Extrañamente la habitación del hotel se siente sola y oscura. Demasiado silenciosa también, incluso si tengo la televisión prendida como adorno mientras navego en internet. Tal vez debí haberle dicho a Aster que escogiéramos una habitación para nosotros, pero Rafael estaba al lado cuando llegamos y no quería que se maquine cosas ni que luego me salga con sus bromas.
Dejo de buscar a Dalila para entrar a Instagram. Naomi me ha enviado un mensaje en la tarde:
Corté la parte en la que te grabé.
Aplasto la publicación que adjunta su mensaje, lo que me redirige al perfil de Aster. Es el video de su presentación en el Festival. Tiene casi dos mil likes y decenas de comentarios echándole flores, poniéndole lo guapo que es y algunos incluso le declaran su amor a primera vista. «Pero es mío», pienso, y una sonrisa estúpida se dibuja en mi cara.
Ya está. No soporto más esto. Voy a verlo. A fin de cuentas, está a un par de habitaciones en este mismo pasillo, aunque posiblemente ya esté durmiendo. Nada pierdo con intentar.
Saco de mi mochila un short corto y me lo pongo para no salir desnudo. Me pasé con el alcohol en la tarde y ahora me estoy asando, incluso si no uso nada de ropa. También me cepillo los dientes, no vaya a ser que me eche a patadas por mi aliento, y para evitar charlas de mi «adicción».
Agarro la llave junto con mi teléfono, apago la televisión y salgo del cuarto. Mientras camino, sigo viendo el video con el volumen al mínimo. Luego me regreso a su perfil y me doy cuenta que hay otras fotos que juraría que no estaban antes. Entre sus selfis espontaneas están fotos del octubre que apenas pasó, específicamente en Halloween. Me detengo en medio de la oscuridad para verlo con atención.
En una solo se ve su rostro maquillado de calavera, bastante dark, que, combinado con su cabello teñido, mitad blanco y negro, y su expresión enojada, le hacen dar un aire aterrador. En otra se ve de cuerpo completo, con el torso descubierto, usando pantalones jean negro y zapatos de ese mismo color. Me muerdo el labio por lo sexi que se ve. Y ni se diga de la siguiente foto, en la que está de cuclillas, sosteniendo un cuchillo a la altura de su cabeza que tiene sangre al igual que partes de su pecho.
Mala idea ver sus fotos si solo traigo puesto una tela delgada sobre mi entrepierna. Carajo, necesito calmarme antes de tocar a su puerta... o mandarle un mensaje que sería lo más sencillo. No sé por qué no lo hice desde el principio. Retomo mis pasos hacia su habitación en lo que abro su chat, pero una voz de dentro de su cuarto detiene mis dedos en seco. Apego mi oreja a la puerta y puedo escucharlo a él hablando con alguien.
—Tú me aventaste a esta situación —dice, casi gruñendo con un tono rabioso—, al menos cumple tu palabra de dejarme decidir esta parte. —Una pausa. Parece que habla con alguien por teléfono—. ¿Te crees que es fácil? ¡Déjame hacer en paz mi parte! Si tú... —Otra pausa—. Si tú haces algo de eso, te juro...
Luego de eso, nada, silencio puro hasta que oigo un grito ahogado.
Golpeo la puerta. Pasos pesados del otro lado y luego esta se abre con brusquedad. La luz de fuera que pasa por su ventana me deja ver que está en pijama, y que su rostro furioso se sorprende con mi presencia. Está respirando entrecortadamente, como si hubiera corrido una maratón.
—No recuerdo haber pedido servicio de stripper —dice, señalándome con su dedo. Su actitud se recompone en los segundos que me observa de pies a cabeza.
—¿Todo bien?
—Sí. —Se hace a un lado para dejarme entrar a su habitación a oscuras—. Si escuchaste gritos, era una pelea con mi madre. Lo típico.
—¿Cerca de la medianoche?
Su cama no está desecha como la mía de tanto dar vueltas. Veo que el sofá que estaba empotrado a la pared lo ha movido cerca del gran ventanal que da a las grandes avenidas de Centinela, iluminadas por los automóviles que circulan constantemente a altas horas. También se divisan los edificios con algunas luces encendidas, y otros que reflejan la oscuridad en sus ventanas.
ESTÁS LEYENDO
Máscara Fragmentada
RandomKaden no tuvo una madre convencional: ella fue una asesina que cobró la vida de varias personas. Tras una serie de eventos sangrientos y años complicados en orfanatos, termina viviendo con su tío, quien, al sorprender a Kaden en una situación compr...