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POV Luiza

Es la primera vez que tengo un recuerdo del día del accidente como si estuviese viviendo todo de nuevo. Estaba discutiendo con mi padre, reprochándole una mentira. No lo tengo claro, algo de una enfermedad ficticia. Les dije que iba a volver porque estaba enamorada de Valentina y me quería casar con ella. Luego recibí un mensaje del teléfono de mi novia. Estaba en la cama con otra mujer. Creí haberla perdido, rompí a llorar desesperada. No sabía que hacer, comencé a manejar sin rumbo. Cuando me quise dar cuenta, me pasé una luz y luego quedó todo en blanco.

Estoy tan confundida. Ya no sé si quiero recordar. Mi historia con Valentina parece estar llena de mucho dolor. No lo entiendo, me estoy ahogando en mis propias dudas. Cada vez son más fuertes los ataques de ansiedad. Me da pánico estar en un hospital. Quiero salir de aquí cuanto antes. Le pido a mi hermana que por favor arregle todo para que me pueda marchar. Ya me siento mejor, más el doctor quiere revisar los resultados de todos los análisis primero.

-¿Estás bien Lu?-pregunta Valentina. No me he podido negar a verla porque lleva toda la noche esperando.

-Tranquila, es normal. Me pasa bastante. Gracias por preocuparte- la intento calmar. Se ve que lo siente de verdad.

-¿Recordaste algo?- cuestiona Valentina. Sentándose a mi lado.

-No, solo me afectó bastante saber que tú madre me había chantajeado- miento porque no quiero hacerle ningún reclamo. Ha pasado tanto tiempo, quizás fui realmente una idiota y me merecía su engaño.

-Lo siento, si te hace sentir mejor. No fuiste tú quien aceptó ese dinero. Fueron tus padres. Lo acaba de confesar mi madre- confiesa Valentina. Se nota que ha llorado.

-Pues no me hace sentir mejor la verdad. ¿Tan mal lo hacíamos para tener a todo el mundo en contra?- no puedo creer todo lo que hemos pasado.

-Eres lo más bonito que me ha pasado Luiza, nunca será nada malo- acepta Valentina evidentemente emocionada.

-Creíste que te había vendido- le recuerdo sonando demasiado dura.

-Lo sé, soy una idiota- reconoce Valentina.

-No lo eres, supongo que no era nuestro momento. Ahora eres feliz. Lo tienes todo. Tal vez era necesario que yo me fuera- contemplo con aires de tristeza. No puedo creer que ella me traicionó y sigue con esa mujer.

Llevo varios días evitando a Valentina. No sé lo que me pasa. Estoy comenzando a verla de un modo diferente. Creo que me atrae, su mirada me provoca ciertas cosas que no me puedo permitir. Después de todo no hago más que descubrir detalles turbios alrededor de nuestro pasado. Le prometí mi amistad pero cuando estamos juntas me siento indefensa. Quiero preguntarle si es verdad que me engañó con otra pero no quiero arruinar lo que tenemos, además no es mi problema. Al menos una de las dos tiene pareja y es afortunada, quien soy yo para pedirle explicaciones a estas alturas.

-¿Qué es lo que me quieres contar Luiza? Te conozco demasiado- interroga Duda. Necesito desahogarme.

-He recordado algo- reconozco.

-Eso es una buena noticia. ¿Por qué parece que has cometido un crimen?- cuestiona Duda.

-El día del accidente recibí un mensaje de Valentina con una foto bastante comprometida. Estaba desnuda y abrazada con la tal Marcela. Me puse tan nerviosa que me llevé aquella luz y bueno- ni siquiera puedo terminar de narrar. Siento que me falta el aire cuando reaparecen esos momentos.

-Marcela- grita Duda golpeando la mesa.

-Si Marcela su novia- subrayo.

-¿Marcela y Valentina novias? ¿Que estás diciendo Luiza?- niega Duda sin poder asimilar mis palabras.

-Al menos eso fue lo que me dijo- explico.

-Creo que necesitas hablar todo esto con Valentina urgentemente-aconseja Duda.

-No quiero interferir en su vida. Bastante ha sufrido la pobre. Su propia madre le mintió. ¿Quien soy yo para hacerle reclamos ahora?- razono.

