CAPITULO 32:

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MÓNICA EN MULTIMEDIA

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Al salir de la oficina, más tranquila que antes y con todo el poder y ego que Andrew había metido en mí, encontré que los oficiales cachaban a Leslie y a Ava antes de llevárselas, por si tenían algo robado por ahí escondido. Los seis me miraron. Ellas ya esposadas y los cuatro oficiales.

—Espero te estés sintiendo muy a gusto creyendo que ganaste. Pero esto no quedará así—se burló Leslie.

Andrew salió tambien de la oficina, mirándonos con curiosidad.

—Solo eres una mosca muerta que se las da de inocente—continuó escupiendo Leslie. Ava al contrario, miraba de la una a la otra, avergonzada—pero yo voy a descubrirte. Sea libre o desde la cárcel.

Me acerqué, y sin más le devolví la bofetada que ella me propinara una hora antes.

—Esto, es para que aprendas a respetar—me miró boquiabierta.

Le di otra aún más fuerte.

—Y esta para que te sirva de escarmiento y que no te metas conmigo—el jefe nos miró tambien de hito en hito—no vuelvas a ponerme una mano encima, nunca. Y ve a chingar a tu madre, maldita perra—dije lo último en español, y solo mi jefe entendió, porque luchó con las ganas de reírse ante esa ultima frase.

Los oficiales se las llevaron antes de que pudiera terminar de rematarlas. Solo cuando el ascensor se cerró con todos ellos, me di la vuelta y lo miré.

— ¿Algo que tengas que decir?

Mi cara debió parecerle tan furiosa, que solo levantó las manos con las palmas hacia adelante, en señal de tregua.

Y gracias a Dios. Porque no quería escuchar a nadie más.

—Bien. Me voy a proseguir mi trabajo.

Lo dejé allí, aun procesando lo que yo acababa de hacer. Porque ni yo misma sabía de donde había sacado todo ese valor.



A las seis de la tarde que terminó mi turno, y bastante agotada por las emociones de todo el día, me encaminé al piso donde estaban Kany y Nina. Esta última ya recuperándose de la virosis y tratando de consumir alimentos sólidos de a poco. Me recibieron con bastante interés, ya enteradas del rumor que corría por los pasillos del hotel: «La única que le había dado su merecido a Leslie» «Mónica Guerrero abofeteó a la jefa». Kany recibió la bandeja con la cena que le había traído a su hermana y después me obligaron a sentarme al lado de las dos, para contar toda la historia con pelos y señales.

Solo cuando Nina empezó a dar cuenta del caldo de pollo y los panecillos, que esperaba le sentaran bien a su estómago, les conté todo desde el comienzo. Las amenazas de la jefa, las acusaciones de Ava, e incluso la forma en que habían desordenado mi cuarto, tirando hasta mi cama. La misma que después del almuerzo, Andrew me ayudó a limpiar y dejar en orden, a modo de disculpa del hotel por lo que habían hecho Leslie y Ava. Mis amigas casi que gritaron cuando terminé de relatarles todo, y los golpes en la mejilla para la jefa, en venganza por los que ella me lanzara primero. Kany levantó su mano para que chocara cinco con ella.

—¡¡Esa es mi chica!! Así se hace.

Nina estuvo más que de acuerdo.

—Hiciste lo que todos en algún momento deseamos con ese par. Creo que hasta el jefe.

—Se lo merecían—alcé mis hombros—ahora que paguen lo que merecen en prisión.

—Bien—mi amiga dejó el plato de lado y bebió un poco de suero para recuperar fuerzas— ¿Qué sigue ahora? No tenemos gerente en Sapphire.

SUITE 405 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora