POV Valentina
Cinco años después
Desde que Luiza se fue han pasado tantas cosas en mi vida. Me concentré mucho en el estudio y el trabajo. He conseguido el éxito a base de mucho esfuerzo y sacrificios. Cobré la herencia de mis abuelos pero lo guardé todo para el futuro. No he dejado de pensar en ella, a cada instante. Mi madre me contó que le ofreció dinero para marcharse y no la puedo perdonar. Entiendo sus razones para aceptarlo, quizás Sonia estaba bastante enferma en realidad y no tenía otra opción, pero tenía que habérmelo dicho. Me siento engañada por la única persona en la que confié en la vida. No la quiero de vuelta. Por eso dejó de llamar, ni siquiera una explicación me merecía. No puedo creer que abandonó todo lo que teníamos sin luchar. Luiza me enseñó a creer en mi pero ella no creyó en nosotras. Quizás descubrió que no era suficiente. Ni siquiera lo quiero saber.
La fotografía lo es todo para mi. Tengo un estudio, muchos clientes. Me la paso de fiesta y eso consigue distraerme. No quiero nada serio en mi vida. Odiaría enamorarme y sufrir de nuevo. Soy otra Valentina. Un poco la del principio, algo fría y bastante dura. No confío en nadie. Mi propia madre me arrebató la oportunidad de ser feliz con la única mujer de la que me he enamorado ¿Y Luiza?, me pregunto dónde estará ella. ¿Será que consiguió salir adelante? ¿Será abogada? ¿Bailarina? Ni siquiera Duda ha vuelto a saber nada de su paradero. Es como si se la hubiera tragado la tierra. Todo es muy raro. Me duele muchísimo despertar y darme cuenta que ya nada tiene sentido. Luiza me rompió el corazón en pedacitos. Le di todo lo que tenía y no me quiso lo suficiente. Toca aceptarlo y continuar.
-Valentina, ¿me estás escuchando?- Duda golpea mi hombro ante mi falta de atención.
-Me estás tratando como una niña. Se cuidarme sola- me quejo ante su insistencia.
-Solo digo que podrías pasar por casa y probar algo caliente- insiste Duda.
-Que si pesada- acepto molesta.
-Si para que te deje en paz- se queja Duda.
-Eres un dolor en el trasero- acuso sintiéndome atacada.
-No te pega nada ser una rompe corazones- insiste Duda al notar como dos modelos no paran de mirarme.
-Duda ni siquiera tengo tiempo para eso. No me molestes. Odio esa fama- me defiendo.
-¿Sabes que Carol estuvo por casa y habló con mi madre? Tengo su teléfono. Quizás quede con ella- informa Eduarda.
-No quiero saber nada de ese tema- la freno.
-Valentina, ¿no tienes curiosidad por saber cómo están?- pregunta Duda.
-Es tarde para eso-afirmo huyendo de la conversación.
Si Luiza de verdad me hubiese querido solo un poco tendría que haber actuado diferente. Se que estábamos enfrentando algún que otro problema. Sus celos de siempre y mi nueva vida no se llevaban bien, pero queríamos superarlo a base de confianza y respeto. De la noche a la mañana se va dejándome con cara de tonta. No tiene ningún derecho de volver por aquí. Es que no tiene excusa, joder. La odio muchísimo.
-Hola bebé- saluda Marcela llegando tarde como siempre.
-¿Que te he dicho de llegar así a trabajar?- la regaño. Tengo una asistente demasiado irresponsable. La conocí en la escuela de fotografía y nos volvimos cómplices desde el minuto uno.
-Estás de mal humor. Ya lo pillé. La falta de sexo cobrando factura. Si me lo pidieras yo te daría un buen orgasmo- insinúa Marcela burlándose de mi.
-No te soporto- me quejo.
-Eres una aburrida Valentina- acusa Marcela.
-Mira nada más el aspecto que tienes, ¿has dormido siquiera?- pregunto juzgando la vida que lleva.
-He pasado la noche con una francesa. Lo siento bebé. Dormir no entraba en los planes- contesta Marcela con su típico tono descarado.
-No me llames así- odio cuando me vacila.
-Deja de quejarte. Te he conseguido trabajo- informa Marcela.
-¿De que estás hablando?- interrogo temiéndome lo peor. Mi amiga no es muy fan de las buenas ideas.
-Que entre polvo y polvo. Me comentó que una bella bailarina necesita unas fotos para su gira por el país- cuenta Marcela muy interesada.
-No me gustan las bailarinas- niego.
-A mi si, son muy flexibles. No te preocupes lo organizo todo y lo agrego a tu agenda- bromea Marcela.
-Que fastidio- me quejo resignada.
-Por cierto hoy llevas a tú sobrina a natación y vas tarde- recuerda Marcela mirando sus notas.
-Te mato- salgo corriendo para la escuela. Que mal estoy gestionando mis tiempos.
Recuerdos del pasado
"Videollamada"
-Hola amor- saluda Luiza. Es todo tan frío desde una pantalla pero al menos puedo verla y eso me hace feliz. Le hice prometer que llamaría todos los días.
-Estás hermosa- suspiro queriendo besarla.
-¿Ocupada?- pregunta Luiza. Se nota que está a punto de dormir.
-Estoy en casa de Marcela. Noche de chicas- confieso.
-Que envidia, me encantaría estar contigo- se queja Luiza. Su gesto al escuchar el nombre de mi amiga es de total desagrado. La conozco demasiado.
-Dime ahora mismo donde estás y mañana me tienes allí- le propongo.
-Ya lo hemos hablado Valentina. No voy a destruir tus sueños- advierte Luiza.
-Mi sueño eres tú- aseguro mientras veo como quiere llorar y me arrepiento de estarle arrojando tanta carga emocional.
-Tengo miedo- confiesa Luiza abriéndome su corazón.
-Todo va a estar bien. Tú madre lo superará amor. Tranquila- intento estar para ella aunque sea desde lejos.
-He soñado que tenía un accidente y lo olvidaba todo- cuenta Luiza algo asustada.
-Es solo una pesadilla amor. Me encantaría estar allí para abrazarte- siendo una tristeza enorme al verla así tan frágil y no poderla consolar.
-Prométeme que nunca me olvidarás- suplica Luiza.
-Te lo prometo- no lo dudo ni un instante.
-Estoy arruinando tú noche. Mejor hablamos mañana- propone Luiza secándose las lágrimas.
-No, quédate un poco más. ¿Que tal la ciudad? ¿Estás comiendo bien?- necesito seguir escuchándola.
-Un poco fría y si estoy comiendo bien- responde Luiza.
-Si necesitas cualquier cosa, lo que sea. Por favor. No dudes en pedírmelo. Te amo- me preocupa su semblante. Entiendo que no debe ser nada fácil.
-Te amo, siempre te amaré- promete Luiza antes de apagar la cámara.
ESTÁS LEYENDO
No te odio, te amo.
FanfictionLuiza y Valentina son como un imán, se atraen inevitablemente. Llevan un año peleándose pero en el fondo hay algo, un sentimiento que ninguna de las dos sabe expresar.