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"¡Fuera, demonio! "

Rin

Reiner se despierta abruptamente, soltando un jadeo de miedo.

Nos habíamos quedado en el edificio que utilizaban los portadores de titán para descansar, pues nuestra casa, que habíamos comprado hace tres años, estaba algo lejos de la ciudad en la que estábamos, nosotros vivíamos en Liberio junto con los demás, y después de ganar la guerra, Reiner había quedado herido, así que lo llevaron a la enfermería.

-Al parecer estabas teniendo un sueño divertido, así que no te desperté. –habla Porco Galliard, el portador del titán mandíbula, el que lo había heredado después de Ymir.

Rodé los ojos ante su comentario, Porco tenía una clase de odio hacia Reiner, y sin decir que a mí me odiaba aún más por ser la novia de su rival y por venir de la isla. Aunque me respetaba por el hecho de tener el titán Zero.

Me acerqué a mi novio con un vaso de agua, que recibió gustoso. Tocó su cabeza y luego habló:

-Aún no te agradecí por lo que hiciste esa vez. –dijo refiriéndose a cuando Porco destruyó los cañones que iban a matarlo, cuando estábamos en el campo de batalla. –Me salvaste.

-No tienes que agradecerme nada. Si hace nueve años yo hubiese sido elegido para ser el titán acorazado, nada de esto hubiera pasado. –dice. Y ahí está la razón del odio.

-Si hubieras ido tú, Marley no tendría a mi titán en este momento. –le digo a Porco. Agarro una toalla que siempre llevaba para secar el sudor de la frente de Reiner.

–Mi hermano no hubiese tenido que salvar tu miserable culo. –le dice a Reiner –Igualmente, hubiera recuperado ese titán, Jaeger. –ahora se dirige a mí, mirándome de reojo.

-¿Viste los recuerdos de Marcel? –dice Reiner.

-No, pero, aunque fuese por solo un poco, pude entender a Ymir. Le dieron un nombre demasiado grande para ella... pobre. Fue su propia voluntad devolver al titán mandíbula, el poder de mi hermano, a Marley, ¿cierto?

-Sí, así es. –responde Reiner, sentándose en la cama.

-¿Qué fue lo que hiciste en esa isla? Todo lo que hiciste fue sentarte, enamorarte y dejar que todo el mundo te salvara, ¿no?

-Pokko... No seas tan duro con él. Hace poco le dispararon unos cañones. –Pieck entra en la habitación con unas muletas

-Te dije que no me llamaras así, Pieck.

-¿Estás bien? –pregunté yo. La pelinegra y yo éramos buenas amigas y fue de las pocas que aceptó que yo viviera en Marley.

-Hace dos meses que no volvía a mi forma humana. Se me olvidó cómo caminar con dos piernas. –Ella se sentó en la otra cama. –Más importante, Reiner, Rin. Deberían ver a Gabi y a los otros. Están muy preocupados.

-Eso haremos. –dice Reiner levantándose de la cama y me tomó la mano para irnos juntos.

Salimos del edificio y comenzamos a caminar hacia donde estarían los niños. Aún me ponía nerviosa estar ante Gabi, sin importar que había dicho que me respetaba por tener el titán Zero y decidir traicionar a los míos para ir con Marley, tenía la impresión de que me odiaba por venir de la isla.

Zofia, Falco, y Udo, eran un amor de niños. Me entendía más con Udo y Zofia que con Gabi y Falco, hasta pensaría que Udo o Zofia heredarían mi titán cuando se cumpliera mi ciclo de poseer el titán.

-Udo. No golpees cosas de la ciudad. –le dije yo al niño pelinegro al ver como pateaba un tubo.

Gabi se levantó con emoción al ver a Reiner y corrió hacia él y se aferró a la bata blanca que tenía.

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐌𝐄 𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 [𝖱𝖤𝖨𝖭𝖤𝖱 𝖡𝖱𝖠𝖴𝖭] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora