La doctora

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POV Luiza

Justo en el mejor momento me tiene que pasar esto. Carol me informa que mi doctora quiere verme. Había quedado en que estaba bien y no la necesitaba más pero esa mujer tiene como misión perseguirme. Me pone muy nerviosa. Visitaba mi casa a diario con cualquier excusa. Mis padres por supuesto la aman. Actúa como si fuera mi novia pero ya jamás le di a entender eso. Tengo que resolver este asunto porque no quiero que interfiera en mi relación con Valentina, ya bastante hemos pasado como para permitir que terceras personas se crean con el derecho de separarnos. Encima como se atreve a aparecerse así. Me recibe de manera cariñosa. Incluso me intenta besar y yo me aparto ante la mirada atenta de Valentina que no entiende nada. Veo que amaga con marcharse a su habitación pero no se lo permito. Aprieto con fuerza su mano. Quiero me me parta un rayo de la vergüenza. Voy a matar a Carol por darle mi dirección. A ver cómo le explico yo esto a Valentina cuando estemos a solas. Con respecto a Claudia estoy muy agradecida por lo mucho que cuidó de mi pero no estoy obligada a quererla a cambio. Eso tiene que quedarle grabado.

-¿Qué haces aquí?- reacciono al fin.

-Estabas demorado demasiado. Tienes que volver Luiza yo estoy enamorada de ti- dispara Claudia a quemarropa.

-Lo siento mucho, pero yo no me siento igual. Este es mi sitio. Voy a quedarme, ya lo he decidido- le soy bastante clara.

-Estás confundida, es normal. Ya me dijeron tus padres que podía pasar- insiste Claudia.

-Te dieron también que inventaron la peor mentira para separarme de la mujer que amaba. Aceptaron dinero a cambio y se atrevieron a inventar una enfermedad. Lo descubrí todo y por eso tuve el accidente- protesto. Estoy cansada de que me quieran controlar. Desde que desperté de ese maldito coma me han estado manipulando y no lo voy a permitir más.

-¿Recordaste?- pregunta Claudia.

-Algunas cosas si- comento.

-Me cuesta creer lo que me estás contando pero a la vez me alegra tanto que te estés recuperando. ¿Hablaste con la psicóloga?- interroga.

-Todavía no, estoy dejando las cosas fluir. Estoy bien- confieso.

-Es bueno escuchar eso, de todas formas sigues necesitando de ayuda para gestionar lo que vayas rescatando en tú cabeza. Ella forma parte de tu pasado, ¿verdad?- interroga.

-Yo diría que es mi presente. Valentina es la chica de la que me intentaron separar pero estamos juntas de nuevo- le dejo saber.

-Entiendo. Contra eso no puedo hacer nada. Espero que ella cuide de ti- acepta Claudia. Me sienta mal cortar sus ilusiones pero no la puedo engañar.

-Voy a cuidar de ella siempre. Puedes estar segura- interrumpe Valentina.

-Un abrazo, ¿no?- propone

Después de ese gesto amable nos despedimos y por fin puedo volver a respirar. Valentina me mira orgullosa de cómo he manejado la situación. Yo también agradezco que se quedara apoyándome y no saliera corriendo. Supongo que las dos somos más maduras ahora. Por eso tengo tanta confianza en nuestra relación. Se que ella es sincera y a su lado me siento afortunada. Después de todo ha conseguido enamorarme dos veces. Este bendito remolino de emociones tiene que ser amor. No consigo verme lejos de ella. Se que todo va demasiado rápido y no me importa.

-Alguna otra novia de la que deba saber. Chica rompecorazones- bromea Valentina

-Nunca fuimos nada idiota- la empujo porque está haciéndome cosquillas en el cuello.

-Enamoraste a tú doctora, ¿no es un poco mayor para ti- me pica.

-Para de molestar- insisto.

-No sabía que te iban las cuarentonas Lu- juega besándome y aprovecho para morderle el labio en venganza.

-No le veo la gracia, además no parece tener esa edad- la regaño.

-Es alguna fantasía. Puedo pintarme el pelo de blanco si te van las maduritas- se ríe Valentina haciendo que me enoje más. Cuando quiere es una pesadilla.

-Mi fantasía es que te calles pesada- me desespera.

-Ya sabes cómo puedes callarme- provoca Valentina.

-Me encantaría pero tengo que prepararme para la actuación de esta noche- esta es mi venganza. Dejarla con las ganas. Aunque pensándolo bien estoy más desesperada que ella.

-Vas a pagar muy caro tus provocaciones- advierte Valentina tumbándome en el sofá.

-¿Crees que te tengo miedo?- la enfrento tomándola por la chaqueta.

-No puedes dejarme así, esto no lo arregla ni diez duchas fría y créeme que ya llevo varias- asegura Valentina con una voz demasiado ronca y caliente.

-Quiero que hagas algo para mi, quizás te alivie un poco- propongo llenándome de valor.

-Lo que tú quieras- asiente Valentina robándome un beso que me desestabiliza completamente.

-Quítate la ropa- ordeno levantándome del sofá.

Se toma su tiempo, admiro cada paso. Soy fan de su anatomía. Adicta a ella con mucho honor. No puedo pensar con claridad. Lo necesito y además ella también. Intento recordar pero es súper frustrante no conseguirlo. Es nuevo para mi y quiero poder satisfacerla de algún modo. La llevo a mi habitación en cuanto se desnuda completamente.

-Tócate Valentina, muéstrame cómo te das placer- le ruego con la mirada más oscura que le puedo regalar. Ya he tenido varios sueños. Nada como la realidad. Mi centro palpita sin cesar con la sola idea de que me obedezca.

Valentina abre sus piernas y fijo la vista en su coño perfectamente depilado. Hundirse en ella debe ser el paraíso. Por dios que tortura. Comienza a masturbarse lentamente mientras me observa. Mi vientre reacciona a sus gemidos. Estoy tan maravillada, mi cuerpo parece estar recibiendo descargas eléctricas. Como si no fuera suficiente me acerco para besarla y me encanta porque puede gemir en mi boca causándome un mar de sensaciones. Comienzo a ver el sexo como algo diferente, sin tanta presión. Estoy perdiendo el miedo quizás. Imagino cómo puede ser el verme invadida por esos dedos y de repente me gusta. Valentina cada vez grita más fuerte, los movimientos sobre su clitoris parecen propasarla. Quiero ayudarla a que alcance la gloria. Está desesperada, y yo en el mismo nivel de perdición. Llevo mis manos hasta sus pechos para acariciarlos como me gustaría que lo hicieran conmigo y ella besa mi cuello mientras mueve sus dedos más rápido. Se deja ir, soy testigo en primera fila de sus espasmos. Es demasiado perfecto. Su pecho se va calmando poco a poco. Valentina lleva sus dedos hasta mi boca y entiendo perfectamente lo que quiere, al menos mi cuerpo lo recuerda. Su sabor en mi boca termina por enloquecerme, es una maravilla. Tengo que irme a trabajar pero cuando vuelva nada va a impedir que terminemos con esto. Necesito sentirla en lo más hondo de mi ser. Moverme a su ritmo, sin darle ninguna tregua. No pienso detenerme por nada ni nadie.

-Me debes un orgasmo....

Nota: Mañana secuestro por votación popular. Veremos que planea Valentina para devolvérselo a Luiza 😜.

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora