.

-Pensé que merecía un castigo, no una cena romántica- la provoco mordiéndome los labios.

-Y lo tendrás. Pronto serás una mujer casada no puedes ir por ahí conquistando a todo el mundo- afirma Valentina acercándose más.

-No pasa nada por ser mala una noche, verdad oficial- contesto de forma sensual.

Valentina me toma por el pelo y me gira comportándose de una manera brusca pero me encanta. Se ve tan hermosa con su traje de policía. Pasa su lengua caliente por mis labios y yo abro la boca soltando un suspiro. Aprovecha para dedicarme un beso ardiente, se nota que lo extrañaba y yo también.

-Desnúdate- ordena Valentina empujándome contra la pared más cercana. Me encanta cuando se pone brava así.

-Vamos, no me lo hagas repetir dos veces. Soy la ley- insiste desde su posición y me desespera la tensión qué existe entre mis piernas. No sé si lo voy a soportar quiero que me haga suya lo más pronto posible y la maldita sólo quiere jugar. La conozco demasiado y eso que he perdido parte de mi memoria.

Me quito el vestido y se lo tiro en la cara, también puedo ser cínica y descarada. Luego el brassier y la tanga. Es increíble como delante de ella me siento completamente desinhibida. Mi piel la reconoce perfectamente. Valentina me come con la mirada, ella siempre me comprara con un atardecer de varios colores por eso no podría apartar los ojos de mi ni aunque quisiera. La comprendo perfectamente yo también suelo perderme en el mar de su mirada.

-Es un delito estar tan buena- gime prácticamente sobre mi oído. Levanta mis brazos y siento el clic de las esposas. Menuda noche de tortura me espera pero en el fondo me encanta.

POV Valentina

La imagen es sumamente deliciosa. Luiza me ve curiosa, completamente desnuda sobre la alfombra roja y un par de cojines sirviéndole de apoyo. Espera mi próximo movimiento pero me hago bastante de rogar. Me quito la ropa en cámara lenta imitando los movimientos del show. Ella se retuerce incómoda sin poder darse alivio con las manos ni con nada. Todo su placer depende de que yo quiera dárselo.

-Por favor- ruega más inquieta que nunca.

-No me des órdenes- respondo de inmediato.

-Voy a explotar y ni siquiera me has tocado- se queja Luiza. Parece desesperada, completamente nerviosa y sin aliento.

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora