──𝟎𝟎𝟒

332 25 6
                                    

4. ENTRENAMIENTO

RIN

La formación de aquel lugar era estricta. No podíamos movernos ni perder la postura erguida porque nos harían trotar hasta la muerte. Y no es algo bonito de hacer.

Keith Shadis, aquel hombre que fue comandante de la Legión de Reconocimiento hacía ya cinco años, nos observaba con superioridad y severidad, analizándonos el rostro uno por uno. A unos les preguntaba su motivo del porque entraron en la milicia, y se burlaba de ellos al oír las patéticas respuestas de los reclutas. Y a otros, pasaba de largo, quedándose solo una imagen de sus rostros serenos y sin debilidad.

La formación era según edades, y no importaba si eras más bajo o el más alto, si eras mayor o menor, ibas con los de tu edad. Yo, al tener diecisiete, iba con los de mi edad, mientras que Mikasa, Armin y Eren iban adelante, al tener quince. A mi lado, había un muchacho, llamado Jean Kirschtein, que venía de Trost.

──¿Cuál es tu nombre? ──preguntó Shadis al castaño a mi lado.

──Jean Kirschtein.

──¿Cuál es tu propósito por el que estás aquí?

──Para quedar entre los diez mejores y estar seguro en la Muralla Interior. ──dijo orgulloso.

Para mi punto de vista, era un propósito lo bastante patético como para terminar en el onceavo puesto y verte obligado a ir a las Tropas Estacionarias o a la Legión de Reconocimiento.

──Vaya, así que quieres vivir en la cuidad interior...

──¡Sí, señor!

Shadis le dio un cabezazo al pobre muchacho, el cual se arrodilló por el dolor que le causó el cabezazo; me aguanté las ganas de soltar una carcajada y miré hacia el frente, evitando la mirada de odio que me lanzó Jean.

──¿Quién te ha dicho que te arrodilles? Jamás llegarás a ser policía militar si eres tan fácil de derrotar.

──Y tú, ¿quién diablos eres? ──Shadis pasó de largo, echándome una mirada y asintiendo después.

Siguió con un chico pelinegro pecoso, que al parecer tenía de nombre Marco Bott. Luego pasó a la línea del frente y siguió con un calvo llamado Connie Springer, y a su lado, una chica llamaba Sasha Blouse. Shadis volteó la mirada hacia el lado izquierdo de Connie y observó con una mirada cruda como la castaña se comía una papa.

Shadis soltó a Connie, a quien tenía sujeto de la cabeza, y cayó al suelo.

──Eh, tú. ¿Qué estás haciendo?

Sasha miro a sus lados y le dio otro mordisco a la papa

──Te estoy hablando a ti, Escoria. ¿Quién te crees que eres? ──la mirada que Keith le dio a Sasha fue tan divertida que hubiera sido para llorar de la risa, claro, si tan solo no estuviéramos en medio de la formación y con amenaza de que, si hacíamos algo fuera de lugar, ──como reírnos ──, nos mataría a puro trote.

──Soy Sasha Blouse, de Doper, al sur la Muralla Rose. ──respondió ella sin molestarse a ocultar la papa.

──Sasha Blouse, ¿qué es lo que sostienes en la mano derecha?

──Una papa al vapor, la encontré hace un rato en la cocina, señor.

──O sea que la has robado. ¿Y por qué te la estas comiendo ahora?

──Porque se enfriaría y sería una pena desperdiciarla. Era la mejor decisión posible.

──Es eso increíble. ──dijo anonadado. ──¿Por qué comes una papa?

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐌𝐄 𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 [𝖱𝖤𝖨𝖭𝖤𝖱 𝖡𝖱𝖠𝖴𝖭] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora