𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐌𝐄 𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 [𝖱𝖤𝖨𝖭𝖤𝖱 𝖡𝖱𝖠𝖴𝖭] (EDITANDO)

67

"Eutanasia"

Rin

-Entonces, ¿nos quedamos aquí y vemos cómo se desarrolla todo? –Connie hace una pausa y nos mira a Armin y a mí. –¿Pueden sacarnos de aquí con sus poderes de titán?

-No. Armin volaría toda la ciudad y a nosotros con ella. Y mi titán destruiría este lugar y los aplastaría, además de que con el calor de la transformación morirían.

-¿Y tus poderes? –preguntó Jean

-No puedo usarlos. –dije por lo que me miró confundido. –Antes de venir, Floch me inyectó algo en un brazo. Probablemente fuera el líquido de la médula de Zeke. Esto pasó con Rod Reiss cuando nos secuestró a mí y a Eren. –dije. Fruncí el ceño al recordar que nadie en Marley había explicado sobre el poder del líquido de la médula de Zeke que tenía en mi titán.

-Rin tiene razón. El titán colosal no es tan ágil como el de Eren. –mencionó Armin

-Entonces, ¿por qué Eren te golpeó? ¿No puedes decirnos ya?

-Hirió a Mikasa y a Rin con lo que dijo. Así que lo golpeé y él se defendió. –respondió el rubio ante la pregunta de Jean. Dirigí mi mirada a la pelinegra y vi que no reaccionó en absoluto.

-¿Las hirió? ¿De qué manera? –volvió a preguntar Jean

-Detente. Está bien. –respondió Mikasa antes de que Armin dijera algo.

-No, no lo está. Cuéntanos como las lastimó

-Oye, ¿no es suficiente, Jean? Eso significa que ya es un pedazo de mierda. –musitó Connie. Suspiré –Ya no sabe quién es, hasta el punto de lastimar inútilmente a las personas que solían importarle.

-No fue inútil. –susurré. –Lo que me dijo, era lo que pensaba. Y tenía razón. Tenía derecho a odiarme, pero no a Mikasa. –levanté la mirada hacia Jean. –Me creo que me odie, pero no a Mikasa ni a Armin. No creo que dijera eso sin ninguna razón.

-¿Podría tener alguna razón que no dijera? –nadie respondió, pues en la parte de afuera de la celda, apareció una mujer de cabello corto y rubio, un hombre de color y otro hombre.

Reconocí a la mujer pues la había visto cuando estaba en el dirigible en Liberio.

-Que gusto volverlos a ver, héroes de Shiganshina. Qué triste que nuestro reencuentro sea a través de las barras de hierro. –hizo una pausa y su mirada la dirigió hacia mí. -Realmente es un gusto conocerte, Rin Jaeger. –no respondí, pues Connie le gritó al hombre de color.

-¿También estás de su lado? Sácanos de aquí.

-Me arrestaron y me llevaron por toda la isla sin dejar que diera mi opinión. ¿Realmente esperan que los escuche así? Simplemente esperen y siéntense aquí hasta que Zeke y Eren entren en contacto

-¿Y tú quién eres? –pregunté dirigiéndome al hombre de color.

-Soy Onyankopon. –respondió sin mirarme a los ojos

-¿Y tú? –pregunté hacia la mujer rubia. No recordaba su nombre

-Yelena. A tus servicios, querida. –fruncí el ceño.

-Bien. Yelena. Espero que estés contenta por todo esto. –dije. –Yo claramente no debería estar aquí. Estoy realmente molesta que siendo la hermana de Zeke y Eren me tengan aquí encerrada. –dije sarcásticamente mientras ladeando la cabeza. –¿Qué quieren?

-Después de todo hacer que esta isla se viniera abajo era lo que realmente querían desde un principio, ¿verdad? –dijo Jean.

-Esta isla tenía un siglo de retraso. –respondió Onyankopon.