Los mensajes de WhatsApp casi han dejado de llegar. He visto una bajada significativa de las solicitudes de seguimiento en Instagram. Mi vida social se está acabando. A pesar de que en los noticieros salió que soy inocente (recalcando constantemente que soy potencial sospechoso), nada es igual. Kristen Rivera me dijo que Aster testificó a mi favor, le dijo la verdad a la policía, detallando lo mismo que yo de cada encuentro con el enmascarado. No sé si tomarlo de buena manera, porque bien pudo mentir para acabar conmigo y vengarse, pero no lo hizo, incluso Rivera me contó que él habló de que lo ayudé a curarse, que no lo dejé abandonado en la primera persecución. Eso y una de las pocas cámaras de la policía cercanas a la biblioteca en la que aparezco, me salvaron por completo.
Suelto el humo del cigarrillo. Observo la calle desde mi ventana, a las personas caminando y mirando hacia acá cada que pueden. Veo a Maddie salir acompañada por Jéssica, la cual la lleva rápidamente sin oportunidad de regresar a ver. Me pregunto adónde irán un sábado. Me pregunto si Maddie piensa igual que Naomi. Me pregunto si Aster habla con esa chiquilla de mí.
El timbre suena. Salem ni se mueve de su cama. Apago el cigarrillo en el cenicero y bajo lo más rápido que puedo, pero Rafael ya me ha ganado en abrir la puerta. Le permite pasar a Naomi, guiándola a la sala.
—¿Eres amiga de Kaden? —se empeña en preguntar—. Angélica me ha dicho cosas muy buenas de ti.
—Hum... Tiene una bonita casa, señor Howarth —trata de desviar la pregunta.
Los veo dirigirse a la sala. Naomi se sienta en el sofá, abrazando su bolso, demasiado nerviosa.
—Llámame Rafael.
—Ya se conocieron —digo, entrando en la sala—, todo genial. Naomi y yo tenemos cosas que hacer.
Ella sonríe tímidamente al levantarse. Rafael nos detiene antes de siquiera dar un paso:
—¿Qué van a hacer?
—Trabajo en parejas —contesto.
Naomi asiente.
—Exposición de la biología marina.
—¿Trabajo en parejas estando en diferentes cursos? —Rafael se cruza de brazos, entrecerrando los ojos. Soy un maldito estúpido al olvidar ese detalle—. ¿Se trata de... lo que está pasando en el pueblo?
Asiento porque ya no se me ocurren excusas. Rafael toma asiento en el sillón individual, acomodando la mesa ratona junto a él y el sofá grande. Nos mira a los dos.
—Si van a seguir con el juego de detectives, al menos, déjenme ayudarlos.
—Eso sí que no —me opongo—. No voy a dejar que te involucres en esto. El Emisario podría hacerte algo, podría... atacar a lo más bajo.
—Soy consciente de ello. —Me mira un momento, diciéndome que ha captado lo que le quise decir—. En Andalucrés hacía muchos reportajes peligrosos. No sabes a cuántas cartas de amenaza me enfrenté. El Emisario... o el enmascarado, no me dan miedo, en especial si tengo que hacerles frente para que no dañen a mi familia.
Otra sacudida como cuando Naomi me abrazó ayer. A este paso, mis emociones se van a descontrolar a un punto en que ya no pueda entenderlas ni en un mínimo.
Voy a mi habitación y vuelvo con las cartas y algunas notas de mi libreta. Tomo asiento en el sofá, al lado de Rafael, y Naomi al lado mío. Ella saca su laptop y la asienta en la mesa ratona. Ingresa a unas páginas web. Antes de iniciar todo, les explico a ambos que El Emisario y el enmascarado son la misma persona, o al menos se hacen pasar por la misma, ya que aún recuerdo al último enmascarado que era más robusto que el de siempre. También les enseño las diez cartas que me ha dejado el asesino.
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Máscara Fragmentada
RandomKaden no tuvo una madre convencional: ella fue una asesina que cobró la vida de varias personas. Tras una serie de eventos sangrientos y años complicados en orfanatos, termina viviendo con su tío, quien, al sorprender a Kaden en una situación compr...