𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐀𝐃𝐄 𝐌𝐄 𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 [𝖱𝖤𝖨𝖭𝖤𝖱 𝖡𝖱𝖠𝖴𝖭] (EDITANDO)

EXTRA 2

EXTRA 2

"Dolor"

Eren y Sasha revoloteaban por el campo a lo lejos. Sus risitas se escuchaban hasta donde estaba yo y Mikasa.

Un silencio ensordecedor nos rodeaba a ambas. La tumba de mi hermano estaba en medio de nosotras.

"Aquí descansa en paz por siempre, mi más querido, mi más amado.

–854"

No dejaba de leer esa inscripción en la tumba de mi hermano. No lograba nada más que destruyendo la poca estabilidad que había creado en estos cuatro años.

-Mikasa. ¿Por qué pasas todo tu tiempo aquí?

Ella me observó durante unos segundos y luego volvió su vista a mis hijos. –No tengo razón para estar en otro lugar. –contestó

-Han pasado cuatro años, Mikasa.

-¿Entonces qué haces aquí?

-Visitar a mi hermano. No lo he hecho en años. –dije. –Pero tú... tú pasas tu tiempo aquí. Tienes veintitrés, estás en buena edad para disfrutar tu vida.

-Yo ya no tengo a Eren, ¿de qué me sirve disfrutar de mi vida? –dijo. No me di cuenta del momento en el que Mikasa había comenzado a llorar.

Una de las pocas veces que la he visto hacerlo.

-Nos tienes a Armin y a mí. Y a todos los demás. –dije levantándome para estar frente a ella. –Sé que duele, y mucho, pero no puedes quedarte en este mismo momento para siempre.

-¿Cómo hago que deje de doler? –susurró sollozando

-Nada. Te diría que el tiempo arregla todo, pero a veces no... Llevo años tratando de superar las muertes que vivimos a lo largo de los nueve años que tuvimos de guerra. Desde que mi madre murió, hasta Eren. Pero cada una de esas muertes se clava en mi corazón como una espina... Mikasa. El hecho de quedarte aquí junto a Eren no va a sanar el dolor que sientes, porque siempre lo vas a sentir. Siempre. El dolor no se va, solo aprendes a vivir con él mientras va pasando el tiempo. Se cicatriza, pero siempre vas a estar marcada por eso. Justo como la cicatriz que tienes aquí. –dije tocando suavemente la cicatriz en su mejilla.

-Siento como si algo estuviera apretando mi pecho tan fuerte como si no me dejara respirar. –dijo tocando su pecho con su mano en forma de puño. –Y... duele...

-Lo sé. Sé cómo se siente. Sé que se te va a hacer difícil el hecho de aprender a vivir con el dolor, pero con el tiempo, a veces solo te acostumbras. –le dije acunando su mejilla en mi mano. La atraje hacia mí con delicadeza y la abracé. –Yo también extraño a Eren. Cómo no te imaginas, pero sé que él está feliz de vernos con vida.

-¿Cómo lo sabes?

-Sólo es una corazonada. –ella se aferró a mí con fuerza. –Todo está bien. Está todo bien. –le acaricié el cabello haciéndole mimos de vez en cuando.

De pronto, unas pequeñas manitos nos rodearon a ambas. Sonreí al ver a mis dos hijos preocupados

-Tita Mika, ¿eshta bem? –preguntó Eren haciendo un puchero. –No quero que tita Mika she shienta mal

Mikasa se separó de mí y se limpió las lágrimas con su suéter y les sonrió con dulzura.

-Tita Mika está bien, Eren. –dijo para luego que Sasha y Eren la abrazaran.

Sonreí con dulzura al verlos e inconscientemente lágrimas comenzaron a caer de mis ojos.

Rápidamente, las limpié, para que ninguno de los tres me viese.

Se suponía que ya había superado la muerte de mi hermano, pero lo único que sé es que me duele cada vez más no poder estar junto a él ahora.

-¿Poqué ysorabas tita? –habló torpemente Sasha. Le puso sus pequeñas manitos en sus mejillas, inspeccionándola, buscando alguna herida, buscando algo que hiciera llorar a Mikasa.

-Porque extraño a tu tío Eren. –dijo sonriendo con tristeza.

-¿Tito Eren es él? –dijo mi hijo Eren, señalado la tumba de su tío.

Yo asentí haciendo un sonido de afirmación.

-Es tu tío Eren. –dije abrazando a mis hijos.

-¿Esh tu hersmano? –preguntó de nuevo Eren

-Sí, es mi hermano menor. –dije dándole un beso en la frente a Sasha y a Eren.

-¿Por él me phushiste Eren? –me dijo el niño mirándome expectante.

Yo asentí sonriéndole.