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"Cosas nuevas"

Rin

Los malos tratos de la gente hacia mí ya era costumbre, pero sabía que me respetaban por tener uno de los titanes más poderosos. Sabían que yo era superior a ellos y ese hecho me protegía del odio.

Aspiré el aire caliente del verano. Aquella estación era totalmente diferente aquí que en ese lugar. Era agradable poder estar entre tanta calma, la cual nunca podía obtener por estar de un lado para otro preocupándome por si algún monstruo de altura descomunal, trataba de devorarme o aplastarme entre sus manos.

Un año entero había pasado, y aun me sorprendían las cosas que el humano había creado.

Las cámaras, los dirigibles, los aviones... oh, y lo mejor, el helado.

Ella amaría probar la comida de este lugar.

Las cosas habían cambiado tanto en tan solo un año. Yo ya no me despertaba en mi cama habitual, junto con Sasha y Mikasa, y no me estresaba por los comentarios de Floch, e incluso ya no tenía que preocuparme por sobrevivir, en cambio, despertaba en una cama junto a Reiner, mi único estrés era el capitán Magath y mis únicas preocupaciones eran pagar los impuestos y batallar en la cocina. Mi trabajo era tranquilo, y solamente se utilizaba para ganar fácilmente guerras.

Vivir en este lugar, era paz completa.

-Rin. –me llamó el rubio a mi lado sacándome de los trances que me ocurrían. –Vamos.

Dejé que él me guiara por la gente, quienes me miraban con algo de desprecio por venir de aquella isla Paradis, pero no les tomaba importancia, pues era feliz, exceptuando el hecho de que me faltaba algo tan importante.

La presencia de mis mejores amigos.

Oh... como los extrañaba... no dejaba de pensar en ellos desde el día que me fui de ese lugar de titanes.

La esperanza en mi corazón seguía viva, aun si solo fuera una pequeña chispa.

Miraba el cielo azul; las aves pasaban con tranquilidad, las nubes eran movidas por el viento y el aire movía mi castaño cabello.

Un quejido se escuchó frente a mí, y me di cuenta que había chocado con una persona más baja que yo, probablemente un niño.

-Perdón. –me disculpé lo más rápido que pude, pues Reiner seguía jalándome de la mano. Me di la vuelta para ver el rostro de esa persona con la cual había chocado y mi corazón dejó de latir por segundos al ver al hombre que consideraba una figura paterna. Aquel hombre pelinegro que no veía desde hace un año.

Él y otras personas, comenzaron a correr hacia mí, pero la gente los retenía. Poco tiempo después, me perdieron por el gentío que había en ese lugar.

Cuatro años después

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Cuatro años después.

Respiré profundo, calmando esos nervios que florecían cada vez que la distancia se iba acortando más. Mi pierna comenzó a moverse de arriba abajo, pues esperaba ansiosamente el momento que se nos ordenara bajar del dirigible en el que estábamos.

A mi lado estaba Reiner, estaba igual que yo, pero solo que sus nervios no se veían.

-Tranquilízate. –me dice en un susurro.

-Todavía no me acostumbro a hacer esto, pese que lo haya hecho por cuatro años. –le respondo a mi novio.

-Lo harás. No te preocupes. –me dice acariciándome la mejilla con su áspera mano.

-Oigan, tórtolos. –nos llama Zeke interrumpiendo nuestro momento. –Ya casi es nuestro momento. –dice.

-El tren blindado dejó de moverse. Daremos inicio a la operación. –habla un cadete que estaba en el dirigible. –Procuren seguir el plan. Zeke será la lanza y Reiner y Rin el escudo.

La compuerta del dirigible se abrió y las personas que se encontraban amarradas en esos sacos, comenzaron a caer, uno por uno. Cuando todos cayeron, Reiner me pasó un cuchillo, aunque sabía que prefería morder mi mano.

Zeke se acercó a la salida y aclaró su garganta. Luego, gritó para que las personas que antes habían caído, se transformaran en titanes.

-Ni yéndome del continente dejaré de ver titanes. –pensé apartando la mirada de esa escena. Nunca me gustó lo que Zeke hacía con su grito.

