𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐌𝐄 𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 [𝖱𝖤𝖨𝖭𝖤𝖱 𝖡𝖱𝖠𝖴𝖭] (EDITANDO)

79

"Intenten terminar con esto"

Rin

Nadie hablaba. El silencio me torturaba por dentro y a juzgar por el rostro de los demás, a ellos también.

Cada vez más nos acercábamos al Fuerte Salta, y, por ende, a Eren.

-Hablemos del plan. –Mencionó Armin volviendo con nosotros. Agarró una tiza, y comenzó a dibujar en el piso. -¿Así era el titán fundador, que vieron? –nos preguntó a mí y a Pieck.

-Sí, aunque no lo pude ver bien. –respondió ella

-Básicamente, es un montón de huesos en movimiento. –hablé yo. –La cabeza está colgando de un hueso. Se supondría que él esté en la nuca, pero no podemos asegurarlo.

-Con el poder del titán martillo, no podemos asegurar nada. –Habló Levi, a mi lado.

-En resumen, no sabemos dónde está Eren. –hice un sonido de afirmación

-Incluso si no sabemos, podemos destruir todo el cuerpo. –Dice Pieck. –Igual que tu destruiste el puerto de Liberio. Con el poder del titán colosal, es posible.

-Sí, es el método más efectivo. –Responde Armin sin levantar la mirada. –Pero primero tenemos que dialogar con Eren. Solo lo haré si no hay forma de detenerlo. Será nuestro último recurso.

-Aunque está bien tener un último recurso, Eren usa a Zeke como intermediario para controlar al titán fundador. ¿No parará el retumbar si matamos primero a Zeke?

-No se si funcione así. Cuando Eren tocó la cabeza de Zeke en Shiganshina, nos trasladó a los tres a la coordenada. Vimos los recuerdos de mi padre, y ahí fue cuando Eren traicionó a Zeke. Ymir le cedió el poder del Titán Fundador a Eren. Probablemente, si matamos a Zeke, el poder se debilite, pero Eren seguirá teniendo el poder del titán fundador. Y tal vez, sea decisión solamente de Eren, de detener el avance de los titanes colosales –Hablé.

-Pero tampoco sabemos dónde está Zeke. –Dice Pieck.

-Tendremos que buscarlo primero a él entre los huesos. –Dice Levi –Yo eliminaré a Zeke. Ayúdenme por favor

-Bien. Asesinamos a muchos compañeros para poder volar. Si alguien más muere, que no sea en vano –habla Jean

-Disparé a Daz y a Samuel y desfiguré sus rostros. Me llamaron traidor mientras yo me decía que lo hacía para salvar al mundo. Reiner, Berthold, Annie y tú la pasaron muy mal, ¿verdad? –habló Connie. Reiner mostró una expresión de arrepentimiento

-Son crímenes que no podré deshacer. Aunque salve al resto de la humanidad, jamás podré perdonarme. –Reiner se acercó a Connie y puso una mano en su hombro. –Por lo menos, salvemos al resto

-Si, Reiner. Aunque no podamos deshacerlo, tenemos que lograrlo.

Hubo un silencio, de nuevo, hasta que Jean habló.

-Sí. Somos iguales, Reiner. No tenía derecho de culparte de nada. Acabé asesinando para salvar al resto. –Dijo, sin mirar a nadie.

-La noche del ataque a Liberio, Eren nos dijo lo mismo a Rin y a mí. Creo que entiendo que pasa por la cabeza de Eren. Eren quiere que lo detengamos. –dijo Reiner, volteándose a mirarnos

-¿Qué quieres decir? –preguntó Mikasa, sin entender

-Es la sensación que tengo.

-Ya me parecía extraño. Eren puede ejercer su influencia sobre todos los titanes y los Eldianos, pero nosotros seguimos pudiendo usar los titanes.

-¿Dices que no intervino a propósito? –preguntó Pieck.

-Sí. Nos dio la libertad. Como si nos estuviera poniendo a prueba. –dice el oji-azul

-¿Por qué? –pregunta Mikasa. –Podríamos detener el retumbar

-Eren también está sufriendo. –dije. –Matar a una sola persona, es algo difícil de soportar. Ahora, mucho más difícil lo será para Eren, que ahora lleva casi un cuarenta por ciento de la humanidad asesinada.

-En el lugar de Eren, querría darle a otro el titán fundador. Y, si no fuera posible, querría que le pusieran fin a eso. Quien sea. –habla Reiner, mirando a Mikasa.

De un momento a otro, estuvimos de nuevo en la coordenada.

-¿Nos estaba escuchando? –pregunta Levi.

-¡Escúchame, Eren! ¡Detente! De seguro, pasaran siglos sin que toquen a Paradis. Ya asustaste y destruiste bastante. Ahora podemos firmar un pacto de no agresión. ¡No necesitas matar a nadie más! ¡Paradis está a salvo! ¡Fue culpa nuestra! ¡[Te empujamos a esto! –gritó Armin

-¡Eren! ¡Nosotros nos encargamos del resto! ¡No necesitas matar más por nosotros! –grita Jean, esta vez

-Es cierto. ¡Eren! Te odiaba por lo de Sasha, pero tú también estabas triste, ¿verdad? Ni siquiera intenté ponerme en tu lugar. –grita Connie, ahora

-Eren, quiero cargar con tus crímenes contigo. Nosotros cometimos los mismos. Así que no nos alejes más. Por favor, regresa. –habla Mikasa

-Ya escuchaste, Eren. Ahora te perdonaré con una patada en el trasero. ¿Por qué no dices algo? –habla Levi

-Eren... Vuelve, te lo pido. –Susurré yo, intentando contener las lágrimas.

-El retumbar no se detendrá. No dejaré el destino de Paradis a manos de la suerte. Seguiré avanzando. –Eren habla. Levi nos señala a un lado, e identifico a mi hermano junto a la raíz de la coordenada.

Comienzo a correr, seguida de Mikasa, y los demás.

-¡Eren! –grito. El cuerpo pequeño de mi hermanito estaba de espaldas y no nos hacía caso. -¿Por qué nos dejaste usar los poderes de los titanes? ¡Aquí podemos hablar! ¡No te alejes más, Eren!

-Le quitaré la libertad al mundo, para conseguir la mía, pero a ustedes, no les quitaré nada. Ustedes son libres. Son libres de defender la libertad del mundo. –Correr no sirvió de nada, pues volvimos de nuevo a donde estaban Pieck, Levi y Reiner. –Yo soy libre de seguir adelante. Mientras ninguno de nosotros ceda, chocaremos. Solo tenemos una cosa que hacer. Peleen.

-¿Y para qué nos hiciste venir? –pregunta Armin

-Para decirles que no es necesario que hablemos. Si quieren detenerme, intenten matarme. Son libres. Intenten acabar con el retumbar.

-¡Eren! –grité.

Al otro segundo, estábamos de nuevo en la aeronave.

-Me temo que acerté. –susurró Reiner

-¿No hay otra manera? –dijo Jean.

-Cerró la vía de negociación. ¿Qué hacemos, comandante? –le pregunta Levi a Armin.

Ahora ya no queda otra opción.

Tendremos que asesinar a mi hermano para terminar con el Retumbar.

Tendremos que matar a Eren...

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