-Luiza tienes que luchar por Valentina, créeme. Tú amas a esa mujer y ella está loca por ti. Siempre lo estará- defiende Duda.

-Ni siquiera se quien soy, ¿como voy a quererla?- tengo ganas de llorar otra vez.

-Por favor, habla con ella- ruega Duda.

A pesar de la conversación con Duda y su ferviente insistencia no creo que deba contarle nada a Valentina. Quiero comenzar de cero con ella. Ser su mejor amiga, ya que por lo visto fallé como novia. Quizás algún día sea capaz de rescatar los detalles bonitos de aquella relación y me quede con ellos, pero sería muy egoísta de mi parte ofrecerle lo que no tengo. Soy una simple bailarina, a simple vista defectuosa.

-¿Será que alguien quiere un helado?- sorprendo a Valentina que está en el parque con Aninha. Amo la relación de ellas dos.

-Luiza. ¿Que haces aquí?- pregunta Valentina. Realmente la he asustado. Tomo a mi sobrina en brazos y la lleno de besos.

-Vengo a invitar a mis dos chicas favoritas a tomar un helado, ¿no me has oído?- la provoco con mi mejor sonrisa.

Me gusta cuando Valentina actúa como una niña pequeña. La ves disfrutando de un helado y manchándose toda, es demasiado dulce. Estoy jugando con fuego, puede ser. El caso es que disfruto mucho estar con ella. Además puedo notar que está celosa de lo mucho que Aninha se acerca a mi. Me parece tener un deja vu es como si ya lo hubiésemos vivido. Hago un esfuerzo y puedo vernos a nosotras dos, un poco más jóvenes en la misma situación pero es Valentina quien tiene en brazos a mi hermana Sara y soy yo la que muero de celos. Parecemos tan felices. Pego un brinco cuando soy consciente de que he tenido otro recuerdo y este se siente realmente bien.

Cuando regresamos a la casa de Duda con la niña somos invitadas a quedarnos para la cena, es imposible decir que no. Tiene muy buena pinta todo. No dejo de pensar que si no me hubiera marchado ahora Valentina y yo quizás tendríamos una familia, así como  Igor y Duda, duele la verdad. Me estoy involucrando demasiado, eso también.

-Gracias por el helado- reconoce Valentina acercándose con una copa.

-Gracias por el vino- acepto.

-Se que sólo me estuviste evitando dos días. Pero te extrañaba- reclama Valentina.

-Necesitaba pensar un poco las cosas- confieso.

-¿Y?- pregunta Valentina.

-Quiero conocerte más Valentina- me atrevo a decir.

-Me gusta mucho el fútbol, soy un desastre para la cocina pero muy buena con los postres. Cualquier día te lo demuestro. Adoro el arte, tengo debilidad por las carreras. Me enamoré una vez, de una chica algo peleona. Ella era increíble, ¿sabías? Me costó mucho convencerla. Uno de sus mayores logros fue conseguir que en realidad me amara tal cual soy sin llenar expectativas, me dio la confianza y el poder para sentirme única. Te juro que no me arrepiento de haberle entregado mi corazón- proclama a los cuatro vientos Valentina dejándome con unas ganas locas de besarla. Si, exactamente eso. Me estoy muriendo por besarla y no sé qué me está deteniendo. Ah claro, tiene novia y encima es mi primer y único amor, no la recuerdo, y no la quiero lastimar.

-Suena como una chica increíble- respondo conteniendo las lágrimas.

-Lo es. Por cuestiones de la vida me la he vuelto a encontrar y sigue siendo igual de maravillosa-asegura Valentina.

-Todo esto porque te compré un helado- bromeo.

-Adoro los helados- se burla Valentina.

-¿Crees que me merezca un abrazo entonces? Pero uno de verdad- le advierto.

Es la primera vez que Valentina se atreve a dar el paso. Siento que sus brazos me rodean con fuerza y mi cuerpo se siente a salvo. Su olor me resulta familiar, los latidos de su corazón me golpean, llevan un ritmo loco, igual de violento que los míos. Pareciera que somos inevitables. Ahora mismo no existe nada más.

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora