Aquí y ahora

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3/3 Espero que cuente como maratón.

POV Valentina

La intensidad nos gana todo el tiempo pero a la vez retrocedemos y estamos en ese hermoso vaivén de emociones. Nos aproximamos de un modo tierno y caliente a la vez. Cualquier roce y entro en combustión. Ni siquiera me concentro en el trabajo. Estoy esperando ansiosa a que llegue la hora de volver a casa y encontrarme con Luiza en cualquier rincón del jardín cuidando de mis plantas. Es gracioso porque a veces parece que todo lo que no vivimos lo tenemos ahora. Se me olvida que Luiza es una bailarina famosa y tiene sus propios planes. En mi cabeza ella es mi compañera de vida en nuestro hogar soñado. Tenemos pendiente la boda más idílica del mundo y una familia numerosa. Quizás estoy desvariando y la desmemoriada soy yo. No me importa en absoluto, quiero seguir disfrutando este ensueño. Besarla a cada segundo, disfrutar de sus reacciones. Llevarla a pasear en mi moto. Contarle como nos enamoramos. Celebrar estas benditas hormonas que hacen que sin importar el lugar me lance a sus brazos sin paracaídas.

-Hola Valentina- saluda mi madre apenas abro la puerta. No me esperaba para nada esta visita y todo el buen ánimo que traía se va a la basura. Nunca me había visitado en el trabajo.

-Sal de mi estudio ahora mismo- le advierto.

-Vengo en son de paz. Ya te dije que lo siento mucho hija mía. No sabía que ella era tan importante para ti. Juraba que era uno más de tus caprichos. Me siento tan culpable de cómo se dieron las cosas. En mi cabeza solo estaba recuperando a mi niña rebelde pero no funcionó- asegura Catarina. Parece sincera pero ya no me la creo. Si quieres a tus hijos no puedes cortarle las alas. Pienso ser una madre muy diferente.

-¿Y de que me sirve ahora? ¿Sabes lo mucho que he llorado? ¿Sabes todo lo que ha pasado Luiza por tus mentiras? Tiene amnesia maldita sea, sufre de pesadillas prácticamente todos los días- le reclamo.

-Más ustedes dos pueden darse una nueva oportunidad ahora. Igor me contó que viven juntas. Aprovecha y conquístala- comenta mi madre.

-No es tú asunto lo que haga con mi vida. Por favor déjame vivir esto- le ruego.

-Jamás pienso interferir. Quiero que lo sepas. Y aunque signifique nada para ti a estas alturas. Estoy orgullosa de lo mucho que has crecido Valentina, la mujer valiente que eres. Se que vas a ser muy feliz con Luiza. Por cierto tus fotos son increíbles- confiesa mi madre con lágrimas en los ojos. No sé cómo interpretar este acercamiento. Imposible fiarme pero lo voy a intentar.

-Es una cámara oculta acaso- niego con los ojos llorosos.

-Es la verdad hija mía, espero que con el tiempo sepas perdonarme. Las puertas de mi casa están abiertas para ti y para tú novia- informa mi madre tratando de acercarse pero no estoy muy cómoda.

-¿Por qué esto?- pregunto desconfiada.

-Te extraño mucho Valentina, se que te he fallado pero ya no más. Quería tanto que siguieras mis pasos que no me di cuenta del mal que te hacía- asegura tomando mi mano pero no me atrevo a abrazarla siento mucho rencor no lo puedo evitar.

-Será mejor que te vayas- le pido porque no me sobra confianza precisamente. No me importa si estoy siendo muy cruel.

La conversación con mi madre me deja muy sensible, siempre consigue alterarme. Esta vez parece sincera y estoy dispuesta a llevar una mejor relación cuando consiga curarme. Luiza llega y me encuentra llorando. Sin necesidad de contarle nada, se acerca y me abraza. Me permito mostrarle también mi lado frágil.

-Necesitas alguna cosa- rompe el silencio cuando me encuentra más calmada. Es increíble lo bien que consigue leerme.

-Estoy mejor gracias. Me hace muy bien que estés aquí. No sé qué voy a hacer cuando te vayas- reclamo sin querer.

-Y si te dijera que estoy buscando un estudio para quedarme- revela Luiza con su mirada llena de luz. No me lo creo.

-¿Es en serio eso?- tartamudeo.

-Amo la ciudad y encima encontré a esta chica súper increíble, que besa delicioso y además tiene unos ojos verdes que me matan-explica Luiza.

-¿No estoy interfiriendo en tu carrera verdad?- me preocupa que tome decisiones apresuradas. No quiero ser egoísta.

-No me importa comenzar desde cero. Estoy feliz aquí y es lo que me importa. Estaba perdida y te encontré. Se que tienes miedo de que todo salga mal pero yo no voy a hacerte daño- expresa Luiza muy segura de su decisión. No puedo creer que esto me esté pasando. Me estaba haciendo a la idea de que podría perderla pronto y eso no me dejaba avanzar. Se lo difícil que es sobrevivir a su ausencia.

Quiero decirle que la amo con locura, más que nada en este mundo pero sospecho que es muy pronto y no quiero obligarla a responder lo que aún no siente. Entonces atrapo su boca y le dedico el beso más dulce que hemos compartido hasta ahora. Dibujo cada espacio con mi lengua como si se tratase de una obra de arte. Luiza me responde con la misma devoción. Y entiendo que por ahora no necesito esas palabras. Ella me demuestra de otra forma que está comenzando a sentir cosas, que estamos juntas en esta aventura y por lo pronto no se va a terminar.

-Quiero hacerte unas fotos- propone Luiza dejándome confundida.

No puedo negarle nada a esta mujer. Encuentra el cerrojo de la galería y se encarga de que nadie nos moleste. Estoy en desventaja. La ayudo a preparar la cámara, parece tan segura. Jamás me vi en una situación igual, solo con Luiza me permito perder el control de la situación. Me quita la camisa de manera provocativa. Con sus dedos traza la línea que dictan mis lunares y enfoca justo ahí consiguiendo achinar toda mi piel. Ella sabe que me enciende y no parece importarle. Pasa su lengua por mi cuello mientras se encarga de inmortalizar el momento.

-Eres tan bella Valentina- susurra Luiza en mi oído. Luego escucho el flash otra vez sobre mi rostro- Por tu culpa estoy todo el tiempo sobre excitada. No dejo de pensar en ti ni cuando estoy durmiendo. Ni siquiera se si es normal. Eres perfecta- continúa narrando Luiza, luego sigue bajando hasta besar mi vientre. No lo estoy aguantando más. Juro que ya no puedo contenerme.

Su teléfono nos interrumpe en la mejor parte, al principio lo ignora pero luego no le queda más remedio que contestar. Se ve preocupada, la escucho maldecir un par de veces. No sé qué hacer, estoy paralizada. Será que tengo que secuestrarla para por fin estar las dos solas.

Nota: Mañana seguimos 😅

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora