Tensión no resuelta

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Nota: Voy a estar de vacaciones estos días y me va a ser imposible actualizar. Prometo maratón cuando regrese.

POV Valentina

Digamos que me estoy dejando mimar. A pesar de este bendito resfriado ver a Luiza así de cariñosa me hace sentir en la luna. Es como si el tiempo no hubiese pasado por nosotras. La tensión es la de siempre. Cada cosa que hace consigue dejarme embobada. Daría todo porque me amase de vuelta. Más yo sé que es complicado porque no me recuerda. En cambio para mi es sencillo. Nadie en el mundo consigue que mi corazón se acelere al ritmo de una mirada. No me importa si está bien o mal. Si me preguntas todo lo que he sufrido desaparece en momentos como estos. Ella está aquí, cuidándome con entrega. Empeñada en bajarme la fiebre. Aunque no sé si es consiente de que me provoca todo tipo de calentura. Desde aquel instante en el que nos dejamos llevar solo tengo ojos para su boca. Quiero saborearla, lenta y peligrosamente. Estoy dispuesta a ser su amiga con derechos si es necesario. Me tiene apasionada.

-¿En que piensas?- me interrumpe Luiza.

-Si yo te contara- suspiro.

-Cuéntame- pide Luiza decidida.

-Creo que mejor voy a tomar un baño- intento poner un poco de cordura.

-¿Te ayudo?- pregunta Luiza mientras me levanto del sofá.

-No me lo estás poniendo nada fácil- niego sonriendo ante su inocencia.

-Quiero hacerlo- confirma Luiza dándome a entender con su mirada que no se trata de ninguna broma.

La veo preparar la bañera con una dedicación que me derrite completamente. Ella no necesita nada de más para emocionarme. Ocurre naturalmente. A propósito y con toda la intención de coquetear me da por aparentar que no puedo quitarme bien el pijama. Luiza se acerca dispuesta a cooperarme. Le da vergüenza mirar hacia abajo. No llevo sujetador. Mis senos han quedado expuestos para ella.

-Me has visto millones de veces- la comprometo viendo cómo se humedece los labios y las manos le tiemblan. ¿Será que no ha estado con nadie más todo este tiempo? Parece insegura con el tema del sexo.

-Eres perfecta- susurra Luiza atreviéndose por fin a recorrerme abiertamente con sus pupilas dilatadas.

Me baja el pantalón lentamente cayendo en mis provocaciones. Estoy mareada, ella me intimida. Tumba todas mis poses. Juego a comprometerla y termino siendo yo la más afectada. Me quito las bragas sin ningún pudor para quedar desnuda. Luiza no pierde el tiempo y se dedica a disfrutar de la vista sin ningún problema. Me dedica una sonrisa y vibro de la emoción.

-Ven- demanda Luiza tendiéndome la mano.

Dentro del agua acaricia mi pelo. Puede que no esté enamorada de mi pero siente deseo, es más que obvio. ¿Debo arriesgarme y tener un simple aventura? Mi cuerpo no lo puede resistir. Podemos perfectamente dejarnos llevar por lo que surja y dejar de sufrir tanto por no dar el paso definitivo. Luiza intenta marcharse pero en un intento desesperado la trato de detener.

-Quédate, hay sitio de sobra- le imploro.

-¿En serio?- alucina Luiza con mi petición.

-Confía en mi- solicito.

Me pide que cierre los ojos para quitarse la ropa y me parece precioso. Quizás deba recordarle que no hay necesidad de ser tan cohibida. Si supiera lo mucho que hemos disfrutado la una de la otra. La realidad es que no me importa, pienso respetar sus límites y empezar de cero. Se queda en ropa interior. Yo la miro impresionada, su cuerpo está más trabajado, puede que por el baile. Se me hace la boca agua, literalmente. Me sumerjo en el agua porque no aguanto el calor. Recuerdo lo mucho que temblaba entre sus piernas y quiero hacerla tocar las estrellas con mis manos.

-Eres tan sensual, tan bonita- aseguro mientras observo cómo se sumerge ella también.

-No podemos estar mucho tiempo en el agua. Estás enferma- recuerda Luiza leyendo mi mente.

-Aguafiestas- me quejo.

-¿Qué estamos haciendo?- pregunta Luiza y luego estornuda.

-Parece que te he contagiado- señalo intercambiando caricias inocentes.

-Eso parece si- confirma Luiza manteniendo el contacto visual.

Ninguna de las dos se atreve a dar un paso más. Yo siento que Luiza no está preparada y por eso me contengo. Ella me observa como si quisiera pedirme alguna cosa pero no tiene valor. Es muy complicado para ambas. Luiza es la primera en salir para alcanzarme la toalla. Sin darme cuenta resbalo y caigo encima de ella. No fue a propósito esta vez. Cierro los ojos para no hacer nada en falso.

-Eres una tentación Valentina- reclama Luiza maldiciendo muy bajito.

-Tu también lo eres, créeme- todavía me sostiene con fuerza.

-Vamos a la cama- propone Luiza sin querer sonar de esa manera.

-¿Duermes conmigo hoy?- aprovecho la situación.

-Mejor no- niega Luiza escapándose finalmente de mi encerrona.

POV Luiza

Necesito una ducha fría urgentemente. Cómo puede provocarme así. Encima me duele la cabeza, me ha contagiado la gripe. Claro, hace un día ni más ni menos tenía la lengua enterrada en su garganta y no me despego de su culo fácilmente. Sin poner mucho empeño me estoy enamorando de nuevo. ¿Es eso siquiera posible? No puede ser sólo deseo. Tiene que haber más. Todo en ella me resulta atractivo. No puedo dormir porque estoy excitada. La he visto desnuda por dios. Me parece hasta normal que todas las locas del mundo se obsesionen con ella. Tiene sentido después de todo. Como no puedo encontrar la calma bajo a por un vaso de agua. No sin antes pasar por su habitación y cerciorarme de que esté completamente dormida. Se ve tan bonita. Toco su frente y no parece quedar rastro de la fiebre. Tenía que haber aceptado su invitación. Me quedo dormida apoyada en su hombro y cuando despierto me sorprende con un hermoso desayuno.

-Gracias por cuidarme tan bien- reconoce Valentina.

-Tu también cuidas de mi y eres una gran amiga. Estoy aquí invadiendo tu espacio, es lo menos que podría hacer-respondo escondiendo la vergüenza de encontrarme en su cama a estas horas. Miro el reloj, las diez de la mañana. Mierda.

-De eso quería hablarte. No quiero ser más tú amiga- informa Valentina mientras escupo el café.

-¿En serio?- pregunto preocupada.

-Quiero llevarte a una cita. Sin ningún tipo de compromiso. Como si realmente no nos conociéramos. propone Valentina.

-No se me dan muy bien las citas- lamento.

-Espera a salir conmigo y verás- proclama Valentina contagiándome su felicidad.

-Si todo saliera mal. ¿Seguirías en mi vida?- pregunto dejándole claro que para mi es importante que esté da igual como.

-Siempre te quiero conmigo- confirma Valentina robándome un croissant.

-Oye pensé que era mi desayuno- la molesto.

-Veo que no has aprendido a compartir- se burla Valentina.

-Cuidó de lo que es mío, es muy diferente- resalto. Quitándole un pedazo de la boca. Somos dos tontas al final.

-Yo quiero ser tuya- me reta Valentina con esa mirada de atacante que bien me deja en las nubes....

No te odio, te amo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora