Gemelas James

capitulo 42

- Despierta

Despertar intento hacerlo, pero no puedo mi cuerpo duele, me duele porque siento dolor?

- Despierta- escucho un grito a mi lado.

Quiero decirle que lo intento, pero que no puedo, solo veo oscuridad.
Puedo sentir mis manos tocar mi cuerpo, no ahí balas, pero duele, duele tanto, mi cuerpo está helado y siento mi piel erizarse cuando siento la cercanía de alguien, pero no puedo ver nada

-Ya te rendiste? Acaso olvidaste aquellos días levántate y hazlos pagar hazles saber con quién se metieron - Alukah susurra en mi oído puedo escucharla enojada su voz no está como siempre está furiosa

Niego con la cabeza llevo mis rodillas al pecho abrazándome tratando de consolarme sola como siempre estuve, no necesito de nadie, yo puedo, pero tengo frío y me duele el cuerpo, soy un muerto encerrado en un cuerpo vivo que hace tiempo murió…

- ¿Piensas terminar tan lamentablemente? Levántate- grita- por qué razón estuviste perfeccionado tu fuerza hasta ahora sin confiar en nadie más que en ti, hazlo por tu propio orgullo, pelea hasta el final lo recuerdas? Incluso si tú no confías en tu propia fuerza, yo si lo hago levántate, eres fuerte, muy fuerte.

- No puedo - grité intento levantarme, pero mis piernas tiemblan escuchó risas de niños que carajo es esto

- uno, dos, tres, levántate uno, dos, tres - la voz de un niño es la que me habla, siento pasos acercarse, miro a varios lados, pero no veo nada.

- Corregiremos las cosas, tú yo les causaremos daño, pero tú los harás pedazos.- los susurros de Alukah me confirman que está enojada

Me levanto buscándola camino a través de la oscuridad, sigo los susurros, las risas de los niños son cada vez más cerca, se escuchan sus pisadas como si estuvieran corriendo, son varios

- despierta

- despierta

- despierta

- Siente el dolor, contempla el dolor, acepta el dolor, conoce el dolor, aquellos que no conocen el dolor no pueden entender lo que es la paz verdadera. Despierta - Alukah susurra en mi oido

No sé quién me habla, escucho muchas voces y todas me dicen que despierte, las risas de niños se escuchan más fuerte, es como si corrieran por mi lado camino siguiendo las pisadas.

Siento pequeñas manos, tomar las mías y me asusto por el tacto frío, dos niños toman mis manos o niñas, no lo sé, solo sé que son pequeñas, siento otras manos, tocar mi espalda, empujándome para que camine.

Lejos, puedo ver un destello de luz y los niños me arrastran para que siga caminando, no sueltan mis manos y el pequeño que está detrás de mí sostiene mi ropa con fuerza.

Es una cabaña apenas con un foco que ilumina lo necesario, miro por la ventana y recuerdo a los niños bajo la mirada buscándolos, pero no ahí nadie, ahora estoy sola.

Sigo mirando por la ventana moviendo mi cabeza en busca de alguien, por las escaleras baja una mujer con un niño en brazos, detrás de ella bajan dos niños más.

Se sienta y deja al niño en la mesa, no puedo verle la cara, ya que está mirando al niño, pero si puedo ver qué lo mira con intensidad como si lo venerara

La mujer acaricia el rostro del pequeño y se escuchan las risas de los dos, los otros dos niños están serios hasta que la mujer los alza en la mesa poniendo a los tres juntos.

Los abraza a los tres y acaricia sus pequeñas espaldas, los dos niños que estaban serios acarician el rostro de la mujer y le dicen algo que hace que las caricias paren.