Los titanes cayeron en caída libre, e impactaron en la ciudad que estábamos atacando, la que faltaba para ganar esta guerra. Los titanes comenzaron a devorar a los hombres, y fruncí el ceño sintiendo pesar por aquellas personas.

Reiner, Zeke y yo nos lanzamos con los paracaídas luego de eso. Los hombres enemigos comenzaron a atacar a los titanes, disparándoles en las nucas con cañones.

-La potencia de la bomba cinética era suficiente, pero no funcionó porque la mayoría de titanes murieron con el impacto al caer. –menciona Reiner

-Y los cañones anti-titanes siguen funcionando. Veintiocho... Veintinueve... Sé cuántos son y dónde están. –digo yo. Reiner y yo empuñamos los cuchillos que cada uno teníamos y nos cortamos las manos, activando la transformación de nuestro titán.

Nuestros titanes cayeron, destruyendo varios cañones en la caída. Cuando nos vieron, estuvieron listos para disparar los cañones, pero Reiner corrió destruyendo cada uno y yo lo protegí creando un campo de fuerza para que los disparos que se alcanzaran a expulsar, rebotaran contra el campo de fuerza y cayeran de nuevo con los enemigos.

Me cubrí a mí misma con otro campo de fuerza e iba matando a las personas que quedaban vivas, aplastándolos.

El impacto de bala de cañón anti-titán, impactó contra mi campo de fuerza, y el de Reiner, casi rompiéndolo.

-Pero qué diablos. ¿Cómo? ¿Crearon un arma especial para debilitar mis poderes? –pensé y corrí hacia Reiner, quien comenzó a ser atacado por los cañones.

Al llegar junto a él, desactivé su campo de fuerza y el mío para obtener más poder, y lanzar una esfera repleta de mis poderes hacia el tren. El tren se destruyó, y Reiner corrió hacia los escombros del tren para terminar de acabar con los cañones que quedaban, pero entró en desventaja al tener cañones sobre la muralla apuntando a su nuca.

Sin darme tiempo de reaccionar, el titán mandíbula apareció y destrozó los cañones antes de que dispararan. Porco comenzó a saltar de un lado a otro esquivando los disparos y destruyendo los cañones. Reiner se protegía con una parte del tren blindado y yo con mis poderes.

Reiner dio vueltas con el tren que tenía en su mano y lo lanzó destruyendo a los cañones que faltaban.

Yo tomé a la gente superviviente del ataque y los puse a levitar en el aire. Tenía que recibir órdenes de Zeke para ver qué hacer con ellos.

Reiner le hizo una seña a Zeke para que bajara, y una vez estuvo cerca del suelo, se transformó.

-Mátalos. -dijo él al ver que esperaba su orden. Yo obedecí y aplasté a los hombres con facilidad. 

 El titán bestia tomó en sus manos unos proyectiles y los lanzó contra los barcos que se acercaban por el mar. Zeke destruyó algunos, pero los faltantes, lanzaron proyectiles de vuelta, ocasionando que Reiner se metiera para proteger a Zeke, sin darme a tiempo de reaccionar. Mi novio cayó al suelo después de los múltiples impactos que recibió y Zeke devolvió otra vez proyectiles para acabar con los barcos faltantes.

Salí de mi titán y bajé de este mismo para ayudar a Reiner a salir de su cuerpo de titán.

Había conservado mi equipo de maniobras, y no lo había usado mucho estos últimos cuatro años, pero Zeke me pidió de que replicara el gas y que les enseñara a utilizarlo a los cadetes, pero me negué. Le dije que solo iba a replicar el gas para usarlo yo para cuando necesitara escapar de alguna situación difícil, o salvar a gente. Egoísta, lo sé, pero me mantenía firme al hecho de no enseñar lo que la gente de mi pueblo, había creado con sus propias manos.

Ese ridículo mono quería sobreexplotarme los poderes. 

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐌𝐄 𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 [𝖱𝖤𝖨𝖭𝖤𝖱 𝖡𝖱𝖠𝖴𝖭] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora