Capítulo 54

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Una hora más tarde estamos en sala de la casa de Aster, todavía horrorizados por lo que acabo de decirles. Naomi sigue temblando mientras bebe un té para calmar sus nervios y poder contar su parte.

—Toda esa gente está loca —declara Hadley—. Es como si jugaran un juego de cacería con nosotros. No quiero ni preguntar quién será el siguiente.

Naomi suspira de manera entrecortada.

—Salí del túnel a varios metros de esa casa —dice, casi para sí misma—. Lo primero que me sorprendió fue una trampa de hilo. Tropecé con ella y del suelo saltó una tabla que lanzó cristales puntiagudos. Pude agacharme a tiempo.

Otro sorbo mientras se acomoda los rizos.

—Me acerqué a la casa. Allí estaba la pelirroja, en el... patio, o algo así. Estaba acompañada por tres hombres que clasificaban armas de todo tipo, apenas iluminados por unas pequeñas linternas. La mujer hablaba por teléfono con alguien al mando.

Todos nos tensamos.

—Ella dijo: «Solo estamos alargando todo. Hemos tenido decenas de oportunidades de matarlo. La última vez, en el puto ataque masivo, lo teníamos, de no ser por tu maldito». Y se calló al instante. Luego, prosiguió: «No me interesa lo que diga él, si cree que ya es hora o no. Estoy harta de este juego». En ese silencio su cara cambió, la vi enojarse. Finalmente dijo: «No se me olvida mi posición. Seguiré tu maldito plan. Pero, espero, reconsideres el seguir haciéndole caso a ese bastardo».

Su rostro se llena de terror en ese momento.

—Alguien me atrapó por detrás. Empezó a llamar la atención de esa gente, pero pude liberarme antes de que se acercaran mucho. Disparaban mientras me perseguían en el bosque... —Su voz se rompe en ligeros sollozos—. El túnel ya no era una opción, los llevaría directamente a nosotros. Solo corrí y pude trepar un árbol cuando no me vieron. Pude perderlos, pero... fue horrible.

Hadley la abraza y le da ligeras caricias en la cabeza. Travis parece apiadarse de ella desde su sitio, al menos unos segundos antes de volver a mirar al suelo.

—Entonces hay dos líderes —sugiere el castaño—. La pelirroja hablaba con alguien superior a ella, y... en la conversación ponen a otro todavía superior.

—Un hombre —aseguro—. Pero no tenemos sospechosos hombres. Solo el amante de los Corrigan que sobrevivió de mi madre y nadie lo volvió a ver. Aunque Aster dijo que murió.

—Y tu... —añade Aster de manera pausada. «Primo», forma con sus labios en silencio.

—No creerás que ese inútil pudo hacer todo eso desde donde estaba. Además, él fue el contactado, alguien ya iba planeando todo.

—¿De quién están hablando? —exige Hadley.

Suelto un suspiro. Literalmente la policía ya lo sabe y me van a enjuiciar por ello. Y Aster también lo sabe, y no me odia. No creo que sea peor el que ellas lo sepan... y el tarado de Travis. A fin de cuentas, y en especial Naomi, podrían ver algo que yo no.

Así que les relato de mi puto primo, lo que me lleva a contar de mi puto ex novio traidor. Naomi enseguida hace memoria de nuestra llamada. Hadley mantiene una expresión neutra y el otro imbécil sonríe cada que oye que me golpearon.

—Podrías sospechar de Elías —dice Naomi al terminar de hablar.

—¿De ese inútil? June y yo le dábamos haciendo las cosas, básicamente. De ella sí estaba sospechando, pero por como está su situación...

—A veces los que parecen corderos blancos —me interrumpe Hadley— son las peores personas. Y no podemos descartarlo por considerarlo inútil. Quienquiera que haya tenido una relación complicada contigo es sospechoso. No se puede confiar en nadie.

Máscara FragmentadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora