Los sueños se cumplen

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POV Luiza

Me levanto temprano pues hoy me toca preparar el desayuno a mis amores, llevar a Leo a la escuela y después ir al médico con Valentina. Disfruto tanto cuidar de ella, es mi princesa y nada le faltará. Se ve tan angelical durmiendo. Esa carita bella, su barriguita creciendo poco a poco. Tiro de la sábana para acariciar su vientre. Ya son dieciocho semanas y todo marcha bien. No puedo esperar para conocer a nuestro bebé. Ojalá sea una niña. Hoy tenemos la oportunidad de conocer el sexo y aunque Valentina no quiere saber yo si no me puedo aguantar al día del parto. También tenemos planeado preparar una sorpresa para Leo, lo llevaremos a su sitio de juegos preferidos y a comer su pizza de tres quesos para contarle que pronto será el hermano mayor y se que le encantará la idea y será el mejor del mundo porque es un pequeño hombrecito tan especial. Mi familia es el motivo de mis sonrisas, estoy tan orgullosa de ellos.

Valentina al principio tenía la lujuria por las nubes pero ya se ha clamado un poco. No es que me queje pero responder a todas sus peticiones en el plano sexual a veces me deja tan agotada. Seguirle el ritmo y encima tener que gemir bajito para no despertar a Leo se convierte en una tarea súper difícil. Estamos más tranquilas ahora. Amo que su creatividad esté aumentando. Tiene proyectos tan bonitos con las fotos. Ha recuperado su sueño de cuando comenzó la escuela y quiere hacer una exposición más artística. Ella tiene tanto talento. Trabajar desde casa le viene de maravilla. Mis clases de bailes también están marchando bien. Estoy disfrutando de contagiar mi pasión a los niños y la escuela ha tomado una fama internacional, gracias a las giras. Aunque yo estoy más apartada, las disfruto de igual manera.

-Lu, me quieres engordar amor- protesta Valentina al presenciar el desayuno que le preparé. Huevos, tocinos, tostadas, yogures, jugos, fruta, pancakes. La verdad es que la consiento demasiado.

-Tienes que comer por dos princesa- respondo besando sus labios.

-¿Y Leo?- pregunta Valentina sentándose.

-Fue a buscar su tarea, dibuja tan lindo. Es idéntico a ti- aseguro completamente derretida.

-Somos dos afortunadas, él es tan hermoso- comenta Valentina mientras se come las tostadas.

-Y muy pronto seremos cuatro- anuncio animada.

-Soy muy feliz- afirma Valentina buscando mi mirada y yo le devuelvo la sonrisa más cómplice.

-Mamá, mira te dibujé fotografiando- llega Leo dando saltos de alegría.

-Es tan hermoso, pequeño- responde mi esposa con los ojos llenos de lágrimas.

-Porque lloras mamá- pregunta Leo preocupado.

-Porque te amo, mi vida. Estoy tan orgullosa de ti- se abrazan y mi corazón termina por derretirse.

En la consulta siempre se pone tan nerviosa pero cuando la doctora le asegura que todo va según lo previsto su mirada se enciende de prisa. Valentina embarazada luce tan natural, tan ella, como si estuviese destinada a serlo. El ultrasonido muestra lo que tanto esperé. Es una niña, mi mini Valentina viene en camino y el corazón me late a mil por hora. Lloro emocionada, es el segundo mejor día de mi vida, junto con el nacimiento de Leo y nuestra boda. Guardaré este momento siempre en mi memoria. La lleno de besos por todos lados. Quiero detener el tiempo y demostrarle todo lo que me pasa por dentro. No lo puedo creer. Acaricio su barriga y siento los latidos de la bebé a través de la pantalla. Mi hija aún no ha nacido y ya tiene la mitad de mi alma todita para ella. Pronto lo sabrá todo el mundo.

POV Valentina

En vez de caminar parece que andamos flotando. Leo juega como de costumbre de un lado a otro. Luiza sostiene mi mano con fuerza. Dejamos que se canse con todas las atracciones. Esta vez es Luiza la que lo acompaña puesto que no puedo hacer mucho esfuerzo y finjo estar molesta, cuando en realidad me encanta verlos a los dos tan unidos, tan cómplices. Leo se muere por ella. Le pregunto si ya tiene hambre y responde que si. Es hora de decirle su sorpresa mientras esperamos nuestra orden en el restaurante que tanto le gusta.

-Pequeño, hay algo importante que tenemos que contarte- comienza a decir Luiza capturando la atención de nuestro hijo.

-Hice algo malo mamá- pregunta Leo inocente.

-Haces todo bien cariño. ¿Recuerdas aquel sueño?- acaricio su pelo con ternura.

-El de mi hermanita- responde ante la mirada incrédula de Luiza, ella no sabía nada del sueño porque no quería preocuparla, o ilusionarla por gusto.

-Es real, estoy embarazada cariño. Tengo a tú hermanita aquí en el vientre. Pronto podrás abrazarla- le aseguro llorando de felicidad.

-Mamá, soy muy feliz- contesta Leo abrazándome.

-Te amo- susurra Luiza en mi oído uniéndose al abrazo.

-Seré grande mamá, la cuidaré mucho y compartiré mis juguetes- repite Leo sin parar todo agitado con la noticia.

-Lo sé mi vida, y tendrás que comer muchos vegetales para que estés fuerte y puedas cargarla cuando llore-comenta Luiza aprovechando el momento.

-No quiero que llore mamá- responde Leo inocente.

-Los bebés lloran cariño, pero estaremos los tres para consentirla- beso a mi hijo, es tan dulce.

-¿Puedo contarle a mis amigos?- pregunta Leo.

-Puedes, claro que si. Tenemos que decirle también a tus tíos y a tus abuelos- acepto acomodándole el pelo detrás de la oreja.

Comemos la pizza, entre risas y planes. Leo no para de hablar de su hermana y de lo feliz que es. Me da mucha paz y fuerza para enfrentarlo todo. Ya queda menos y ahora más que nunca reconozco que lo lograremos. Luiza se queda dormida en la cama de Leo mientras le contaba una historia. Apuesto que ya le había leído unos cuantos libros pero él hace lo quiere con ella. Acaricio su nariz para despertarla sin hacer mucho ruido porque Leo en nada se levanta. Sonríe al sentirme y se recompone poco a poco saliendo de los brazos de nuestro rubio mimado. Le muestro como he preparado al tina para compartir el baño con ella. Hay velas aromáticas  y sales para relajarnos. Yo también quiero consentirla a ella por todo lo que está haciendo por mi, por cuidarme y darme la mano cuando las mías tiemblan de miedo. Conversamos por largo rato, escuchamos música, Luiza masajea mis pies y me roba algún que otro gemido. Nos calentamos de una forma que después es imposible parar. Cuando me doy cuenta de lo que estamos haciendo ya tengo sus dedos clavados en mi interior y grito al sentirla completamente. Muerdo su hombro y ella se mueve de una manera tan deliciosa, a mi medida, como me gusta. Toda para mi.

Nota: Parece que todo marcha bien por aquí. Hacemos una pausa y volvemos en breve con las Valu adolescentes.

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora