Nuestro mundo

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POV Luiza

Me he pasado toda la noche en vela, la cabeza me va a explotar de todo lo que se me va ocurriendo a cada instante, tantas voces y situaciones mezcladas que vienen y van agitando mis emociones. Es una montaña rusa. Por un lado pondría mis manos al fuego por ella. Comprendo que es imposible fingir. Valentina demuestra que me ama, sus ojos brillan cuando está conmigo. Ella prometió no mentirme, sabe que odio el engaño. Además si hubiese querido solo acostarse conmigo no lo hubiese frenado tanto tiempo para que fuese especial. Esa modelo idiota no tenía derecho a instalar la duda y arruinarlo todo. Mis padres pasaron de amar a Valentina a no querer saber nada de ella. No sé ni cómo me dejaron dormir en lo de Duda, están enojados y con razón. Quizás sólo fue un acto de celos por parte de esa tal Carla, quiero pensar que si. Me rompería por completo si fuese lo contrario. No he sido capaz de contestar sus llamadas. ¿Que le voy a decir? Necesito estar más calmada antes de hacer cualquier tontería producto de la tensión del momento. Reconozco que puedo ser un poco bruta cuando estoy nerviosa.

Al día siguiente decido ir a la universidad, pese a que no estoy en condiciones y mi mal humor solo puede empeorar. Espero ser capaz de hablar con Valentina y aclararlo todo. No quiero comportarme como una chiquilla incomprensible. Quiero entender las cosas. Ella no aparece en todo el día. Supongo que en su casa el ambiente debe estar pesado. Su madre no sabía de aquella supuesta relación y según Duda está de los nervios porque se siente traicionada. Estoy triste, pese a todo esperaba mucho verla. Decido no asistir a la última clase, es demasiado. Estoy agotada, mejor vuelvo a casa y espero tener noticias pronto. Al salir escucho una música demasiado alta en la zona de la plaza. Son unos mariachis, para mi sorpresa se trata de Valentina. Ha tenido la brillante idea de aparecerse con un show delante de toda la escuela. Quiero matarla y al mismo tiempo abrazarla. Miro el estado en el que está. Obviamente estuvo bebiendo y Valentina no suele beber. Se nota bastante embriagada y desesperada. Es la primera vez que la veo así.

-Perdóname por favor. Ella no tenía derecho a decir esas mentiras- ruega Valentina llorando en frente de todos. Quiero protegerla. Su dolor siempre será mi dolor. Me importa una mierda mi orgullo y todo lo demás.

-Amor, solo ven conmigo- afirmo llevándomela de la mano. Suficientes escándalos. Está loca, pero yo la amo tanto. No quiero que se sienta mal.

Mi instinto es protegerla, no podemos ir a casa así que pido un uber hasta nuestra cabaña. Se que allí se siente segura, y respira felicidad. Nunca imaginé a nadie y menos a ella dedicándome una serenata pero Valentina se le ocurre cada cosa. Por supuesto que le creo, la miro a los ojos y para mi está todo claro. Ella recuesta su cabeza en mi hombro durante todo el viaje y sin decirnos nada la paz vuelve a abrazarnos. Apenas puede caminar de lo borracha que está, preparo la bañera y la ayudo a sacarse la ropa. Valentina me abraza y moja toda mi ropa pero no me importa, también necesitaba ese abrazo. Al final nos bañamos juntas, la una a la otra. La cubro con la manta y me alejo para prepararle un caldo. Ella protesta porque quiere que hablemos pero tenemos toda la noche y más. Entre múltiples quejas se termina toda la comida y yo sonrío victoriosa.

-Lo arruiné todo, ¿verdad?- teme Valentina mientras me mira preocupada.

-La realidad es que no fue bonito escuchar esas cosas- acepto recordando la tristeza que sentí en aquel momento. Como se rompió todo el clima de amor por una mentira.

-Yo te amo, ¿crees que estaría contigo solo por sexo? Fue su venganza porque no quise nada, te lo juro- explica Valentina toda desesperada.

-Amor, entiendo y te creo. Todo este tiempo fue infierno saberla cerca de ti- la tranquilizo juntando nuestras frentes y conectándonos en cuerpo y alma.

-No voy a dejar que nadie nos separe. Eres el amor de mi vida Luiza- asegura Valentina abrazándome con fuerza.

-Te amo mucho Valentina, y si tenemos que luchar juntas contra todo. Voy a la guerra contigo amor- declaro totalmente enamorada de mi novia. Es la mujer más hermosa, dulce, y verdadera que existe. Estoy loca por ella.

-Quisiera tanto poder quedarnos aquí para siempre. Tú y yo solas- afirma Valentina demostrando que se siente vulnerable.

-Sería increíble amor pero si no enfrentamos los problemas, eso nos convertiría en dos cobardes y tú eres la mujer más valiente que conozco Valentina- la tranquilizo acomodándome en su cuello.  A su lado me siento a salvo.

-Me encantas- susurra Valentina estrujando mi cintura y acercándose todavía más.

Recuerdo cuando solía pensar que Valentina era una chica vacía, que equivocada estaba. Me da vergüenza haberla juzgado así. Ella solo intentaba llenar su soledad con cualquier compañía. Encajar en su propio mundo, aunque no se le diera bien. Yo sé que somos muy diferentes y eso a veces me da miedo. Luego la escucho decir cuanto me ama y se que todo va a estar bien.

Después de un buen rato haciéndole caricias en el pelo, ella se queda profundamente dormida. A veces se ve tan pequeñita. Mi corazón se encoge de tanta ternura. Estoy un poco incómoda pero quiero quedarme otro rato así. Entiendo que mañana debemos regresar pero ella tiene razón, aquí se siente como que es nuestro lugar y es una sensación incomparable.

Cuando Valentina despierta, nos vamos a la cama entre besos y caricias. Le quito la ropa y me dedico a besarla en cada rincón. Todavía está un poco soñolienta. Consigo que su cuerpo se relaje del todo. No es un momento sexual ni fogoso, sólo las dos demostrándonos sin palabras lo que queremos escuchar. Cuando su piel se encuentra con la mía es como tocar el cielo, entrelazamos nuestras piernas y la siento sonreír.

Al día siguiente cuando abro los ojos. Valentina me sorprende con el desayuno en la cama. Está increíblemente bella. Soy una afortunada. No siempre encuentras lo que deseas y amas en la misma persona. Disfrutamos de la mañana plenamente. Tampoco yo quiero volver a estas alturas. Mis padres no paran de llamar, creo que sospechan algo.

-Igor y Duda van a pasar a recogernos- informa Valentina.

-¿Que vas a hacer?- cuestiono.

-Tengo que renunciar al trabajo en la agencia de modelos. No voy a trabajar con ella- asegura Valentina.

-A lo mejor está arrepentida- comento más tranquila.

-No quiero tener nada más que ver con ese asunto. Bastante tengo con mi madre- se queja Valentina.

-No entiendo por qué te culpa a ti- admito.

-Es su deporte favorito. Culparme de todo, pero está todo bien. Estamos juntas Lu- responde Valentina.

-Estoy de acuerdo. Además lo bueno es que pronto tendremos nuestro viaje- recuerdo.

-Será maravilloso....

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora